La gran pregunta que todos nos hacemos, ¿no? Antes de contestar a eso, quiero darte la bienvenida a este espacio dedicado al Ashtanga Yoga, una práctica espiritual originaria del sur de la India. Todavía no sé quién soy en el sentido filosófico, jeje, pero mi nombre es Mercedes Laynez y empecé a practicar Ashtanga Yoga en 2015.  Desde entonces, he comprobado por mí misma que el yoga puede ser profundamente transformador. En este blog he ido compartiendo parte de mi proceso. Si has llegado hasta aquí es porque practicas  yoga o te interesa empezar a practicar y espero que aquí encuentres un poco  de ayuda, apoyo e inspiración.  También te quiero felicitar porque considero que practicar yoga hoy en día es revolucionario, tanto a nivel personal como social.

Por favor, no tengas miedo a esta práctica. Entre que el ashtanga tiene fama de exigente y rígido, y que al principio hay muchas dudas, inseguridades, resistencia… puede ser que te dé algo de miedo. Por eso te pido que les una oportunidad y te leas mi guía gratuita. Es gratis y no tienes que suscribirte, solo tienes que hacer click aquí. Tómalo como un regalo de bienvenida. Está hecho con mucho cariño.

En la guía te lo explico con más detalle, pero te cuento un poco: es una secuencia de posturas predeterminada que vas aprendiendo con la guía de un profesor. Esta parte física Asana es la tercera rama y junto con otras  7 ramas forman lo que se llama las 8 ramas del yoga, que es lo que le da el nombre de Asht (8) anga (rama). Gracias a las  clases estilo Mysore, la práctica de ashtanga se adapta a todas las personas. Solo hay que tener la voluntad de practicarla. Se dice que si puedes respirar, puedes hacer yoga. En definitiva, solo hay que querer.