Hola amigxs del Blog Ashtangui
Mucho ha llovido desde mi último post. No quiero cansarles con mis batallitas de que no me da tiempo a nada, jeje, solo les diré que he estado ocupada en varias cosas importantes. En lo relacionado con yoga, una es el podcast con Vivi, mysoreando, y otra, es mi formación para enseñar ashtanga yoga de la forma tradicional.
Aprendiendo según la tradición
Por si no lo saben, la forma tradicional de aprender a enseñar ashtanga yoga no es haciendo “teacher training”, sino que se aprende a través del Parampara, que es la transmisión del conocimiento de maestro a discípulo. Hoy en día la cabeza de esta tradición o Paramaguru es Sharath Jois o Sharathji para sus alumnos, que es la forma en la que se llama a los maestros en la India.
Igualmente muchas personas hacen estos “teachers trainings” porque les gusta el yoga buscando profundizar, y otras, están buscando una forma de ganarse la vida. Lo que ocurre es que a muchas personas luego se les complica sostener la enseñanza y su propia práctica.
Esta práctica es muy comprometida y, por mucho que te guste, vas a tener que hacer muchos sacrificios y priorizarla. Y seguramente en estos cursos de 200, 300 o 500 horas se aprende un montón sobre yoga, sobre anatomía y filosofía, sobre asana.
Lo que no sé si se enseña, y es algo que yo valoro mucho, es cómo llevar una shala de ashtanga yoga.
Las shalas de ashtanga donde se imparten clases estilo mysore son un tanto diferentes porque no son clases guiadas y creo que requieren de un entrenamiento mucho más lento y orgánico. Y aprender de otra forma para mí tiene todo el sentido porque se tienen que ir dando una serie de vivencias y circunstancias para ir entendiendo cuál es el papel de un profesor de ashtanga.
Con todo esta información y visión de este sistema, yo personalmente concluí que:
Igual que en la propia práctica hay que aceptar una serie de pautas, para aprender a enseñar ashtanga yoga, iba a tener que pasar por el proceso completo, llevara el tiempo que llevara y con los sacrificios que implicara.
Esto tenía dos vertientes, una: asistir a mi profesora Griselda Layño en su shala Ashtanga Yoga Tenerife que es autorizada por Sharath Jois (Paramaguru), y la otra: ir a practicar directamente con él a Mysore (la fuente). No les engaño, tuve algo de resistencia porque sabía que iba a ser duro; pero, por otro lado, sabía que si no lo hacía así me quedaría con esas ganas. Cuando terminaba de practicar y veía a otras compañeras asistiendo pensaba que yo también quería aprender y cuando se dieron las circunstancias me animé a comentárselo a mi maestra y ella me dijo que por supuesto y me explicó todo.
Emprendiendo el camino
En septiembre de 2021 empecé a asistir a mi profesora y en agosto de 2022 fui por primera vez a Mysore. Puedes leer el post que escribí, aunque mucho me faltó contar y explicar de esa experiencia (y de la última), quizás lo haga en futuros posts.
Con respecto a ser asistente.
Reconozco que no es nada fácil priorizar esto en tu vida durante tanto tiempo, cuando tienes otro trabajo a tiempo completo. Aunque, por suerte, mi trabajo es muy tranquilo y he podido gestionarlo bastante bien.
Pero es que… vale tanto la pena el esfuerzo… en mi opinión, claro. Me parece una forma de aprender increíble. Ponerte en el papel de discípula tiene un encanto especial. No saber exactamente cuánto tiempo estarás siendo todo ojos y tratando de absorber como una esponja la experiencia de tu maestra, creo que requiere de una buena dosis de humildad, así como ser capaz de rendirte al proceso con compromiso y devoción. También hay que ser paciente y no querer saberlo todo inmediatamente. El aprendizaje es algo que no entiende mucho de prisas. Todavía recuerdo la inseguridad de las primeras veces y cómo me sentía siendo observada por mi profe, mientras mis manos, algo torpes, buscaban un poco de refugio en el cuerpo ajeno.
Al final, el contacto que se establece tiene algo de íntimo, tratas de que el ajuste tenga la fuerza adecuada, pero es muy difícil saber la medida exacta ya que cada cuerpo es un mundo y cada persona lo siente diferente. Desde el principio, he sentido el ajuste como un traspaso de energía y me daba cuenta de que se produce una conexión. No solo por ese contacto físico, sino también el hecho de respirar a la par. Es un momento en el que, de alguna forma, entras en la práctica de la persona tratando de interferir lo justo y necesario y luego te vas a otra persona totalmente diferente. Miles de cosas ocurriendo a la vez en ese silencio que no es silencio, porque siempre está roto por el sonido de la respiración al ritmo del vinyasa.
Casi tres años después (con pausas en medio) hoy supe que no me queda mucho tiempo en este papel, tal y como es ahora. Y, por eso, me ha salido reflexionar sobre ello.
Les contaré una anécdota de esta mañana, justo antes de saber esto.
Mientras iba de camino a la shala, sentí que era el día en que mi profe me iba a comentar algo sobre la formación, sobre ir concluyendo. Exactamente igual que cuando he sentido que me iba a dar la siguiente postura y lo ha hecho ese mismo día. Una vez escuché en un vídeo de Nazaret Castellano (una especialista en Neurociencia que tiene varios libros que les recomiendo) decir que el cerebro de los alumnos se sincroniza con el de los maestros. Y se lo envié a mi maestra porque realmente lo creo y lo he experimentado en varias ocasiones.
Pues bien, hoy es el principio del fin de esta bonita etapa.
No es el fin porque todavía me queda alguna cosita suelta y empezar la siguiente fase en la que estaré haciendo prácticas ya sola, sustituyendo a mi maestra, con la responsabilidad y honor que eso supone. Lo bueno es que sus alumnxs ya me conocen, pero yo sé como practicante, que cuando estás acostumbrada a tu maestra, es difícil confiar en otras manos, inevitablemente tienes el referente de tu maestra con la que has empezado desde cero o que te ve practicar a diario, los ajustes se sienten diferentes y, en este caso, además, estoy empezando así que tengo el reto de ganarme su confianza.
En este sentido, mi consigna es tratar de hacerlo lo mejor posible, ponerle corazón y ganas, y hacer todo lo que esté en mi mano. Como cuando practicas yoga, muchas cosas de la enseñanza no son teóricas, van llegando con la práctica. Necesitas ir pasando por muchas personas, día tras día, para contar con la sabiduría de la experiencia.
Algunas reflexiones de mi aprendizaje
Llevo tiempo queriendo compartirles parte de esta aventura, pero como digo, demasiados malabares y quehaceres ocupan mis días. En este camino de vocación que siento para transmitir algo tan valioso para mí como es el yoga, he ido madurando muchas ideas, he cambiado mi mirada sobre muchas cosas y también me he vuelto más compasiva y flexible mentalmente. Creo que es fruto de la práctica, parte de la transformación que ocurre. Seguro que me entienden la sensación: es como que pasa el tiempo, y un día como que me encuentro de nuevo. En ese encuentro nuevo observo que ha habido una transformación. Me pasa con la práctica y con la asistencia. Me voy como redescubriendo siendo distinta.
Durante este tiempo, al servicio de mi maestra y de sus alumnxs, la confianza en mí ha ido creciendo poco a poco y cada vez me siento más segura. Ahora hay una base y la próxima etapa va de echarle horas en la shala teniendo yo la responsabilidad.
El ashtanga yoga es maravilloso porque es un antídoto perfecto para la sociedad de la inmediatez de nuestros días. O eso es lo que me parece a mí. Disfrutar de un aprendizaje que se cuece a fuego lento y curtirte a base de esfuerzo y disciplina, ir forjando una relación de confianza, tanto con mi maestra como con sus alumnxs, para ir entendiendo poco a poco cómo funciona este método y cómo aplicarlo en el día a día.
Los seres humanos somos complejos y mucho más frágiles de lo que pensamos.
Tengo la sensación de que solo me he asomado un poco, pero ya puedo ver que hay tantas prácticas como condiciones, circunstancias, mentes y cuerpos diferentes. Hay cosas que son comunes, pero después hay partes únicas en cada uno de nosotros que se reflejan en la esterilla. A veces aparecen lo que yo llamo las sombras, la oscuridad… esas partes de nosotrxs que no nos gustan tanto, que no queremos ver o que nos cuesta gestionar. Se pueden ver claramente emociones como: el miedo, la frustración, la tristeza, la duda, la desesperanza…
Pero, de alguna forma, la práctica nos ayuda a lidiar con esto.
El enfocarse en una respiración consciente, sincronizada con el movimiento, la secuencia de posturas elegidas deliberadamente para que ocurra una profunda limpieza interna, las transiciones, la mirada … todo en conjunto ayuda a desbloquear esa energía estancada, te mueve cosas por dentro, te despierta y, eso, como mínimo, te aporta una nueva consciencia de quién eres. Lo que ocurre en la esterilla se termina convirtiendo en adquirir una mayor lucidez en tu vida, en aceptación, en una mente más calmada y una sensación de alegría y paz interior.
Por eso, el lema de esta nueva web es: “Practicando ashtanga yoga par ser feliz”
Porque, te pregunto a ti que me lees, si no practicas para ser más feliz, ¿para qué practicas?
No hay respuesta correcta, pero yo lo tengo claro XD
La shala (casa): espacio seguro
Sostener una shala de ashtanga yoga es ofrecer un espacio seguro para que las personas puedan dedicarse un ratito a sí mismas cada día. En la shala, que significa casa (por si no lo sabías), no se habla demasiado, pero muchas veces no hace falta hablar para saber que alguien a quien ves todos los días no tiene su mejor día. Pero también es muy posible que, precisamente, se te pase que alguien no tiene un buen día, porque como digo, las personas somos muy diferentes y a veces tenemos mucho arte disimulando lo que nos pasa. Pero es interesante ver cómo en la shala existe una intimidad, una privacidad, un ambiente acogedor que invita a que seas tal cual te sientes.
Es como un segundo hogar.
En la shala no importa quién seas fuera, importa que estés ahí para practicar, importa que si estás ahí, es porque quieres sentirte mejor, es tu lugar para conectar contigo mismx.
Por eso, una de las cosas que he aprendido de mi maestra Gri es la importancia de la comunicación. Preguntar si el ajuste está molestando o si no lo queremos, tratar de que la persona sienta confianza para que exprese sus sensaciones me parece muy importante. Como asistentes o como profesoras estamos pendientes de muchas cosas a la vez y no podemos leer las mentes, por lo que es importante que haya una buena comunicación, una relación de confianza. No quiere decir entablar conversaciones como si tomáramos un café en medio de la shala, quiere decir que haya confianza y espacio para comunicar lo importante.
Otra cosa que me parece preciosa es ver que, en muchas ocasiones, son los propios alumnos los que se convierten en maestros de los maestros. Y es que todos estamos en el camino espiritual y, por tanto, todos estamos aprendiendo. Y bueno, ¿qué decir de ser testigo de la evolución mental y física de un practicante? Eso es muy gratificante.
En definitiva, que estoy ocupada, pero aprendiendo mucho y espero algún día acompañar a algunos de ustedes. A veces me han preguntado si doy clases, pues la respuesta es que todavía no. No sé cómo lo voy a hacer en el futuro, pero de una forma u otra, espero poder transmitir este método y acompañar prácticas.
Aprender de la fuente
En cuanto a Mysore, mi intención es volver en cuanto pueda. En total, he estado practicando tres meses con Sharathji. El próximo sería mi tercer viaje y, la verdad, es que me siento mucho más familiarizada con la India y creo que podré disfrutar mejor la experiencia. A pesar de que Gokulam, el encantador barrio donde nos solemos alojar, está muy preparado para nosotros los occidentales y todo es muy fácil, la India y su cultura es muy diferente a lo que yo estoy acostumbrada. No son las mismas comodidades de aquí, pero es cierto que en mi segundo viaje me sentí mucho más en casa y algunas personas me han dicho que el tercero ya lo sintieron “casa”.
La enseñanza de Sharathji
En cuanto a la práctica con Sharathji para mí es una experiencia única. No creo que se pueda vivir lo mismo en ningún otro sitio. Para mí tiene mucho valor. En mi opinión, por mucho que haya profesores seniors muy experimentados que te enseñan super bien, con ajustes increíbles y todo lo que quieras, nada es comparable a practicar con Shatathji. Le pese a quien le pese, él es el transmisor oficial de este linaje. El ambiente que se crea en su shala solo lo puede recrear alguien que se crió y formó junto a Pattabhi Jois.
En el Sharath Yoga Center todo está medido y nada se le escapa.
Él es capaz de ajustar a los que están practicando y al mismo tiempo organizar e ir llamando a los que van a empezar a practicar, además de comunicarse y coordinarse con sus asistentes. En esta última temporada estaba en la shala de 4 a 10 o 10:30h , los sábados había una clase guiada y una conferencia y los lunes daba dos clases: guiada de primera y de segunda. Yo calculo que éramos unas 500 personas, 70 en cada turno mysore practicando a la vez.
Creo que quienes no han estado allí, o quizás las personas que van poco tiempo a Mysore, tipo un mes, no pueden apreciar el esfuerzo y sacrificio que esto significa. Quizás, incluso haya que ser profesor de shala presencial, para llegar a entender de verdad la energía que se requiere para estar 6 horas seguidas dando clases mysore. Solo por esto muchas personas lo admiramos profundamente. Luego hay muchas cosas que con la mentalidad occidental haríamos de otra manera o no entendemos por qué se hacen así. Eso es parte de la gracia también.
Hay que tener la mente abierta y estar dispuesto a adaptarse a que las cosas son como son.
Puede que muchas personas no quieran pagar ese precio y prefieran practicar cómodamente en un retiro en Bali o irse a Purple Valley y me parece super respetable y un plan muy guay. Pero honestamente creo que la sociedad del bienestar (paradójicamente) nos crea mucho sufrimiento y el trabajo que realizamos practicando ashtanga yoga en Mysore, bajo la guía de Sharathji, es un entrenamiento que nos saca de la zona de confort y que no se puede comparar con nada (o casi nada) en el mundo.
Conclusiones
Todo este aprendizaje está muy bien y tiene muchísimo valor para mí, sin embargo, no quiero dejar de mencionar algo importante: creo que antes de enseñar hay que ser un buen alumno o alumna.
Esto significa tener una práctica comprometida, sólida, constante, disciplinada. Es decir, que practicar a diario sea una prioridad en tu vida.
Y para terminar este post quisiera darle las gracias a mi maestra Gri:
Gracias por darme esta preciosa oportunidad de aprender de tu mano, por enseñarme el valor del linaje, por aportar claridad en mi camino, por tu ejemplo de fuerza y dedicación diario y por muchas otras cosas que quedan entre nosotras. ¡Seguimos!
Y, aunque siempre hay más que decir, termino aquí este post con el que inauguro una nueva época en la que pretendo poner más energía en esta web. Estoy pensando en cómo puedo aportar a la comunidad, así que, porfa, lee mi postdata.
PD: Me encantaría saber qué te gustaría que aportara por aquí. Cuéntame lo que quieras o responde a algunas de estas cuestiones en los comentarios:
- Si ya practicas ¿qué dificultades tienes para practicar ashtanga?
- ¿Echas de menos algún tipo de información sobre la práctica?
- ¿Harías un curso de principiantes conmigo?, ¿te gustaría algo grabado?
- ¿Con qué frecuencia te gustaría que escribiera artículos?, ¿semanal, mensual?
- ¿Te gustaría algo en formato audio?
¡Ah! ¡Y cuéntame qué te ha parecido este post!
Muchas gracias por estar al otro lado :)
Me alegro mucho de estar de vuelta. Espero que me acompañes.
Con cariño,
Merce
Practicando ashtanga yoga para ser feliz
Que hermoso leer estas líneas, para mi has sido siempre una fuente de inspiración leerte, seguirte, y desde este lado del mundo darte las gracias por todo lo que compartes, cada lectura es única y genuina cosa que atesoro, espero como un regalo cada día el podcast, y predico la energía tan bonita que tienen los asthanguis, que si quiero una práctica constante si, que si quiero más voluntad si, que la vida a veces sentimos que nos arropa con tantas cosas tambien, no tengo un maestro como los que les he leído pero sueño que un día eso llegará, el Universo conspira para que todo llegue, y mi tarea es confían y tener paciencia. Es complejo explicar un poco por esta vía, las vivencias de cada uno, pero si algo me gustaría es saber de cómo conservar esa energía de la práctica constante, como encontrar el camino hacia lo verdadero… Mientras todo conspira y eso llega, yo quiero con todo mi corazón decirte “Gracias”., ha sido tan valioso, y valorado para mi todo este espacio, que aún estando lejos en este país “Venezuela”, me he sentido cercana en el compartir de esta valiosa enseñanza. Que Purusha y la Divinidad te colmen de más sabiduría y te hagan inmensamente feliz….
Que hermoso leer estas líneas, para mi has sido siempre una fuente de inspiración leerte, seguirte, y desde este lado del mundo darte las gracias por todo lo que compartes, cada lectura es única y genuina cosa que atesoro, espero como un regalo cada día el podcast, y predico la energía tan bonita que tienen los asthanguis, que si quiero una práctica constante si, que si quiero más voluntad si, que la vida a veces sentimos que nos arropa con tantas cosas tambien, no tengo un maestro como los que les he leído pero sueño que un día eso llegará, el Universo conspira para que todo llegue, y mi tarea es confían y tener paciencia. Es complejo explicar un poco por esta vía, las vivencias de cada uno, pero si algo me gustaría es saber de cómo conservar esa energía de la práctica constante, como encontrar el camino hacia lo verdadero… Mientras todo conspira y eso llega, yo quiero con todo mi corazón decirte “Gracias”., ha sido tan valioso, y valorado para todo este espacio, que aún estando lejos en este país “Venezuela”, me sentido cercana en el compartir de esta valiosa enseñanza. Que Purusha y la Divinidad te colmen de más sabiduría y te hagan inmensamente feliz….
Hola Merce, muchas muchas gracias por el post. Te escucho hace un tiempo a traves de spotify en el podcast Mysoerando. Soy de argentina, practico ashtanga yoga hace 3 años y medio y me está picando este bichito de poder asistir, pero no se si es lo mío aún.
Soy bastante disciplinada, pero me llevó 2 años aproximandamente tener una práctica diaria, y aún hoy no logro una práctica sólida, en el sentido que hago cada día lo que puedo, pero no siempre es la misma porque no siempre puedo dedicarle hora y media de mi día a la práctica.
Estaría bueno que hables algo de eso, de cómo poder trabajar en consolidar la práctica, mas allá que el que anda por aca ya sabe que es “práctica, práctica, y todo llega”.
Viajar a Mysore desde acá (en mi caso siendo mamá de dos niñas pequeñas) es practicamente impensado, mas allá que en sus podcast he escuchado muchas experiencias diversas sobre gente que va con familia, con hijes, etc. Pero bueno hoy lo siento así, igualmente tenemos muy buenos profes en argentina, y siempre tenemos la posibilidad de hacer algun curso de vez en cuando.
Muchas gracias por estos post que valoro muchísimo porque me cuesta encontrar personas con quien poder compartir sobre estas cosas.
Que tengas muchos exitos en todos los proyectos que emprendas. Cariños
Hola Belu ¡un saludo para Argentina! Ay, gracias por tu comentario. Me encanta saber quién me está leyendo y cómo se percibe al otro lado Sí, ya estoy pensando en cómo podría ayudar en cuanto al compromiso y demás. A ver si le doy forma.
La verdad es que entiendo que te cueste teniendo una familia detrás. Debe de ser más complicado encontrar esa estabilidad para practicar. Sobre lo de asistir, te cuento con toda honestidad: por un lado, creo que para asistir es necesario tener ese compromiso diario con la práctica, que entiendo que ya lo tienes. Pero es cierto, que si te cuesta mantener el compromiso de la práctica por falta de tiempo, no sé cómo podrías encajar el tiempo para asistir. Creo que nunca deberíamos dejar nuestra práctica de lado para aprender a enseñar. Pero bueno, quizás es un tema que sería mejor comentarlo con tu maestra o maestro, que te conocerá, y quizás podrían llegar a ciertas conclusiones. Desde mi experiencia, el nivel de compromiso que me ha requerido asistir es bastante alto, y todavía me queda hacer muchísimas horas dando clases de sustitución para terminar la formación. Entonces, no es una decisión para tomar a la ligera porque también te digo que para la maestra o maestro es un extra de energía dar la clase y a la vez formar a alguien, por mucho que ayudemos en muchas cosas, pero también nos están enseñando y es decepcionante que alguien se comprometa y luego lo deje.
Dicho esto, si tienes ganas, seguramente en algún momento lo veas claro, quizás no es ahora, sino dentro de unos meses. En mi caso también influyeron unas circunstancias personales, porque precisamente iba a tener más tiempo para mí, así que aproveché ese momento. Tal y como yo lo veo, primero es ese gusanillo y luego es ir viendo si realmente se puede encajar. Ver si se mantiene en el tiempo el gusanillo o no… Y si es para ti, seguro que se dará y podrás hacerle un hueco en tu vida.
Espero haberte ayudado y mucho ánimo con todo,
Un fuerte abrazo, Merce
Merce felicidades por la web tan bonita que has creado.
Te quería agradecer toda la dedicación y el esfuerzo.
Conocí primero tu web y después os he escuchado en mysoreando. Me parece muy inspirador el trabajo que hacés en ambos soportes ya que siempre aportas algo nuevo a mi práctica.
El post es precioso y transmites toda la dedicación detrás de la enseñanza de este método.
A mi personalmente me cuesta mucho ser constante con la práctica y diría que voy por épocas pero también es algo que he aprendido a aceptar.
Escribas lo que escribas te estaré más que agradecida y el formato audio se me hace muy accesible.
Lo dicho Merce, gracias de corazón y un abrazo muy grande. Ánimo para todos tus proyectos
¡Hola Marian! Qué ilusión recibir un comentario como el tuyo. Me alegra muchísimo poder aportarte desde la distancia. Te agradezco mucho que hayas respondido a algunas de mis preguntas porque me ayudas a enfocarme en mis próximo pasos. Seguimos y mucho ánimo con esa constancia.Yo creo que siempre es mejor partir de la aceptación, pues practicamos para estar mejor y no sentirnos culpable. Quizás para ti es mejor hacer un poco menos, o practicar menos días pero esos días con compromiso, que hacer seis días a la semana pero sin poder sostenerlo. Cada persona tiene que encontrar su fórmula. Mucho ánimo y gracias por tu comentario :) Un abrazo, Merce
Hola Merce, poco te voy a ayudar si buscas pistas por dónde seguir, a mí me vale que compartas lo que quieras, porque me gusta mucho todo lo que cuentas. Siempre que te leo, siento que lo escribes desde el corazón. Me gusta mucho que hayas retomado el blog. Mil gracias por dedicar tu tiempo a compartir.
Hola Ana, qué bueno. Ya con lo que me dices me das muchos ánimos ¡Muchísimas gracias!