Una ashtangui en Lanzarote
Una ashtangui de vacaciones en Lanzarote
¿Qué hace una ashtangui cuando viaja a algún lugar?
Buscar si hay una shala cerca ¿es así o no? Jajaja
No creo que sea la única ashtangui o practicante de yoga que cuando se va de vacaciones investiga a ver si hay alguna shala de yoga, en mi caso de ashtanga yoga, jeje.
Esta vez mi destino de vacaciones era Lanzarote. Un lugar familiar para mí. Y por eso me resulta curioso pensar que en el año 82, cuando nací y mis padres decidieron mudarse a la isla, la profesora Camino Diez ya había viajado a la India y supongo que estaría cerca de conocer a Pattabhi Jois y el método ashtanga que intuyo que determinó su vida. Porque si me resulta sorprendente el poder transformador del yoga en pleno siglo XXI, me imagino cómo tenía que ser en esos años en los que costaba mucho más acceder a la información y en los que el yoga aún no se había hecho tan popular en Occidente.
Pues eso, que yo vivía ajena al mundo ashtangui y nunca me habría imaginado que en mi querida isla de la infancia pudiera encontrar una shala con una maestra como Camino, con mucha experiencia. Cuando este año mis amigos de veraneo empezaron a decir que estarían en agosto en la isla y que habría un bonito reencuentro pensé también en aprovechar la ocasión para vivir una experiencia ashtangui en la isla que me vio crecer.
De la duda a la confianza
A todas éstas, tenía un poco de miedo a que mis “amigas” las lesiones no me permitieran hacerlo porque venía arrastrando un dolor muy persistente en el esternocleidomastoideo y el cuello desde principios de julio. Igualmente miré la web de Ashtanga Yoga Canarias y busqué la sección de Lanzarote, contacté con Camino por whatsapp. Me dijo que podía ir sin problemas, y me avisó de que la ubicación era algo complicada. Llegaron las vacaciones y yo seguía con dolores y los días previos a ir a la shala había estado “manteniendo” la práctica. Eso en mi mundo ashtangui significa hacer una práctica corta o adaptada porque no tenía mucho tiempo al estar de vacaciones alojada en casa de mi prima y, por otro lado, porque el dolor muscular era algo intenso.
Tenía mis dudas de si me vendría bien o no visitar a Camino en esas condiciones. La confianza es algo imprescindible para ponerte en manos de un maestro, en este caso maestra. Total que me dije “Merce, si vas a la shala es para confiar en que te puede ayudar, le cuentas tu estado y que ella te diga”. Tras esos pensamientos empecé a sentir lo contrario del miedo, empecé a sentir que tenía que ir porque, claro, justamente ella me podría ayudar y por eso tenía que ir. Una especie de “llamada”. Esto lo llamo yo seguir tu intuición, más allá de lo que te pueda decir la mente.
Y es curioso porque a veces lo que separa que algo ocurra de que no ocurra es una línea muy fina y se llama motivación. Si mi determinación por ir no hubiera sido firme, quizás no habría ido porque resultó que la shala estaba en Costa Teguise y esos días me estaba quedando en el apartamento que habían alquilado mis padres en Playa Honda, a 20 minutos en coche. Les pedí el coche para poder ir, pero ¡sorpresa! yo no aparecía en el contrato del coche de alquiler así que no podía usarlo. Dios, ¡pero tenía que ir sí o sí! Abusé un poco de mis pobres padres y los hice madrugar estando de vacaciones… a las seis de la mañana estábamos los tres tomando café, no coffee no prana, jajaja! Era para matarme, jaja. Gracias que son unos buenazos y me hicieron el gusto sin quejarse :) Al día siguiente me pude añadir al contrato del coche y no los torturé más, jajaja.
Mi experiencia con la profesora Camino
Pues no me enrollo más y les cuento mi experiencia ashtangui en la shala de Camino.
Pero si vieran la cara de mi madre cuando me dejó allí, jaja. La verdad es que podía resultar extraño meterse de noche en una casa de alguien que no conoces, de la que salía olor a incienso, y se oían respiraciones profundas a lo Darth Vader, jajajaja. Hasta me contaron que mi padre dijo de broma “¿Nos la devolverán?” jajajaja, me parto. Y no me enrollo más, pero es que me resultó divertido…
En el siguiente vídeo pueden ver una entrevista que le hicieron a Camino y así la conocen un poquito más…
La shala de Camino
La shala, como ven en el vídeo un poco más arriba, está en la planta baja de un adosado en Costa Teguise, diría que ella vive arriba, pero no lo puedo asegurar. En la puerta tiene una estampita que te indica que ahí se hace yoga, jeje. Entrando a la izquierda hay una habitación donde dejar las cosas, y un baño para cambiarte. En frente, tras una cortina está la shala. El olor a incienso y el sonido de la respiración Ujjayi me hicieron sentir en casa desde el primer momento. Es lo que tiene ser ashtangui.
Camino me oyó entrar y vino a ver quién era. Me indicó donde estaba el baño y me hizo algunas preguntas. Si les soy sincera, eso me tranquilizó. Cuánto tiempo llevas practicando y tienes alguna lesión son preguntas imprescindibles para un profesor porque te dan información del compromiso del alumno y también para tener en cuenta su condición, sus posibles dolores, etc.
Y sin más, me puse a practicar en segunda fila entre otros dos practicantes. Me fijé que la shala estaba decorada con cuadros. Unos de posturas, otros de chakras y motivos así espirituales. Canté mi mantra para dentro y comencé con los saludos al sol. Me hizo un ajuste rápido en el perro boca abajo. Noté su firmeza.
Les confieso que me sentía bien, pero tenía cierto miedo de hacer mi práctica completa por lo que les comentaba de que llevaba varios días haciendo menos y había comido un poco de más de la cuenta, es decir, mi vida los últimos días no había sido muy yogui. Además, estaba el dolor muscular en la zona del cuello.
A estas alturas después de cuatro años de práctica todavía no sé escucharme al 100% Así que bueno, decidí que no iba a hacer los saltos sino que haría las transiciones caminando y que iría viendo sobre la marcha cómo me sentía… me dejaría llevar… Hice bien. Cuando llegué al final de la primera serie estaba súper cansada pero muy motivada y le pregunté a ella: “¿Sigo a ver?” Contestó: “Sí…” y su cara era de “¿por qué no?”. O esa fue mi interpretación…
Los consejos de Camino
Mi primer día
Una cosa que me gustó mucho de su forma de enseñar es que habló conmigo al final. Me comentó cosas, me corrigió. Para mí fue fundamental porque sentí que realmente había estado ahí observando mi práctica, sacando sus conclusiones, intentando tener algo que ofrecerme desde su punto de vista de maestra. De esas conversaciones finales extraje muchos consejos. Aquí los quiero compartir a pesar de que son consejos personalizados para mí, pero quizás te puedes dar por aludida en alguno y te ayude en tu práctica.
Y siguió: “Al principio, el ashtanga yoga se aprende de forma muy general, pero con el paso del tiempo empiezas a entender los aspectos más sutiles de la práctica.”
“Tu práctica es buena, pero si tuviera tiempo haría unos ajustes.”
Les soy sincera, cada vez que me dijo lo de “tu práctica es buena” notaba mi ego siendo alimentado. A veces esa palmadita en la espalda sirve de mucha motivación, según nuestro momento. A esa frase le seguía un “pero” y era lo que realmente me iba a ayudar a mejorar, aunque como te digo, se agradecen los elogios viniendo de alguien con experiencia.
Entonces me comentó algunos de esos ajustes. Estoy segura de que había más, pero igual no me quería abrumar el primer día… Me dijo que no es fácil cambiar ciertas cosas porque son patrones que tenemos interiorizados y cuesta tiempo incorporarlos.
“Activa los cuádriceps en las posturas de de pie, aunque te sientas inestable”
“Por ejemplo, en las posturas de de pie sobre todo trabajaría en no tirar de la rodilla, de la corva, porque eso te impide trabajar la cadera”.
“Te pasa lo mismo con los hombros y los codos.”
“El movimiento viene de los hombros, no de los codos”
“No sé si recuerdas la sensación del ajuste que te hice en dhanurasana. Esa es la sensación.”
“En Kapotasana trabaja cerrar los codos, pero desde los hombros.”
“Bascula la pelvis y bandas, es mejor aunque te cueste más, hacer todo eso.”
Respiraciones extras en las vinyasas
Muy importante esto de que hago algunas respiraciones de más en las vinyasas, respiraciones que no hacen falta, como cuando voy a saltar adelante desde el perro boca abajo.
“Hay unos tiempos”
Se refería a la relajación. Me dijo algo clave:
“Hay un tiempo para recuperar, es importante porque luego eso lo trasladas a tu vida”.
Esto me lo dijo hablando después. Si volvía mañana me contabilizaría los diez minutos de relajación en Savasana y así fue.
Posturas de suelo
Activar el cuádriceps, como ya comenté en las posturas fundamentales, pero también en Triang Mukha Eka Pada Paschimottanasana y Janusirsana, etc. Ahí es más fácil porque tienes el suelo como soporte.
Suptakurmasana desde arriba
Me dice “hazla desde arriba mejor que tu puedes”.
Me está viniendo muy bien hacerlo así. Creo que me va a ayudar a abrir más la cadera.
Marichyasana C y D
Al cogerme me dijo que tirara hacia abajo apoyando la mano en el muslo, y la sensación es muy buena. Me siento más cómoda, aunque ahora me lo han vuelto a corregir y me han dicho que no me agarre al muslo y tire, sino que trate de girar con el torso.
Utthita Hasta Padangusthasana
A veces las posturas pasan por malas rachas, jaja, ¿no te pasa eso? A mí sí. Es el caso del equilibrio sobre la pierna. A parte de acompañarme me dijo que relajara el brazo y que la pierna también tenía que trabajar. Mucho más difícil, jaja.
Supta Padangusthasana
Esto también me sorprendió, me dijo que usara la pierna como haciendo un poco de resistencia ¡y fue brutal la sensación de core! ¡Prueba!
¿Cómo me sentí tras la práctica?
Bueno, pues genial, mejor que hacía muchos días. Creo que todo fue a favor. El calor que se genera en una shala ashtangui es sanador. Lo prometo, jeje. Como dije antes, llevaba días sintiendo dolor y sobrecarga en el cuello y ese día desapareció. El plan era ir a caminar a la playa de Famara que fue una GOZADA en mayúsculas. Como pueden observar en esta foto que podría titular: “una ashtangui feliz en la playa”.
Pero lo importante es que al final hice mi práctica completa porque me sentí bien y que Camino me ayudó y por eso, aunque tenía el cuerpo lleno de agujetas me prometí que volvería al día siguiente.
Segundo día con Camino
Allí estaba, fiel a mi promesa, al día siguiente. De nuevo oír la respiración a través de la cortina es como una cálida bienvenida. Atravesé la cortina y nos saludamos con la mirada y el típico gesto de cabeza de gracias a lo yogui, tú sabes. Esta vez había un hueco en primera fila, a la derecha, pegado a la pared y me señaló que me pusiera ahí. Era justo delante de un póster de posturas que me dio la impresión de que era Krishnamacharya y que las posturas de primera y segunda estaban mezcladas… me quedé con ganas de preguntarle.
Desenrollé mi esterilla, canté el mantra y comencé con los Saludos al Sol.
Sí, me sentía genial. Un poco molida, pero mi respiración era profunda y estaba motivada y concentrada, no sentía dolor y tenía todas las indicaciones del día anterior en mi cabeza bien frescas, así que mi intención era ponerlas en práctica y sobre todo una:
DISFRUTAR
Les cuento los ajustes de este día…
Camino me observaba pero no fue hasta Padangusthasana cuando me comentó algo. Me dio un toquito con un dedo en el muslo y me dijo: “Aquí puedes hacer lo del cuádriceps”. Ok, le dije y pensé “eso intento”, jeje.
Después, me ajustó Prasaritta C que siempre es es un placer que me ayuden a llevar las mano al suelo.
En Utkatasana me bajó la cadera un montón y luego me dice “arriba” como para que levantara los brazos”. Intenso, me sorprendió su fuerza sosteniendo mi cadera abajo.
Luego otra sorpresa, me dice que la mirada en Virabhadrasana o guerrero 1 va hacia arriba, pero no a la mano, ni a los pulgares sino como al techo. Siempre pensé que era en la mano…
Llegamos a las vinyasas y me dice que del perro boca abajo vaya directamente, que no añada respiraciones, que preparo demasiado los saltos. No puedo estar más de acuerdo y es algo a lo que no le había dado importancia pero que a partir de ahora trataré de llevar a cabo para no cortar el movimiento.
Luego en Janusirsasana me dice que active el cuádriceps. “Eso te dará la fuerza.”
En Marichyasana D me ayuda porque no puedo agarrarme bien por el sudor.
Cuando te retan…
Llegamos a Suptakurmasana me dice que siempre intente atarme desde Kurmasana, porque “nunca sabemos lo que podemos hacer. “Luego, si no puedes, hazlo desde arriba” De la forma que me había comentado ayer. (ver más arriba el vídeo)
Entonces me pone una la pierna detrás de la cabeza, me dice que haga primero cada una suelta. Que la rodilla la lleve abajo, que meta el hombro, que ajuste la cabeza. Luego la otra pierna. Luego las dos con su ayuda. Es difícil colocarla sola. Luego las manos no me llegaban pero con su ayuda sí. Me coloca en Suptakurmasana como nunca nadie me colocó. La salida no me sale bien porque estaba algo floja, así todo me felicita, cosa que agradezco.
Gran intuición
Luego llegamos a la penúltima postura, Ubhaya Padangusthasana, donde trata de juntar mis tobillos. Oh, de nuevo quedo sorprendida por la intuición de esta mujer. Resulta que es algo que últimamente había comentado con mi madre. Que tengo los pies siempre algo abiertos y me cuesta hacer la rotación interna. Le decía yo a mi madre que “quién sabe si eso me ocasiona problemas o dolores”. Algo vio Camino y me dice «ya sé que esto es rizar el rizo, pero intenta rotar desde la cadera para que los tobillos se te junten».
Wow, no me lo podía creer. Luego hablamos de esto al final de la clase y me explicó mejor porque es importante la rotación interna.
Ajustes necesarios
Pasasana, pasapalabra, jaja, Pasasana entonces estaba siendo un poco tortura. Se notaba que he estado comiendo fuera, a deshoras, etc. Debo haber engordado algún kilo… Cuando eres ashtangui tu estilo de vida determina tu práctica. Me tuvo que ayudar los dos días, pero ya he vuelto a entenderme como esta torsión tan intensa. Como te decía, a veces las posturas pasan malas rachas, jeje.
Luego llegamos a Dhanurasana y me ayuda a rotar los hombros, es un tipo de rotación que quiere que entienda. El día anterior también me había ajustado la postura. Y al ajustarme me dice: “¿Ves? a esto me refiero, ¿lo notas?”. Luego que tire más de las piernas y que tenga cuidado con el cuello.
Algunos ajustes más…
Este estilo de ajustes va mucho conmigo porque me da la sensación de que me muestra el camino para que yo lo integre. Sabe que esto no se hace de un día para otro, y que yo soy una estudiante comprometida. Todo eso facilitan que me diga cosas para que yo incorpore. Esto es un regalo. Agradecida.
Seguimos con Parsva Dhanurasana y el ajuste de la cabeza, que me coloca de una forma mucho más cómoda que como yo lo hacía. En Lagu Vajrasana me dice que piense en las rodillas. Me costó esos días porque no estaba en forma, pero ya la estoy recuperando…
Y llegamos a Kapotasana, mi última postura.
Me dice que la haga sola para ella ver y luego me da indicaciones verbales, que los brazos los extienda para trabajar la apertura de hombros y que camine, “más, más, más… por fuera de los pies, luego baja la cabeza”,y entonces viene y me coloca una mano en un talón y el otro, que a duras penas llega.
Subo totalmente traspuesta, jaja, como electrocutada. Pero esto es normal. Si la haces, me entenderás, Entonces, le había preguntado el día anterior si podía descansar en un poco después y me dijo “en teoría no se puede”, pero “trabaja con el cansancio”. Puedes usar Adho Mukha para hacer algunas respiraciones más que funciona como contrapostura…
También me dijo:
Esta frase me la grabo también porque yo soy mucho de querer hacerlo todo siempre, es decir escuchar cómo estoy ese día me cuesta. Quizás me falta un poco de honestidad conmigo misma. Estoy en ello. Sé que es el ego, pero me cuesta mucho distinguir entre lo que puedo hacer y lo que debo, o lo que siento. Muy difícil para mí, por eso creo que aprendo un poco a base de palos…
Luego hago los tres puentes y me dice que pruebe a aguantar con la punta de los dedos. Me sale un lado mejor que el otro: «Eso te ayuda a fortalecer las piernas», «para ti es un buen ejercicio». Luego al levantarme me sale fatal y me dice ” es que estabas muy lejos.”. Así que estoy trabajando en esto en casa como pueden ver en los post que les he puesto por aquí.
Después llegan los dropbacks. Me costaron la vida pero me dijo que lo hice bien. Luego en el último que es con asistencia me dijo que caminara en el aire y luego al subir fue brutal, me tenía sostenida con mucha firmeza, me hizo mantenerme otra vez en la punta de los dedos y notaba la fuerza en las piernas, se sentía intenso pero bien y cuando subí fue como “wow qué fue eso”, jaja, y ella dice “aaah, ves, esa es la fuerza!” y se ríe ;)
Como de otro mundo. Inexplicable.
Llegamos a Paschimottanasana me hizo un ajuste intenso pero no excesivo. Me dice que respirara profundo, soltándolo todo. Y luego el cierre a mi aire pero en Savasana me contabilizó diez minutos porque como me había dicho el día anterior es muy importante recuperar,«es cuando recoges los frutos de la práctica».
Eso fue todo durante mi práctica y luego charlamos un rato.
Charla ashtangui
Ahí me dijo lo de que tenía una buena práctica (que no he parado de repetirlo en el post, lo sé, jaja, perdonen que me regocije tanto!) y que recibía bien las indicaciones. Que estaba receptiva. 😃 Ay qué bien escuchar todo eso. Me siento que estoy en el camino correcto, jaja, ¡nunca mejor dicho lo de “Camino”! 👏
Estuvimos comentando la importancia de ver de dónde sale el movimiento, en referencia a Kapotasana y los puentes, es importante la rotación interna y trabajar tener la pelvis bien colocada. Me dijo que veía que en mi caso, en los dropbacks, era mejor doblar un poco las rodillas desde el principio y luego tratar de estirarlas abajo. La explicación no la sé reproducir pero bueno, me quedé con la idea…
Otra cosa interesante es que me dijo que doblo los empeines en Urvha Mukha y que realmente van estirados. Esto ya lo estoy cambiando… También me había dado cuenta, incluso algunas amigas de Instagram me habían hecho la observación, no le había dado importancia pero ahora que me lo dijo ella estoy tratando de estirarlos.
También hablamos de que los talleres o workshops a veces confunden y que están bien, pero hay que saber elegirlos. Le comenté que fui al taller de Tomás Zorzo en Las Palmas de Gran Canaria, al que ella fue pero ejerciendo de abuela, cuidando a su nieto, el hijo de Anand.
Me planteé cambiar el billete y alargar mi experiencia ashtangui, jeje, pero finalmente preferí volver a mi isla… Solo dos días, pero fueron una gran experiencia que me ha llenado mucho como practicante. Llegó en el momento perfecto.
Conclusiones de la experiencia ashtangui en Lanzarote
¡¡¡Encantada de saber que en la isla que me vio crecer hay una shala ashtangui con una maestra buenísima!!!
Me pareció buena porque sentí que puso empeño en mí. Me cuidó y a la vez me desafió en el buen sentido. Vi que entendió mi momento, lo que atravieso. Quizás fue mi receptividad, mi entrega lo que la motivó a volcarse, quizás es su vocación por enseñar yoga, pero la realidad es que sus indicaciones me ayudaron, reforzaron mi confianza en el método ashtangui, en la importancia de un buen maestro. No es que los maestros y maestras que he tenido no lo hayan sido, pero con Camino hablamos un lenguaje más sutil, sentí un nivel más profundo, más lo que no se ve, que es lo que a mí me interesa ahora. La profundidad que se consigue cuando cuidas los detalles. Cómo cambiar hábitos que vas cogiendo en la práctica o cómo romper esos patrones internos que no son solo físicos sino una especie de impulsos, manías, comportamientos, una energía que te puede, difícil de controlar. Es algo que nace de dentro y que es lo que somos, lo que nos hemos convertido a partir de nuestras experiencias pasadas, esas cosas que condicionan nuestro presente y lo bueno es que siendo conscientes de nuestra respiración, aprendiendo a conectar podemos aprender a transformar nuestro ser en algo mejor, un ser más evolucionado, positivo, confiado, amoroso. Pero eso no se consigue solo.
Quizás su experiencia de tantos años como maestra, le permite pillar más rápido lo que necesitas. La sensación fue como si me conociera de más tiempo. Una experiencia muy satisfactoria, que necesitaba vivir tras este año difícil de lesiones y lecciones a base de palos.
Agradezco todas sus palabras, pero me calaron las frases: «tu práctica es buena», «estás en un momento en el que puedes empezar a trabajar las sutilezas», «disfruta de la práctica aunque sea corta», “a veces hay que hacer menos”…
Gracias a mis padres por madrugar el primer día estando de vacaciones y llevarme a las 6:30 de la mañana jaja y me alegra haber hecho todo lo posible por ir y no dejarme llevar por la comodidad y la vagancia.
En definitiva:
Como siempre, espero que este post te resulte útil y que a través de mi experiencia con esta maestra ashtangui se pueda entender mejor este método transformador a todos los niveles.
- En mi experiencia el ashtanga yoga puede ayudarte a enfrentar los problemas y aprender a ser más feliz con lo que tienes, pero tú tienes que poner de tu parte.
- Muchos valores como la confianza, la disciplina, la humildad, el desapego no son solo palabras, no vienen solos, hay que conectar con eso, y realmente trabajar con eso.
- Sí, a veces hay mucha resistencia, y surgen obstáculos ya sean físicos, logísiticos, mentales, pero justo superar o no esos inconvenientes es lo que va a determinar tu camino.
- Tus decisiones cuentan. Tu apuesta cuenta. Permite la transformación. Vuela libre.