Desde que me enteré de la triste y repentina muerte de Sharathji el 11 de noviembre de 2024 han pasado muchísimas cosas. En este post he ido recopilando un poco de todo. Ha sido mi forma de ir sobrellevando la tristeza de la noticia. Te comparto muchas cosas distintas: primero una especie de diario de cómo me enteré y fui afrontando la noticia, también algunos textos que vi en instagram y me parecieron especialmente bonitos de maestros y estudiantes de ashtanga. Te comparto el mantra que le cantamos para despedirle, y muchas otras cosas, como lo que significa para mí Sharathji, y alguna anécdota o vivencia…
Pero antes, quiero mandarles un abrazo fuerte a todos los que, como yo, se sienten con el corazón roto. Ahora más que nunca permanezcamos unidos, mantengamos viva la llama. Sus enseñanzas están en cada uno de nosotros y siempre guiarán nuestro camino.
Dos semanas sin Sharathji
La noticia de la muerte de Sharathji me cayó como una loza encima la mañana del 12 de noviembre. Fue lo primero que leí al encender el móvil. Uno de sus conductores de rickshaw me escribió un mensaje que decía: Shrathji no more. Al principio, pensé que se refería a que no trabajaba más para él, pero enseguida vi la avalancha de mensajes en el grupo de Sharath Yoga Centre: Sharathji había fallecido repentinamente en EEUU, aparentemente de un ataque al corazón, mientras paseaba por el bosque con sus estudiantes.
Fue tan repentino. Fue un shock. Me costaba tanto creerlo, no paraba de leer mensajes, completamente atónita.
-¿Esto es real, por qué? Pero si se le veía bien…-
Procesar una noticia así lleva su tiempo. Sentía que mi mente buscaba la forma de escapar del dolor y continuamente me intentaba distraer para postergar el efecto devastador de la noticia: la tristeza, el vacío, el dolor, la incertidumbre, mis sueños rotos… Oleadas de emoción iban y venían, me cogían desprevenida. Poco a poco fui cayendo más en la cuenta, y fueron apareciendo más preguntas.
-¿Qué voy a hacer ahora?, ¿qué va a pasar ahora?, ¿cómo estará su hija, su mujer, su madre?, ¿y los estudiantes que estaban allí?-
No sabía si ir a practicar a la shala, pero en casa solo daba tumbos. La cabeza no paraba, intentando entender. Al final fui. Durante la práctica, por momentos me enfadé y sentí algo de rabia, luego volvían las preguntas, la energía se empezó a sentir más pesada, así que me fui a los backbends y, por fin, casi al final, salieron las lágrimas. Me volví a casa todavía desconcertada, desolada y, al poco tiempo, me avisaron Gri y Marino para quedar. Era un día para acompañarnos.
-Uf, menos mal-
Me salvaron porque ya estaba de nuevo dando tumbos en casa, sin saber muy bien qué hacer. Estuvimos un rato hablando de todo, tratando de encajar lo que estaba pasando, pero seguíamos sin dar crédito. Lo recuerdo como una especie de burbuja en medio de la gente. Solo repetíamos frases como:
-¿Pero esto es verdad?, bueno, es la vida, es lo que hay. Toca aceptar-
Estábamos en una especie de bucle: de la incredulidad a la aceptación, y viceversa. Y es verdad: así es la vida, pero eso no quita que duela, que se sienta el vacío. Estaba siendo muy duro, muy difícil de asimilar. Nos despedimos con la certeza de que a partir de ahora todo iba cambiar, y con la gran incertidumbre de cómo será el futuro. Con el paso de las horas, la tristeza se me instaló dentro, era cada vez era más densa. Las lágrimas eran pesadas. Yo iba a ir en febrero y me hacía verdadera ilusión. Pero ahora había que centrarse en ir a trabajar y seguir con las obligaciones. La vida seguía, aunque por dentro estaba totalmente pausada. Me pasé el día abriendo el móvil de forma obsesiva esperando la mínima actualización. Me preguntaba si en algún momento iba a despertar de esta pesadilla. Pero no.
Empecé a ver algunas publicaciones de las personas que estaban con él, en el momento y lugar. De repente, llegó una foto del banco de madera donde se sentó a descansar, sin saber que era para siempre -o quizás sabiéndolo-. Veo el lecho de hojas secas alrededor y lo imagino ahí, rodeado de la naturaleza que tanto amaba. Pienso que su alma escogió un lugar y un día especial, el 11.11 en uno de los bosques más antiguos del planeta Tierra. Humpback Rock se sustenta por una formación de granito creada durante la orogenia Grenville en el fondo del océano hace aproximadamente mil millones de años. Ahí fue dónde Sharathji se juntó con el Todo. Se fue con la brisa del otoño, en un susurro, en un cerrar de ojos. En un lugar muy especial.
De nuevo, las preguntas:
-¿Por qué, por qué?-
Entonces, Instagram se convirtió en una galería de fotos de Sharathji. Miles de Sharathjis por todos lados. Por un lado verlo era un consuelo, por el otro, llegaba a ser abrumador. Todos querían despedirse, agradecerle, desahogarse…
Algunos textos me llegaron al alma. No pude evitar capturarlos y guardarlos. La traducción es de Instagram así que no es buena. Aún así, comparto algunos porque creo que ayudan a procesar este duro momento:
Me pasé la primera semana atesorando recuerdos y sentimientos porque los siento muy parecidos a los míos. Me creé una carpeta en instagram con todas las publicaciones que veía sobre él. Se empezaron a organizar ceremonias de despedida. Vi la de Kino y me consoló y ayudó muchísimo. El sábado mi amiga Vivi me invitó a su shala y le cantamos un mantra, uno que se canta en despedidas.
Tuvimos la suerte de tener a Anna Constanza dando un curso en Tenerife y nos lo explicó. Es el Mahamrityunjaya Mantra, también llamado “Tryambakam Mantra”, es un verso del Rigveda. Este pacífico canto espiritual está dirigido a Tryambakam, “el de los tres ojos”, un avance de Rudra, más tarde identificado como Shiva.
Anna nos dijo que el nombre se traduce como “Victoria de la muerte”. Y el resto sería algo así:
Invocamos a Shiva, el que tiene 3 ojos del que emana un olor divino. A él le estamos pidiendo que nos libere de la muerte para alcanzar la inmortalidad, como un calabacín que se cae de su rama por su propia fuerza y madurez y corta con las ataduras, con libertad, naturalidad.
Es un mantra muy potente, se canta 108 veces. La repetición de mantras es una práctica espiritual que se llama Japa Mala y Sharathji siempre la recomendaba. Estoy muy agradecida a mi querida Vivi, por invitarme porque en ese momento de profunda tristeza, sienta muy bien contar con una comunidad de gente tan amorosa, que te arropa, te entiende y te da fuerza. Eso también es mérito de Sharathji. Él nos unió :)
La última lección
Y todo cambió, porque nada es para siempre. Esa fue su última lección. Ese instante, su partida, cambió la vida de todos los ashtanguis cuyas ilusiones y sueños eran practicar bajo su guía, en Mysore, la fuente del ashtanga yoga, o en sus giras por el mundo para transmitir este hermoso legado que le dejó su abuelo. Una familia yogui. Cuando pienso en su mujer, hijos, su madre, su hermana, Usha… qué tristeza más grande. Nosotros nos sentimos huérfanos de maestro, con los corazones llenos por el amor y la unión de la comunidad, pero también rotos y vacíos sin nuestro gurú, pero ¿ellos? Ellos han perdido un padre, un hermano, un amigo…
Esta noticia tambaleó nuestra vida, rompió nuestros sueños… ya nada volverá a ser como antes. Y resulta que “el antes” era bueno, nos hacía felices, y lo sabíamos. Creo que lo bueno de esto es que la mayoría de los que lo llegamos a vivir alguna vez, lo valorábamos y agradecíamos. Era nuestro tesoro y, por eso, nos está doliendo tanto. Era único, especial. Perdonen si hablo por los demás, pero creo que coincidimos en que ir a Mysore hacía crecer nuestra devoción, fe, entrega, amor, unión… Somos muchos ashtanguis los que hemos vivido o pretendíamos vivir momentos felices en Mysore y decir adiós es muy duro. Quizás volvamos, pero nada será igual. El cambio y la incertidumbre asusta. Hay muchas preguntas en el aire. Preguntas que dejamos para después porque todavía necesitamos hacer el duelo.
Lo que está claro es que hay una lección que aprender: No dejes nada para después. La vida es ahora.
ME PREGUNTO: ¿CUÁNDO SE CONVIRTIÓ EN MI MAESTRO?
Honestamente, no identifico un momento exacto en el que Sharathji se volvió mi maestro. Se fue colando poco a poco. Quizás en el segundo y último viaje se consolidó esa conexión, pero creo que fue en la pandemia cuando supe que, sí o sí, iría a Mysore. Durante esas clases y conferencias, a través de la pantalla, sentía que me hablaba al corazón, sentí su mensaje en primera persona por primera vez. Aunque ya había calado en mí su mensaje, a través de mi maestra Gri, yo necesitaba vivirlo por mí misma. Decidí que iría a Mysore y tendría mi propia vivencia.
Después de la pandemia empecé a asistir a Gri y apliqué para Mysore, pero al final, cancelé el viaje por miedo. Mi primer viaje finalmente fue en agosto de 2022, y a la vuelta fue cuando Vivi y yo creamos el podcastMysoreando. Precisamente porque valorábamos mucho lo que era ir allí, y porque queríamos hacer llegar nuestra forma de vivir el ashtanga yoga bajo su guía, el ashtanga yoga según la tradición. El siguiente viaje lo hicimos juntas, hace solo un año, en diciembre de 2023, donde grabamos un montón de entrevistas.
Y así, casi sin darme cuenta, estaba organizando mi vida para poder ir a Mysore cada año, poniendo mi trabajo patas arriba y haciendo algunos sacrificios, pero yo sentía que tenía que ir siempre que pudiera. Recuerdo perfectamente estar allí en esa enorme shala, mirar alrededor y pensar en lo afortunada que era de vivir esa experiencia. Lo que se vivía allí era algo único. Recuerdo también pensar en que eso no sería para siempre y que tenía que aprovechar siempre que pudiera. Claro, nunca pensé que esa iba a ser la última temporada de Sharathji, pero sí que podría haber circunstancias que me impidieran ir y, por eso, siempre que pudiera intentaría ir.
La primera vez que lo vi recuerdo pensar “qué hombre más normal”, pero a la vez me daba mucho respeto interactuar con él. En mi primer viaje, en 2022, todavía la pandemia estaba reciente. Me sentía extraña en India y, además, tenía reciente la lesión del serrato. La primera vez que se me acercó a hacerme el catching, le conté lo de mi lesión, estaba nerviosa. Él me dijo que lo haríamos fácil y suave y también me dijo una frase: “is not mandatory“ (no es obligatorio!). Después de haber oído tanto sobre que él era estricto con el catching y que había que hacerlo todos los días, desde ese primer contacto desapareció la presión. Hice lo que pude y él me dijo “easy for you“. Lo que yo viví con él y lo que entiendo de su abordaje con las asanas es que siempre lo íbamos a intentar, pero en ningún momento te iba a obligar a traspasar límites.Yo creo que él tenía unas pautas generales para todos, pero luego en las distancias cortas, como digo yo, en lo individual, te trataba con empatía y amabilidad.También creo que su experiencia ayudaba mucho y podías confiar plenamente al ponerte en sus manos Sus ajustes eran precisos y no se sentían forzados. Te llevaba con delicadeza al lugar que tu cuerpo podía. Nada más.
En esa temporada mientras me ajustaba paschimottanasana se puso a leer mi tarjeta y me dijo algo así como: “Mmmh, Mercedes, alemana, ¿no? y yo “no, española, jeje”. Es que su coche era un Mercedes, jaja. En el primer viaje y el primer mes siempre hacías solo la primera serie y cuando pasaba el mes ya te empezaba a agregar de segunda si lo creía oportuno. A mí me dio pasasana en ese viaje pero solo fui un mes así que no fue hasta el segundo viaje, la temporada pasada, cuando experimenté lo de que te avanzara posturas.
Para mí la magia de practicar en Mysore, era que él te viera, era recibir su bendición. Para mí no era la bendición de cualquier maestro o maestra. Era la suya, la del máximo representante del ashtanga yoga. Por eso, cuando en el segundo viaje un día me dijo: “tomorrow show me pasasana”, cuando llegó el momento de enseñársela me puse super nerviosa, jaja. Me salió, pero qué nervios durante toda la práctica… No solo porque me la viera, sino porque se podía dar la situación de que estuviera en el otro lado de la shala y tener que llamarlo o esperar a ver si me veía o no. Todo eso era un tema, jaja. Pero yo, esa vez, tuve mucha suerte y estaba al lado. Le dije: “show you pasasana?” -en inglés indio, jaja-. Y bueno, cuando vio el segundo lado me dijo: “good pasasana, tomorrow until bhekasana”. Un montón de posturas del tirón. Para resumir: en mi corta experiencia con él, unas veces tardó mucho tiempo en darme la siguiente postura y, otras veces, hizo esto de darme muchas de golpe. Lo que siempre hizo fue ajustarme desde la compasión y la exigencia justa.
UNA EXPERIENCIA ÚNICA
Hay muchas cosas que se me quedaron grabadas porque nunca las he vivido en otro lugar. Cuando acababa la práctica íbamos al vestuario, nos cambiábamos y para salir teníamos que pasar por delante de donde estaban todos practicando. Muchos de nosotros lo buscábamos con la mirada y, con las manos juntas a la altura del pecho, le hacíamos una especie de reverencia, una señal de agradecimiento, de respeto. Otras personas, normalmente de nacionalidad india, pero también practicantes ya más veteranos, se acercaban a tocarle los pies. Era un momento en el que conectabas con él directamente. Él te hacía un gesto como que recogía el agradecimiento y cuando le hacían lo de tocarle los pies, se llevaba la mano al corazón. Lo de los pies es algo muy común allí, se le hace a las personas mayores, a los maestros y también porque se cree que da buena suerte, que trae cosas auspiciosas.
Qué bonito es tener en mi cabeza ese recuerdo y su mirada de complicidad.
Luego, en las conferencias de los sábados, cuando nos contaba anécdotas o nos recitaba textos sagrados, gracias a sus palabras yo recordaba mi propósito, le daba significado a todo el esfuerzo, a la práctica, y en definitiva, a la vida. Lo sentía como una persona de buen corazón, su mirada era limpia y pura, con la chispa de un niño. Su sonrisa era capaz de iluminar ese pabellón gigantesco. Se fue demasiado pronto para mí, que apenas estaba empezando mi camino con él. Ese es el vacío que siento, el saber que no podré seguir aprendiendo de él.
Desde que fui a Mysore, cuando practico, a veces oigo su voz o siento su mirada. Lo siento presente. La segunda práctica que hice después de saber de su partida,la hice para él, como si lo tuviera delante. Le dediqué mi kapotasana, la postura en la que me quedé allí. Lo recuerdo dándome consejos para agarrarme un talón que se me resistía. Pensé que quizás puede verme desde donde esté y en las posturas que me cuestan intento dar lo mejor de mí. Sin duda, al recordarle, siento una energía especial, una energía de conexión y unión. Intentaré mantener esa llama viva dentro de mí. Les confieso que hasta mí misma me ha sorprendido lo mucho que he sentido su pérdida. No era consciente de que mis sentimientos fueran tan profundos, de que mi vida estuviera tan ligada a su existencia. Por eso, entiendo que mucha gente no entienda por qué estoy tan afectada. Creo que no soy la única que se siente así, hasta un chico escribió un texto llamado “Por qué está llorando tu amigo yogui” para hacer entender a nuestro entorno por qué estamos tristes.
Hay un recuerdo que es una tontería, pero ahora me hace ilusión. Un día salí a comprar a la frutería, a una hora no muy transitada. Creo que era después de comer, el día de nochebuena o un día navideño. Iba yo pensando en mis cosas y cuando fui a cruzar me di cuenta de que venía un coche grande y resultó ser él, jaja. Imaginé que iría a casa de su madre. Simplemente nos encontramos con la mirada y me saludó sonriente. Yo me quedé contenta porque, además, me había hecho catching ese día. Luego, recuerdo que en alguna conferencia nombraba que veía a sus estudiantes caminando por Gokulam y yo pensaba “como a mí”, jaja.
UN TIPAZO
“Un tipazo”, dijo mi maestra Gri para resumir, en una palabra, lo grande que era. Humano, sencillo, humilde, bueno, con sentido del humor… esas eran algunas de sus cualidades. Y a veces también daba gritos, jaja. Se preocupaba para que todo funcionara perfectamente y, por eso, ponía unos horarios y unas normas. Si te salías de eso, podías oírlo desde el otro lado de la shala gritando cosas como: “close the door”, “who told you to do that”, “why are you late?”. Y el mítico “one more!” cuando nos llamaba a practicar, o “one more tall”, “one more small”… Algún día, si les da curiosidad y no lo vivieron, les puedo contar un poco más en detalle esto que es algo muy característico. Quizás, lo podemos comentar en el podcast. En definitiva, en la shaa,Sharathji sabía muy bien cuál era su papel y lo cumplía con creces.
UN REVOLUCIONARIO
No sé si a los demás les pasa igual, pero yo siento que le entendía, entendí su mensaje desde el primer momento. Creo que gracias a él éramos cada vez mejores practicantes de yoga y que lo que venía iba a ser mucho mejor. Su mensaje era sencillo y sin pretensiones.Era mucho más profundo de lo se veía en apariencia, porque no hacen falta muchas florituras para transmitir la esencia de lo que significa el yoga. Su compromiso con sus estudiantes era de admirar. Qué voluntad y qué gran responsabilidad.Siento que, mientras el ashtanga era criticado por diferentes lados, él hacía su propia revolución llenando los corazones de practicantes de todo el mundo con un mensaje de humildad.
Y aunque,probablemente, no todos lo entendieran o lo valoraran igual, no importaba porque él no pretendía nada. Él solo daba y daba, solo hacía ese papel que asumió sabiendo la responsabilidad que tenía. Pero su grandeza mayor, por encima de ser el Paramaguru, siempre fue el amor que demostraba por su familia. Era un padre comprometido. Eso le daba todavía más valor, porque era una persona normal haciendo lo que podía y debía a la vez. Lo que hacía tenía muchísimo mérito.
Cuando su abuelo Guruji Pattabhi Jois falleció en el año 2009 a la edad de 94 años, él tuvo que coger las riendas y guiar a toda una comunidad internacional de practicantes. “Se mantuvo firme” –dijo alguien-. No debió de ser fácil. Ver en primera persona su dedicación y compromiso con los estudiantes me dejó asombrada. No faltaba nunca. Durante la temporada de clases se despertaba a la 1 de la mañana para hacer su práctica y después, estaba desde las 3 y pico, creo, hasta las 10 de la mañana enseñando sin descanso…Aunque fuera pura vocación, se dice fácil, otra cosa es hacerlo. Además, sabiendo la cantidad de gente que le quería y le seguía hasta el fin del mundo, él seguía igual, humilde. Sus principios eran sólidos y coherentes con los de un maestro de yoga.
SU PRECIOSO LEGADO
Ahora que nos ha dejado, y como pasa muchas veces, tengo la sensación de que se ve y valora más claramente su mensaje, su legado. Se ve el cariño de su comunidad, se ve la unión que él promovió, se ve la gran labor que hizo. El futuro es incierto, él es irremplazable pero, sin duda, dejó un mundo mejor. Y se podrán decir, y se dicen, muchas cosas de nosotros, los ashtanguis, pero la unión y la fuerza que he visto estos días, el amor tan fuerte hacia nuestro gurú no sé si se ve muy a menudo en otros estilos de yoga. La realidad es que somos una gran familia repartida por todo el mundo. Él estaba orgulloso y muchas veces “presumía” de tener alumnos en más de 100 países. Aunque también en esta comunidad, igual que en todas las familias, hay discrepancias y conflictos, y ya veremos cómo vamos reaccionando ante esta nueva realidad que se nos presenta sin nuestro guía.
Por lo pronto, la shala ha comunicado que esta temporada van a abrir para hacer autopráctica, sin profesor, sin ajustes y que todos tienen que hacer hasta la última postura que les haya dado Sharathji. Mucha gente irá, pero otras personas preferimos esperar a que tranquilamente se decida cómo se va a continuar. Para mí es un esfuerzo grande ir a Mysore, así que prefiero esperar a ver qué dirección toma todo, pero me da muchísima pena.
La nueva serie: the active series
Sharathji justo se encontraba en EEUU presentando una nueva serie: The Active Series, una serie de ashtanga simplificada. El libro de esa serie se podrá comprar en la web de Sonima el 29 de noviembre. En esa web hay muchos vídeos interesantes de Sharathji, pero ahora les recomiendo ver este vídeo homenaje.
No me puede hacer mayor ilusión poder tener ese libro entre mis manos. Para mí esa era su verdadera misión: que el yoga fuera accesible para todos, que todo el mundo se pudiera familiarizar con el yoga. Y será parte del precioso legado que nos deja. De todos nosotros depende transmitirlo de una forma pura y respetuosa, que honre, de verdad, todo el esfuerzo que él hizo por nosotros.
Siempre me ha dado tristeza que se nos considere un estilo de yoga solo físico. Incluso en este momento de duelo, he leído comentarios al respecto. Si alguien que opina esto me lee, les pido -con todo mi cariño- que se abran a la posibilidad de estar equivocados. La transformación espiritual que ocurre al practicar ashtanga, siguiendo el método tradicional, es real. Quizás haya personas a las que se le ha transmitido mal y, de corazón, les digo que es una pena. Las personas que se creen que han practicado ashtanga porque han hecho de vez en cuando la secuencia de posturas de la primera serie, perdonen que les diga, no han practicado el método, se han quedado en la superficie. Quizás, simplemente no sea su camino, y eso está bien. No lo sé. Cada uno es libre de tomar sus decisiones. Lo que me da pena es que nos critiquen o se hable con desprecio de este método. Pueden hablar todo lo que quieran, pero pocas herramientas existen tan transformadoras como el ashtanga yoga. Es cierto que requiere un esfuerzo, un compromiso grande, pero lo que te devuelve no tiene precio.
LA CEREMONIA PARA SU FAMILIA Y ESTUDIANTES
El 24 de noviembre tuvo lugar una ceremonia tradicional hindú en la que se celebraba la entrada de Sharathji a Vaikunta, la morada celestial de Vishnu, y brinda la oportunidad de recordar a Sharathji y orar por la paz eterna de su alma y el bienestar de su familia. (La puedes ver aquí). Me llamó la atención que tanto Andrew Hillam -coautor del libro de la nueva serie por lo que entendí en esta ceremonia- y Shraddha -su hija-, comentaron en sus discursos algo que solían decir tanto Sharathji como Guruji Pattabhi Jois:
“Todo el mundo puede practicar yoga excepto las personas perezosas”
Quizás su propósito o dharma en esta vida estaba ligado a esa misión de hacer el ashtanga accesible para todos. Siempre lo pensé y cuando ayer vi la ceremonia, Andrew me lo confirmó. Parece ser que Sharathji era consciente de que el ashtanga yoga se percibía en el mundo como algo difícil y que mucha gente ni siquiera lo quería probar. Sharathji quería cambiar esto y que todo el mundo pudiera obtener los beneficios del yoga y, por eso, creó esta nueva serie. Una serie a la que la gente no le tuviera miedo. Esta serie tiene los mismos beneficios que ashtanga yoga. Es ashtanga yoga. En esta serie hay posturas de las series de ashtanga y es una práctica simplificada, pero con el mismo método. Y, Andrew, continua diciendo que hace poco Sharathji le contó algo que nunca había escuchado, le dijo que esto era algo que solía discutir con su abuelo Guruji Pattabhi Jois y que él estaba de acuerdo en que necesitaban crear algo más accesible, más sencillo. Por último, Andrew dijo que tuvo la oportunidad de practicar la serie y que sintió algo especial, que él ha practicado modificando posturas, por lesiones o adaptar para sus alumnos, pero que aquí hay algo muy especial que surge solo de la experiencia de alguien como Sharathji, que ha enseñado durante tantos años y a tantos alumnos. Le dijo que estaba probando estas posturas, estaba tratando de ver cómo crear esta serie, dijo que a veces la practicaría y que si practicas esta serie puedes sentir una energía especial. Esta serie la creó junto al Centro de Ciencias Contemplativas de Virginia que le apoyaron para crearla y quería hacer formaciones anuales de tres o cuatro semanas para que los profesores autorizados enseñaran esta serie por el mundo, pero que en Mysore se mantendrían las series tradicionales. Por último, pidió paciencia para la gente que pregunta si pueden practicar la serie activa, dijo que, ahora que han acabado los rituales, la familia tendrá tiempo para reflexionar sobre cómo continuar su legado, para pensar en cómo querría Sharathji que continuara.
El discurso de su hija Shraddha también fue muy tranquilizador, verla a ella y a su hermano con esa integridad teniendo la muerte del padre tan reciente es un gran ejemplo, su actitud es en sí misma una lección de lo importante de la vida: el presente. Su sonrisa y la luz en sus ojos mientras hablaba del padre me da esperanza en lo que vendrá.
En definitiva, esta ceremonia, aclaró muchas cosas y me dio mucha tranquilidad. Nunca sabremos cómo habría implementado él la serie, pero tras ver la ceremonia, siento que esta serie va a trascender de alguna forma y que no quedará en el olvido. También me pareció muy interesante lo que cuenta Andrew de lo que sintió al practicar la serie.
Si me conoces te puedes imaginar que siempre he defendido que todos podemos practicar y que el ashtanga es una practica personalizada, o que así debería transmitirse. Me da mucha pena no tener la oportunidad de practicar con él el tiempo suficiente para obtener su bendición. Igualmente quiero seguir mi camino como si él estuviera ahí, guiándome y, sin duda, trataré de transmitir el ashtanga yoga que aprendí de él, no solo en primera persona, sino gracias a mi maestra. De hecho, creo que gracias a todos los maestros que se formaron bajo su guía, mantendremos vivo este precioso legado.
EL CAMINO ESTÁ CLARO
Querido Sharathji, lo diste todo por nosotros. Te doy las gracias desde lo más profundo de mi corazón. Gracias por tu sacrificio, por tu amor y dedicación. Gracias por tu humildad. Gracias por llegar a tantos corazones. Gracias por cada sonrisa, por cada mirada. Gracias por tu enorme dedicación. Gracias por tu precioso legado.
Eres y serás querido y recordado como un verdadero Gurú. Ahora nos toca a nosotros, tus alumnos y maestros de todo el mundo, coger la antorcha para seguir iluminando el mundo, que buena falta hace. Familia ashtangui, estemos unidos en este duro momento. Como dijo Kino en la ceremonia de su despedida en Miami:El yoga nos mostrará el camino.
La luz del gurú nos guió y nos seguirá guiando.
Gracias por todo Sharathji. Descansa en paz.
Con amor,
Merce ✨
PD: Si te apetece, ¡deja un comentario! Por ejemplo, puedes contar algún recuerdo bonito con Sharathji, contar cómo te sientes con esta noticia, o lo que tú creas…, pero me encantaría leerte. ¡Gracias!
Si tienes pensado practicar con Sharath este post es para ti
Hola, amigo/a del blog ashtangui ¡estoy de vuelta! Vengo con un post práctico, de esos que a mí me gusta leer, jeje. Como muchos y muchas saben, este verano -agosto de 2022- cumplí uno de mis sueños ashtanguis: viajar a Mysore -India- para practicar con Sharath Jois, el paramaguru del ashtanga yoga.En mis inicios (hace 7 años) me sorprendió enterarme de que, a las clases de ashtanga yoga, se les decía estilo mysore porque es el nombre de la ciudad donde empezó este método. Entonces, yo y mi alma investigadora, dimos con muchos vídeos de youtube sobre Mysore. Recuerdo verlos en bucle… esa shala repleta de ashtanguis sudorosos haciendo virguerías… Guau, era fascinante… Me preguntaba “por qué hacen esto de viajar tan lejos y cómo conseguían hacer todo eso con su cuerpo…”
Fue desde ahí, cuando sentí la llamada.
Recuerdo pensar: “Quiero ir a India y vivir esa experiencia”.
¿Era “la llamada de la fuente”? Podemos decir que Mysore es la fuente, el lugar donde comenzó la práctica del ashtanga yoga.
Pero claro, en ese momento, para aquella Merce, era un sueño lejano. India no está a la vuelta de la esquina y yo nunca he sido una viajera empedernida, así que, sinceramente, no era algo que encajara demasiado en mi vida de entonces. Además, todavía la práctica no había calado en mí, y por eso no deja de resultarme curioso, que ya se hubiera despertado en mí esa inquietud. Era como una semilla plantada. Y, por otro lado, a decir verdad, siempre quise ir a India porque me llamaba la atención cómo viven la espiritualidad, pero nunca tuve una motivación tan fuerte como para organizarme para ir. Visto con perspectiva, supongo que, parte de la transformación que ocurre con la práctica de yoga continuada, es entender que en la vida tienes que tomar decisiones adecuadas para que tu vida sea lo más coherente con tus valores, dicho resumidamente: tener claras tus prioridades.
Así, pasito a pasito y sin forzarlo demasiado, me vi embarcada en ese viaje con destino samadhi, jeje, quiero decir, con destino Mysore, ejem, bromas (malas) aparte, para leer los detalles de ese “viaje espiritual” vas a tener que esperar al siguiente post, porque en el post de hoy quiero enfocarme en aspectos prácticos y útiles.
Me encantaría que este post sirviera de ayuda a todo aquel que vaya por primera vez a Mysore a practicar con Sharathji.
Vamos, que te voy a dar ya recopilada toda la información que necesitas saber: cómo aplicar para practicar con Sharath, dónde sacar visado, consejos de viaje, qué hacer al llegar, etc.
De nada, jaja.
Tengo que decir que yo, por suerte, fui muy bien asesorada por mi profesora y por otras compañeras que ya habían ido. Eternamente agradecida
Parte 1: antes de ir
Esperar el anuncio de que Sharath abre temporada.
Si ya tienes claro que quieres y puedes ir a practicar a Mysore con Sharathji tienes que estar muy pendiente de su página web. En la web anuncian las temporadas en las que él va a dar clase y las condiciones.
Por ejemplo: cuando yo fui la temporada era julio, agosto y septiembre y se daba la opción de solicitar ir por un mes, dos o tres meses. Yo elegí ir por un mes. Pero no siempre es así. De hecho, la siguiente temporada (que abrió en agosto) es para noviembre y diciembre, pero en este caso no permite ir solo un mes, sino que todo el mundo tiene que ir los dos meses.
Mi recomendación es que, si puedes, vayas por dos meses, pero entiendo que la primera vez quieras ir un mes, como fue mi caso y también es verdad que no todo el mundo puede organizarse en el trabajo y con la familia para estar fuera tanto tiempo.
Requisitos
Antes de aplicar ten en cuenta que, hoy por hoy, para solicitar ir, tienes que haber practicado dos otres meses, de forma presencial, con algún profesor o profesora autorizado/a por él y, además el profesor/a tendrá que hacerte una especie de carta de recomendación. Otro requisito a raíz de la pandemia y, según la web, por orden del gobierno indio es que todo el mundo debe estar vacunado del Covid. Quizás este requisito cambie, pero en la actualidad sigue vigente. Para estar bien informado revisa antes de ir la página oficial.
Si cumples las condiciones puedes aplicar para ir a practicar con Sharathji.
Aplicar
La aplicación es online y por las historias que me han contado siempre fue una lotería que se registrara tu solicitud en la web, ya que abrían las inscripciones a la misma hora en todo el mundo y se colapsaba la web. Muchas veces no sabían si habían aplicado o no y mucha gente se quedaba fuera por un tema técnico. Por suerte, ahora abren la inscripción por 12 horas. Solo tienes que rellenar un formulario. La guía para rellenarlo está en la web y es este enlace.
Recibir confirmación
Ahora solo queda esperar el famoso email de confirmación si hay suerte, que esperemos que sí.
Si no hay suerte te llega un email, pero diciéndote que no has entrado. Esperemos que no pase, pero que no te desanime, ¡el que la sigue la consigue!
Trámites: visado, billetes y casa
Con la confirmación de la shala ya es hora de comprar billetes, sacar visado y buscar alojamiento. Te puedes adelantar a todo esto, pero claro, corriendo el riesgo de que no entres y pierdas dinero, pero bueno, por lo menos intenta tenerlo todo lo más mirado posible y desde que recibas la confirmación ¡ponte las pilas! El visado es muy fácil. Se puede sacar online. En una web que se llama e- visa y tarda poco, un par de días. Puedes sacar visados de diferentes duraciones. Para el alojamiento te recomiendo que pidas contactos a otros ashtanguis que ya hayan ido. Hay opciones de todo tipo: más baratos o más caros, compartiendo o individual… Yo te recomiendo que, si puedes, busques algo donde puedas compartir con otras personas, aunque no sea compartir habitación o apartamento, pero al menos sí el “edificio” porque siempre está bien tener gente alrededor con quien hacer planes o que te puedan ayudar en un momento dado. Yo cogí una habitación bien de precio y situada encima de mi profesora y, la verdad, es que súper contenta con la elección. Fíjate que el lugar cumpla con tus necesidades como que tenga agua caliente, si puede ser un colchón decente (los colchones indios son muy duros para mi gusto occidental), cocinilla, nevera, wifi, lavadora o que te laven la ropa…Te digo detalles de precios más adelante. Los billetes yo los compré en Qatar Airways, una compañía buenísima, la verdad. Yo, personalmente, prefiero gastar un poco más y viajar lo más cómoda posible, evitando escalas largas, porque ya de por sí el viaje es largo y, créeme, ¡agotador! Yo hice Tenerife Norte – Barcelona. Pasé una noche en Barcelona. Luego por la mañana hice Barcelona – Qatar, y Qatar – Bangalore. Llegué a las 3 y pico de la madrugada (hora de India que son 4 h y media menos que en Tenerife). Y luego, hay que hacer un último trayecto de Bangalore a Mysore y aquí es donde ya te remata el viaje, jajaja, mortal. Esto se hace en coche o en Flybus. Yo escogí Flybus ¿por qué? Principalmente porque era un viaje nocturno y me contaron malas experiencias de que a esas horas el conductor se iba durmiendo en todo el trayecto y, la verdad, no quería pasar por eso. Aquí la que vine durmiendo fui yo, jajaja, las casi 5 horas entre pitas, frenazos y conversaciones de fondo. Muy surrealista ese momento, jeje.
Y, por último -para mí obligatorio- es hacerse un segurode viajes para ir tranquila por si ocurre algo como que te pierdan la maleta. Y, por supuesto, ir cubierta en la parte sanitaria porque al fin y al cabo estamos yendo a un país tropical donde te expones a ciertas enfermedades y, aunque allí funciona muy bien la sanidad, hay ciertas cosas graves como una operación o una transfusión de sangre, que pueden salirte muy caras si no tienes seguro. Además, yo después de lo que me pasó cuando fui a Goa (lee el post de esa experiencia aquí), que Iberia me perdió la maleta y nunca apareció, ¡ya no me arriesgo! En esa ocasión, gracias al seguro, recuperé lo que me tuve que gastar en cosas nuevas que fueron necesarias. Esta vez el seguro lo contraté en Mondo Seguros y muy contenta. Aproveché que tenía la app para consultar una cosa sobre las PCR por chat. Porque sí señores, después de más de 2 años de pandemia esquivando el dichoso COVID, voy y me lo cojo en Mysore, jajajaja. La cuestión es que me dio mucha tranquilidad poder hablar con alguien en español las 24 horas.
Haciendo la maleta
¡Qué difícil hacer la maleta! Uuufff, este es todo un tema, jejeje. Vamos a ver, teniendo en cuenta la experiencia de Goa, yo no quería pasar por lo mismo así que llevé dos maletas. Una grande para facturar y otra de cabina, donde llevar lo importante por si me perdían la otra, jajajajaja. ¿Volvería a hacer lo mismo? Pues miren, sí y no. Me explico. Me parece muy buena idea esto de llevar lo imprescindible en la de mano. Pero es que yo llevaba casi todo en la de mano, jajaja, casi toda la ropa de yoga, un par de conjuntos para el día a día, ropa interior… el ordenador, apuntes… Y además, llevaba la esterilla colgando. Totaaaal, que iba demasiado cargada para un viaje con escalas en el que tienes que caminar por el aeropuerto, etc.
Conclusión personal: Ser un poco previsora está bien, pero no te vuelvas tan loco/a como yo, jajajaja.
Ahora bien, la verdad es que acerté bastante con lo que llevé, solo me sobró: una de las dos camisetas de manga larga que llevé, una sudadera más gordita y una chaqueta también más abrigada, que tampoco me hizo falta porque me apañaba bien con una sudadera más fina y el chubasquero. Si entro en mucho detalle me extiendo demasiado, así que te propongo que, si tienes dudas concretas con la ropa que vas a llevar, ponlo en un comentario y lo resolvemos para todos. Igualmente te dejo este post sobre el tema que leí antes de ir ;) Ropa que llevar así en general: ropa fresca, de verano, camisetas de manga corta de algodón o lino, pantalones frescos y sueltitos, vestidos largos, pero frescos… Pero también, aunque parezca raro, hay que llevar alguna chaqueta tipo anorak o sudadera con chubasquero y algo para taparte el cuello, porque sí es cierto que por las mañanas al ir a practicar tan temprano en rickshaw o moto te da el aire y puedes pasar frío. En agosto es época de monzón, y llueve bastante y de forma inesperada, así que tienes que tener a mano siempre una capa, chubasquero o paraguas. Luego las mujeres tenemos que tener en cuenta que allí hay como una especie de “etiqueta cultural” y es que no está bien visto que las mujeres enseñen los hombros, y usen faldas o pantalones cortos. Así que se recomienda ir con camiseta de manga corta y pantalones o faldas largos, vestidos largos. Si te quieres poner camisetas de asillas, pues llévate un pañuelo para taparte cuando vayas caminando por la calle si quieres evitar miradas y demás. El pañuelo de hecho es muy útil y en algunos templos, obligatorio.
Aprovecho para comentar que yo me sentí siempre muy segura por la calle, pero sí es verdad que eres diferente y la gente te mira y te pide hacerse selfies contigo, jajaja.
Ropa aparte, te cuento otras cosas útiles que llevar, aunque casi todo lo puedes conseguir allí:
Mosquitera, por si tu alojamiento no estuviera bien acondicionado.
Pajita para beber coco.
Termo
Almohada, sábanas y toallas.
Las toallas, por lo que tengo entendido, nosuelen incluirse, en cuanto a las sábanas sí, pero la verdad es que, en mi caso, solo tenía bajera y a mí me gusta tener una sábana por encima, tipo colcha, no directamente la manta o dormir destapada. La almohada es opcional, jajaja, pero para mí llevar mi almohada es como sentirme más en casa
Cafetera, por si -como yo- eres adicta al café. Aunque dependerá de la cocinilla que tengas, porque a mí no me sirvió y me compré una cafetera tipo francesa, que por cierto, es como se suele tomar el café allí, en general.
Cualquier utensilio o alimento que sepas que vayas a usar y te quepa en la maleta. Yo me llevé bolsas reutilizables, unos cubiertos de bambú, algunos tuppers, sal, orégano, sobres de aceite de oliva (allí es muy caro).
Medicamentos que quieras tener a mano ante una urgencia como fortasec, antistamínicos, analgésicos… Allí puedes conseguirlos, pero quizás en un primer viaje te quedas más tranquilo/a teniendo algunos a mano. Ten en cuenta que si son con receta te la pueden pedir en los controles del aeropuerto. Siempre es bueno revisar las normas de lo que te dejan llevar tanto facturado como en cabina.
Cosas para la práctica, por si no son obvias:
Esterilla
Esterilla de algodón o de microfibra para poner por encima
Toallita o pañuelo para el sudor
Conjuntos para practicar, te dejo el enlace donde se explican las normas de vestimenta de la shala.
Parte 2: Cuando llegas
Siempre recordaré el día de mi llegada, jaja
Un día de mucho calor y mucha intensidad. Bajarme de aquel bus con tremendo equipaje y toparme de golpe con el kaos de la ciudad: pitas, coches y personas por todos lados, calor… gracias que estaba acompañada y solo tenía que dejarme llevar. Otro mundo, otros ritmos… No entendía el inglés, no tenía internet y no sabía siquiera dónde conseguirlo. El cansancio del viaje me pesaba demasiado. Si me iba a dormir, corría el riesgo de provocar un desastre de jetlag, y claro, en un par de días había que practicar.
Por suerte, yo tenía gente que me facilitó todo. Ellas saben quiénes son. Otra vez, gracias.
Después de haber dejado el equipaje en casa, quería resolverlo todo ya. Obviamente con esa mentalidad me llegó el primer tortazo de realidad del viaje y me di cuenta de que nada iba a resolverse rápido y que tenía que dejar atrás mis comodidades de “occidentalita”. Por suerte, Gokulam, el barrio donde estaba la shala antiguamente y donde nos alojamos todos, es muy tranquilo y fácil de conocer, aunque he de confesar que tardé semanas en darme cuenta de que mi casa estaba cerca de una calle que pensaba que estaba para otro lado, jaja, pero resulta que las calles hacen como un rodeo y al final, todo quedaba al lado. Para mí fue un gran descubrimiento, porque a partir de ahí me ahorré caminar muchos kilómetros innecesarios, jajaja.
Otra razón para escribir este post y facilitar el proceso al llegar, porque de verdad que no fue fácil.
¡DATO IMPORTANTE! ¡OJO CON LAS STAGE! Allí es muy importante cuando tengas que dar tu dirección a los conductores decir, además del nombre de tu calle, en qué STAGE está. Porque resulta que las calles se pueden llamar igual, pero estar en otra STAGE. Yo por ejemplo vivía en la 3rd STAGE. Te animo a que te fijes en eso para que te ahorres sustos y malentendidos. Y si te estás preguntando si no dije la STAGE y me llevaron para la otra punta de Mysore alguna vez… Sí, me pasó el primer día XD
Mis sitios básicos
Conexión a Internet
Lo primero que yo haría es comprar la conexión a Internet para poder luego buscar todo lo que necesites en Google Maps. La sim card la compras en la 1st Main Road, justo en frente del restaurante Depth N Green(Precio aproximado 300 inr/700 inr para un mes). Ten en cuenta una cosa y es que con esta sim te funcionan los datos del móvil y por eso puedes conectarte a Internet y usar Whasapp, Instagram, Netflix, Google, etc. En el whasapp tendrás el número de teléfono de tu país, pero también tendrás un número indio para las llamadas telefónicas y los sms (que además es útil porque a veces te lo piden para hacer compras online o rellenar formularios oficiales). Por tanto, sería genial tener un móvil con 2 sims, o si tienes un móvil de sobra en casa te recomiendo que te lo lleves, porque ya sabes que hoy en día te mandan códigos de confirmación por sms, por seguridad para entrar a tus cuentas. De esta forma no tendrás que estar cambiando la sim continuamente.
Moverte por la ciudad
Los Rickshaws son la mejor opción para trayectos cortos, ya que son económicos y rápidos. Suelen estar aparcados por ahí, y también puedes pedir a través de aplicaciones como Uber y Ola. Estas apps son opciones muy recomendables para moverte por la ciudad para tus compras por ejemplo, porque ya es un precio cerrado y puedes escribir la dirección, con lo que no hay tanto lugar para malentendidos con el idioma. Pero tienen el lado malo de que a veces no son muy fiables, pasan cosas como que el conductor tarda en aceptar el trayecto, o te cancelan el viaje…
Por eso, para ir a la shala o incluso para hacer excursiones largas es mejor utilizar los Rickshaws que tienen un acuerdo con Sharathji, estos conductores son los “drivers de la shala”, siempre están aparcados en la calle donde está el banco. No son tan baratos, pero al menos, son conocidos y fiables. Cada trayecto a la shala costaba 200 rupias, pero puedes compartirlo con dos personas más, por lo que al final te sale muy barato.
También, si eres atrevido/a te puedes alquilar una moto y entonces eres el rey o la reina de Mysore, jajajaja. El único inconveniente es el tráfico loco.
Bazares y supermercados
Para completar esta parte de “cuando llegas” quiero comentarte los supermercados y bazares para conseguir cosas de primera necesidad, y más adelante, te comentaré algunos lugares para comer que son seguros. En la misma calle donde se compra la SIM CARD, la calle que se llama MAIN (principal en inglés) hay varios bazares donde puedes encontrar de todo un poco: calderos, cafeteras, utensilios de cocina, trabas y cuerdas de ropa, etc.
Tienditas orgánicas
Cerca hay una tiendita orgánica que creo que se llama Ayuh Organic donde puedes encontrar un montón de productos tipo bebidas vegetales, cremas de frutos secos, cereales, especias, snacks,… no sé, un poco de todo. Otro clásico, cerquita de ahí, pero tirando para arriba, entrando por una calle a la derecha, es la tienda orgánica Hashiru Organics Mysuru. Esta tienda me encantó. Tiene también cositas de comer como la otra, como por ejemplo muchos tipos de currys, que si no me equivoco allí los llaman “masala”, es decir, distintas mezclas de especias ya preparadas para que puedas hacer los platos típicos (eso lo encuentras en casi todos los supermercados). También tiene un montón de productos tipo suplementos ayurvédicos, cremas y aceites para el dolor… y ¡sorpresa! Libros de yoga y otros temas interesantísimos. Compré algunos porque estaban baratos, pero la verdad es que les recomiendo que comparen con los precios de amazon india. Yo compré algunos libros en oferta en amazon india y fueron literalmente una ganga.
Otro clásico que merece la pena que conozcan desde el minuto uno es la tienda que la gente llama “el chocolate man” (si lo buscas en Google Maps su nombre es Cocoa Vault) . Se pueden imaginar por qué. Los chocolates que venden son artesanales y están espectaculares. Además de chocolate hacen tartas sin gluten, brownies raw, bombones con crema de cachuete. La verdad es que es una joyita dentro de Gokulam para cuando te apetece algo goloso, jeje.
En la calle principal también hay otra tienda orgánica. Estas tiendas no son las más baratas, está claro. Pero resuelven para conseguir productos saludables.
Supermercados
Para compras más grandes te recomiendo el supermercado Loyal World, que está cerca pero es mejor coger rickshaw. Y bueno, más cerca está el More Supermarket, pero para mí gusto está mejor el otro. – Para fruta y verdura te recomiendo una tiendita que está también cerca, creo que era en la 9th CROSS ROAD con la 7th MAIN ROAD. También en lo que se llama el DR. CORNER hay puestitos y verás un hombre que va con un carrito vendiendo fruta, pero yo creo que él es más caro.
Farmacias
En cuanto a las farmacias, para mí las más cómodas eran la que estaba justamente en la 9tb CROSS ROAD que se llamaba Medplus Medical Shop y la que está en la MAIN enfrente del templo de Ganesha que se llama Sri Murugan Medicins (por si te ayuda está cerca de la tienda de Vodafone donde sacas la SIMCARD). – Para ir terminando, te voy a decir los cajeros donde yo sacaba dinero, aunque este tema del dinero me gustaría hablarlo más detenidamente para contar algunas cosillas interesantes. Uno era el State Bank of India, que está justo enfrente de la tienda orgánica Hashiru, y el otro Bank of Baroda, en la calle CONTOUR ROAD. Solo una cosita sobre sacar dinero, estén atentos porque a veces te sale una pantalla que te avisa que te van a cobrar comisión, y otra cosita por si no lo sabes, a las tarjetas internacionales les tienen un límite y no suelen dejar sacar más de 10 mil rupias, incluso a veces no puedes sacar 10 mil, pero si pones 9 mil sí te deja. Es todo un mundo esto de manejarse con el dinero. También puedes preguntarle a otros extranjeros si saben dónde cambiar dinero, o a los drivers de la shala, o quizás el casero. Mucha gente cambia euros, así que puedes ir viendo lo que mejor te venga en función también de cómo hagan el cambio de moneda.ç
¿Dónde comer?
Y lo más importante ¿dónde comer? Hay muchísimos sitios pero para empezar te recomiendo solo cuatro: Zen Kitchen, Chakra House, Govinda y Depth N Green. Para tomar un rico café que no sea de el café que llaman de prensa francesa: Minimal Coffee
Y si estás deshidratado como me pasó a mí el día que llegué te puedes parar a beber agua de coco, ¡en la MAIN encontrarás un puestito!
Pues por ahora dejamos aquí este primer post. Es mucha información y me lleva mucho tiempo, pero ya hay muchas cosas que se pueden ir aprovechando.
¡Espero de corazón que les sea de ayuda! Cuéntenme en los comentarios :)
Cómo construir una práctica sostenible de ashtanga yoga
En este post y en el anterior te he explicado mi forma de entender la práctica de ashtanga yoga, aunque no siempre ha sido así, poco a poco, he llegado a entender que la práctica de ashtanga tiene que ser sostenible si queremos practicar toda la vida como este método requiere.
Mi forma de entender la práctica
En mis 5 años de experiencia practicando ashtanga yoga he visto a mucha gente desistir y a otra mucha (entre ellas yo), obsesionarse con la práctica. Y, aunque todo es cuestión de fases, he pensado un poco en ello y creo firmemente que la práctica debe adaptarse a tus circunstancias. Por eso, en un post anterior, te daba trucos para vencer la pereza y te comentaba que hicieras tu práctica sostenible. Después te explicaba en otro post, lo que significa la práctica sostenible:cómo construirla y por qué es importante. Y por último, en este post te hablo de cómo estructurar la práctica para lo que te daré ejemplos de prácticas sostenibles.
¡Vamos a ello!
Estructura de la práctica
Es muy importante saber cómo se estructura la serie de ashtanga, para luego poder adaptarla a las circunstancias. Vamos a establecer diferentes duraciones, respetando el ordende las posturas, a la vez que podamos trabajaradecuadamente los fundamentosde la práctica, con el fin de obtener el máximo debeneficios.
Yo no invento nada, es cómo aprendí yo ;)
Mantra de Inicio (se hace siempre)
Saludos al Sol A y B (determina la duración de la práctica junto con los puntos 3, 4 y 5)
Posturas fundamentales
Posturas de la primera serie
Posturas de cierre o secuencia final
Pranayama* (es opcional y se hace antes o después de Utplutihi)
Mantra final (se hace siempre)
Savasana (se hace siempre)
Ejemplos de prácticas sostenibles
Pero antes, quiero hacer algunas aclaraciones:
Como habrás leído en “estructura” en todas las prácticas de ashtanga yoga se cantan los Mantras de inicio y final, el Pranayamaes opcional y se hace antes o después de Utplutihi y se termina la práctica en la relajación o Savasana. Que sepas que doy por hecho todo esto en las siguientes diapositivas.
Si nunca has hecho ashtanga este post no te sirve a modo de manual, el sistema de ashtanga yoga es mucho más que la serie de posturas.Por ejemplo: no te voy a hablar aquí de vinyasas, ni de bandhas, ni de drishtis. Esto va dirigido a personas que ya conocen la práctica de ashtanga.
Lo que veas en negrita son las novedades concretas de ese ejemplo de práctica corta.
Tampoco te enumero todas las posturas porque esto sería muy largo. (Sorry not sorry , jeje).
Práctica de ashtanga yoga de15 minutos
– Saludos al sol
5 del A
3 del B
– Posturas fundamentales
Desde Padangusthasana hasta Parsvottanasana
– Posturas de cierre
Secuencia de cierre “corto”:
Yogamudra, Padmasana y Utplutihi.
Práctica de ashtanga yoga de 30 minutos
– Saludos al sol
5 del A
3 del B
– Posturas fundamentales
Desde Padangusthasana hasta Parsvottanasana
– Posturas de la serie
Hasta Ardha Baddha Padmottanasana
– Posturas de cierre
Secuencia de cierre “corto”:
Yogamudra, Padmasana y Utplutihi.
Práctica de ashtanga yoga de 45 minutos
– Saludos al sol
5 del A
3 del B
– Posturas fundamentales
Desde Padangusthasana hasta Parsvottanasana
– Posturas de la serie
Hasta JanuSirsasana C
*Preparación al puente (x3) y paschimottanasana
– Posturas de cierre
Secuencia de cierre “corto”:
Yogamudra, Padmasana y Utplutihi.
Práctica de ashtanga yoga de 60 minutos
– Saludos al sol
5 del A
3 del B
– Posturas fundamentales
Desde Padangusthasana hasta Parsvottanasana
– Posturas de la serie
Hasta Navasana
Urdvha Dhanurasana (x3) y paschimottanasana
– Posturas de cierre
Secuencia de cierre “completo”:
Desde Sarvangasana hasta Utplutihi.
También hay algunas cosas que puedes modificar a tu medida:
Los Saludos al Sol pueden ser 5 del A y 5 del B. Lo habitual son 5 y 3, pero si hace frío puedes hacer un par más y así entras en calor.
Puedes sustituirUrdvha Dhanurasana por un medio puente, que también llamamos preparación al puente.
El cierre “corto” se puede sustituir por el cierre “completo” (son unos diez minutitos).
Savasana es importante estar unmínimo de 5 minutos en prácticas cortas y en las más largas mínimo 10 o 15).
Y por último: disfruta de la práctica y no olvides que lo más importante es la respiración.
Espero que te haya sido de utilidad, si es así, déjame un comentario y comparte con quien te apetezca.
Te doy la bienvenida a este mega post sobre Kapotasana en el que te voy a contar cómo conseguí hacerla y todo lo que creo que puede resultar útil sobre esta postura de yoga tan intensa. Aunque esta postura no esté en tu práctica, creo que te puede parecer interesante cómo fue mi camino hasta conseguirla, cómo superé los obstáculos. Todo lo que aprendí es universal y vale para todos los momentos difíciles a los que nos enfrentamos durante nuestro viaje yogui, excepto los trucos que doy al final específicos para ejecutar Kapotasana, ¡todo lo demás espero que te sirva!
Mi viaje a través de Kapotasana
Todo empezó en julio de 2018 y no estoy segura de que haya terminado. La práctica de yoga en sí es un viaje en el que lo importante es el camino y no la meta. Especialmente cuando te enfrentas a posturas difíciles, que parecen inalcanzables, te sumerges en un proceso transformador. Las dificultades que aparecen por el camino te enseñan y desvelan cosas.
Lo importante es cómo las enfrentas, desde qué cualidad, desde qué actitud.
Cuando practicas con aceptación, sientes confianza, tienes paciencia, escuchas y respetas tu cuerpo puedes hacer del camino un sendero apacible que te brinda la preciosa oportunidad de despertar tu consciencia. En cambio, si practicas con una actitud exigente, sientes rabia y frustración, prisa por avanzar, si te fuerzas demasiado, si no te respetas, seguramente tu camino te lleve a un lugar oscuro, incierto, doloroso, lleno de miedos, inseguridades y bloqueos que tendrás que atravesar, tarde o temprano, para volver al sendero que te devuelva la paz.
En mi viaje por Kapotasana experimenté de verdad eso de que el yoga es una herramienta y no una meta.
Este post trata de mi experiencia personal al enfrentarme a esta postura y todo el aprendizaje que me ha traído. Ha sido un antes y un después para mí. Te hablo desde mi punto de vista, desde mi cuerpo, mi mente y mis emociones. Ha sido atravesar el bosque oscuro para volver al sendero.
Lo que aprendí en Kapotasana también puede ser útil para ti
Como te decía, este post te servirá independientemente del punto en el que estés en tu práctica. Si llevas tiempo practicando yoga, ya te habrás dado cuenta de que es muy fácil caer en ciertas cosas como las comparaciones con otras personas y las exigencias con nosotros mismos.
Observa si tienes estos pensamientos.
Es muy probable que sí, si eres honesta contigo misma. Esta actitud te puede llevar a no respetar el proceso lo suficiente, querer avanzar rápido y forzar las posturas hasta pasar tu límite. Cuando esto ocurre y experimentas dolores o lesiones, aprendes la primera gran lección: HUMILDAD.
Solo espero que mi experiencia la recibas teniendo en cuenta que no somos iguales, aunque mi experiencia te pueda ayudar, no te compares conmigo. Lo último que quiero con este post es confundirte, condicionarte, darte expectativas, o provocarte frustración o malas sensaciones.
The struggle is real
La lucha es real. Créeme cuando te digo que mi experiencia NO HA SIDO FÁCIL de vivir, pero tampoco de escribir y si lo publico es porque creo que realmente te puede servir. Y sé que no soy la única porque navegando por la red me encontré con un post que me ha encantado porque es una practicante que cuenta su viaje en Kapotasana. Y también tiene otro sobre lesiones ¡muy interesante!
Si algún día te enfrentas a Kapotasana, hazla sin miedo y con fe en ti.
¿Cómo ha sido este viaje por Kapotasana?, ¿qué fases he pasado?
Este viaje lo he separado en cuatro fases diferentes y luego en la actualidad que es una etapa de afianzar lo aprendido. En términos de tiempo me ha llevado de julio de 2018 hasta noviembre de 2019.
Aquí tienes un adelanto en fotos:
¿Cómo es Kapotasana?
Kapotasana o postura de La Paloma es una postura que en ashtanga está en la serie intermedia y que se podría decir que es una de las extensiones de espalda más intensas. Cuando aparece en la serie, viene a poner el broche de oro a una secuencia de posturas en su mayoría extensiones de espalda. Desde Pasasana a Laghu Vajrasana el cuerpo se va preparando para hacer Kapotasana.
Al menos, Laruga nos lo explicó de esa forma en el retiro que estuve en marzo de 2019, en el increíble Purple Valley.
1.- Estando en una posición de rodillas, inhalando te estiras desde la pelvis, creando espacio entre las vértebras, a la vez que estás bien enraizada al suelo con las rodillas y todas las piernas.
2.- Luego exhalando doblas tu cuerpo hacia detrás hasta agarrarte los talones (idealmente).
3.- Respiras cinco veces en esa posición.
4.- Y antes de subir haces Kapotasana B: exhalando, llevas las manos al suelo y estiras los brazos.
5.- Haces 5 respiraciones ahí.
6.- Por último, inhalas con control volviendo arriba y cuando llegas arriba exhalas.
Y como todas las posturas hay gente que la hace con mucha más facilidad que otra, pero es cierto que es una postura que suele costar.
Laruga llamó a Kapotasana “la bestia de las posturas”.
Una expresión que la define a la perfección, jaja. Para ella también fue difícil enfrentar Kapotasana al principio, por lo que tuve mucha suerte de que, en plena crisis con la postura, pudiera ir a un retiro con ella y aprender la técnica.
En este vídeo de Laruga Glaserpuedes ver su increíble práctica y en el segundo 52, su Kapotasana :)
El misterio de “abrir el pecho”
Al revisar los vídeos de mi práctica para este post me he sorprendido. He visto que no iba tan mal en flexibilidad o apertura de pecho cuando empecé a hacer Kapotasana.
Laruga al verme practicar me dijo:
“Tienes buena apertura, pero es como si tu cuerpo se estuviera protegiendo de algo”.
Todas las posturas requieren de fuerza y flexibilidad, y con la práctica de asanas vamos trabajando todo el cuerpo, pero partimos de unas condiciones concretas. A medida que va pasando el tiempo, si practicamos con constancia, somos cada vez más conscientes de nuestras fortalezas y debilidades. Yo en aquel momento me sentía bien en general, pero eso de trabajar en “abrir el pecho” era algo nuevo.
Me explico: siempre había escuchado esa expresión y sé que para hacer Urvha Dhanurasana y los Dropbacks, es necesario abrir pecho, pero claro aquí se pide una apertura mayor y además intervienen tantos músculos que resulta bastante difícil de entender.
Yo, en mi ignorancia, pensaba que en las extensiones de espalda donde tenías que enfocarte era en la espalda.
Pero resulta que no. Realmente donde se extiende el cuerpo en Kapotasana es en la parte frontal.
La espalda se dobla, pero no se puede doblar la columna más de cierto ángulo (si no entendí mal) Day1 Yoga nos dijo que no más de 25 grados y la parte de la espalda que más movilidad tiene es la zona lumbar.
¿Qué partes del cuerpo intervienen?
Y esto no es todo, por supuesto intervienen otras partes del cuerpo de las que, probablemente, muchos practicante no somos conscientes todavía, al menos reconozco que yo no tenía mucha idea. Ya ser capaz de activarlas a consciencia ni te cuento, ¡pero si ni siquiera sabía lo que eran! Simplificando mucho para que te hagas una idea si no lo entiendes como yo: piensa que si aprietas lo de atrás (juntando omóplatos) se abre o extiende lo de delante (el pecho).
Es importante aprender cómo funciona tu cuerpo
No soy una experta en esto, así que mejor no hablo mucho, pero si quieres aprender detalles de anatomía te recomiendo ir a workshops específicos donde se explique la anatomía, movilidad, biomecánica del cuerpo en la práctica de yoga, o leer algún libro bueno como por ejemplo: Anatomía Funcional de David Keil, o los deBlandine como Anatomía para el Yoga.
Aquí tienes un artículo donde se explica un poco más en detalle Kapotasana.
Una postura compleja
La cuestión es que estamos hablando de cosas técnicas, a la vez que sutiles o profundas del cuerpo y por eso considero que es una postura avanzada para la que es difícil llegar preparado a no ser que tengas una flexibilidad superior a la media en varias zonas del cuerpo, por no hablar de la fuerza que requiere en las piernas.
Por cierto, hablando de ir a workshops, voy a aprovechar la información fresca que nos dio Nita Miralles en un taller sobre backbends. No cogí muchas notas porque fue muy práctico, pero aquí va:
Es muy importante la inhalación para los backbends. La zona del vientre bajo se enraiza, pero también hay que soltar. No solo se requiere flexibilidad, sino también fuerza. ¿Qué necesitas para hacer backbends saludables?, ¿qué partes del cuerpo intervienen?
Abrir hombros/ escápulas. Fuerza en las piernas. Glúteos. Abdomen. Pelvis. Psoas. Respiración.
También recomendó el FRC e hicimos ejercicios PAILS & RAILS. Esto como viene en siglas no entendemos muy bien qué es, así que he buscado alguna definición en internet y este artículo me ha gustado en relación a la apertura de caderas:
Aunque tendemos a pensar en la fuerza y la flexibilidad por separado, en realidad trabajan juntos para ayudar a su movilidad. Si tus caderas se sienten apretadas o rígidas, es muy posible que realmente sean débiles, según expertos de condicionamiento de rango funcional (FRC). El FRC es una combinación de estiramiento pasivo, contracciones de alta tensión y rotaciones circulares que trabajan juntas para aumentar tu resistencia y flexibilidad. El protocolo que te explico hoy te puede ayudar a mejorar la calidad general de movimiento.
¡Me parece muy interesante y divertido!
Volviendo al tema de ser capaces de activar o no determinadas partes del cuerpo, recuerdo que cuando empecé en yoga y trataba de activar el abdomen ¡no podía! porque era como que no tenía acceso. Con la práctica, empecé a tener mucha más consciencia de mis músculos y es lo que llamo acceder a zonas dormidas. Así que si estás empezando ¡no te desesperes! ¡sigue practicando!
Te aseguro que Con un poco de paciencia irás descubriendo tu cuerpo.
Mi sensación es que Kapotasana requiere una consciencia corporal muy profunda. Si ya cuando empiezas a hacer backbends como Urdhva Dhanurasana o el puente, te dicen esa frase de “abre pecho” a la vez que te tocan en la espalda entre los omóplatos y te quedas como “vale, lo intento, pero no puedo”.
Una zona difícil de acceder
1. He ahí el quiz de la cuestión…
La cuestión es aprender a acceder a esas zonas.
Una clave puede ser ir trabajando las zonas de forma aislada, como he oído últimamente a Mark Robberds o a Nita.
También fortalecer y activar la musculatura necesaria. Pero a la vez creo que hay que entender qué partes del cuerpo deben estar relajadas, sin tensión para soltar y fluir con la respiración.
En yoga aprendes que es posible realizar acciones opuestas con tiempo y práctica. A veces tienes que empujar por un lado, pero relajar por otro. Es muy curioso y difícil, pero es ¡tan bonito!
2. Conoce tus limitaciones
Pues cuando intentaba Kapotasana al principio me encontraba con algunas limitaciones.
Quizás una muy visible era que mis hombros estaban bastante cerrados y no podía extender bien los brazos. Como consecuencia, cuando aterrizaba en el suelo sin mucha estabilidad, ni control y con la respiración bastante entrecortada, notaba tensión en la espalda baja.
Pero honestamente lo creía NORMAL. Ahora soy capaz de interpretarlo como que mi cuerpo estaba compensando la falta de flexibilidad de otras zonas y tiraba de la lumbar, como se suele decir. Algo que ahora creo que HAY QUE EVITAR.
3. Trabaja acorde a esas limitaciones, respeta tu momento
Si tienes limitaciones trata de ir más despacio y con más técnica. Yo, como te digo, me sentía bien, enfocada en la práctica, motivada y con ganas de superarme.
Al poco tiempo de darme la postura llegaron las vacaciones y me quedé trabajando sola. Pero lejos de achantarme y esperar a trabajar con mi profesora, seguí trabajando con mi fuerza de voluntad y constancia durante el verano con supuestos avances y a la vuelta del verano volví a la shala.
Es fundamental aceptar el momento en el que te encuentras.
Me he dado cuenta de que en esto de practicar yoga pasamos por un montón de etapas.
Unas veces te sientes en la cresta de la ola, tienes confianza, energía como para parar un tren y otras, te surgen dudas, miedos y te sientes perdida.
Hoy por hoy, me siento muy afortunada y agradecida de poder hablar con una sensación de satisfacción interna y orgullo al haber sabido afrontar una situación complicada. Los que me siguen en redes o son amigos y familiares saben que he pasado por una fase dura, dolorosa en la que me he replanteado muchas cosas de la práctica y de cómo enfocarla.
¿Te estás haciendo preguntas?
Te entiendo, mis preguntas eran más o menos éstas:
– ¿Por qué practicar algo que me produce dolor?
– ¿Por qué me duele?
– ¿Qué puedo hacer con el dolor?
– ¿Realmente vale la pena?
– ¿Es el ashtanga bueno para mí?
– ¿Quiero hacer esto?
Aquí no sé si las contestaré todas, pero intentaré al menos:
– Plasmar mi experiencia por si puede ayudar a otras personas.
– Enseñarles mi evolución para que vean cómo ha sido todo: los altibajos, los bloqueos, los éxitos…
– Compartir trucos sobre esta postura tan intensa y difícil para muchos.
– Expresarme y de alguna forma desahogarme con ustedes.
– Reflexionar sobre el método ashtanga. Sus fortalezas y debilidades.
Cómo había ido mi práctica hasta el momento
En estas plantillas fui anotando cuando me daban las posturas.
Todavía lo hago ;)
Tardé un año y nueve meses en acabar la primera serie y luego tardé muchos meses hasta que me dieron la primera postura de la segunda serie, Pasasana. Otros siete meses hasta llegar a Kapotasana. Y en esa postura estuve un año y dos meses. Es curioso porque me parece una eternidad, porque siento que esta postura me ha enseñado muchísimo.
Es cierto que no siempre fui tan constante y comprometida con la práctica, pero en el momento que empecé Kapotasana estaba muy metida y quizás algo obsesionada con la práctica.
La obsesión y demasiada exigencia no son buenas aliadas
Esto es algo que ahora ha cambiado porque creo que la práctica tiene que ser una herramienta que te ayude en tu vida y no algo que la vuelva agobiante, exigente, difícil, dolorosa. Evidentemente, hay cosas que no podemos controlar, pero justo por eso, no añadamos más leña al fuego. Relax, ashtanguis, relax. Jeje, para mí ahora es importante que haya un bonito equilibrio. ¿Qué significa esto? Que hay que ser disciplinada y constante, pero a la vez hay que ser flexible y compasiva y si un día hay que aflojar o no practicar no pasa nada, es natural.
Les sigo contando de mi práctica por aquel entonces.
Curiosamente, Laghu Vajrasana, la postura anterior a Kapotasana no me costó mucho y mira que mucha gente suele pasar tiempo en ella porque no es nada fácil, requiere mucha fuerza en las piernas, pero Ana Lestard (mi profesora de ese momento y con la que estuve desde 2015 que empecé hasta principios de este año 2019) y yo vimos claro que era resultado de haber trabajado bastante los dropbacks y por eso tenía fuerza para subir sin problema.
PRIMERA FASE → DE JULIO 2018 A OCTUBRE 2018 «ESA BENDITA INGENUIDAD»
No tan bendita, jeje, porque al ser más ingenua también era más inmadura. Inmadura significa que no tenía suficiente experiencia. Hasta ese momento mi práctica había progresado siempre bastante bien, la gente me solía decir que avanzaba rápido y atravesaba las posturas sin mayor drama, sí, pasaba dificultades, pero nada especial, también alguna lesión, dolores o contracturas, pero nada parecido a lo que experimentaría con Kapotasana.
Primeros pasos para trabajar Kapotasana
TRABAJANDO CON LA PARED
Cuando está algo cerrada la zona del pecho y hombros una forma de mejorar es así.
Te colocas tocando la pared con los pies, o cerca ,y te doblas extendiendo los brazos a la altura que sientas que es accesible para ti, no hace falta bajar mucho, creo que lo interesante es intentar estirar los brazos y empujar la pared.
Eso hace que tu cuerpo vaya entendiendo lo que tendrá que hacer en el suelo.
Seguro que hay otras formas de trabajar la apertura de pecho, pero esta es la que me enseñaron a mí en su momento.
APLICARLO A KAPOTASANA B
Luego, la idea es hacer ese mismo trabajo de empuje pero en el suelo
Tratas de bajar al suelo y apoyar las manos, eso es Kapotasana B, que en teoría se hace después de Kapotasana A, pero al principio puede ser más eficaz hacer la B, mientras va ocurriendo la apertura de hombros y de pecho necesaria para hacer la A.
Por tanto, puedes afianzar Kapotasana B y cuando estés cómoda ahí, empiezas a caminar hacia tus pies con el objetivo último de cogerte los talones, apoyar los codos al suelo y respirar cinco respiraciones.
SIGUIENTE PASO
A la vuelta de las vacaciones yo trabajaba eso: pared y Kapotasana B y yo, por mi cuenta y riesgo empecé a caminar hasta los pies. Los días “buenos” podía bajar los codos, pero no era muy habitual.
Cuando duele, ojo.
Algunas veces me dolía un poco la zona lumbar después de la práctica, no mucho, la verdad es que no le daba importancia, porque es bastante normal cuando haces backbends. De hecho cuando empecé siempre tenía un poco de dolor en la zona lumbar al hacer los puentes. Es diferente el dolor tipo agujetas en el que notas la zona como molida o como que ha trabajado, al dolor agudo, tipo pinchazo. Este último dolor es el peligroso.
Ahora sé que normal no significa que sea bueno, ni que haya que quedarse de brazos cruzados esperando a la lesión.
Tras un tiempo de estar trabajando con la pared y luego empujando el suelo, empezamos a trabajar más profundamente, tratando de cogerme los pies o los talones.
Para ello el profesor puede hacer varios ajustes. Uno muy común es: una vez estás en el suelo y tú ya has caminado hasta tu límite, él o ella te coge las manos y te las lleva a los talones. Es un ajuste que yo sentía bastante intenso, pero en aquel momento todo parecía bien.
Insisto que esa intensidad me parecía normal y sentía que progresaba adecuadamente.
Pero entonces llegó la tormenta…
Un día, de repente, me levanto por la mañana con un dolor muy fuerte en la espalda, en el centro, como si tuviera una bola que me impedía moverme. Como la zona totalmente inmóvil, bloqueada.
Así, sin avisar…
Seguramente mi insistencia en Kapotasana lo desencadenara, pero yo no sentí que ocurriera nada. Por eso creo que influyó el hecho de insistir día a día con intensidad, y seguramente compensando mucho mi falta de apertura en pecho y hombros con la lumbar.
Hacerme daño de verdad haciendo yoga no entraba en mis planes.
Tuve que hacer reposo unos días, es decir parar de practicar, y luego era incapaz de hacer extensiones de espalda, pero también había otras cosas básicas que no podía hacer, claro.
Ya no lo recuerdo exactamente, pero sé que estuve un mes con bastante dolor y que seguí practicando, porque es lo que “se recomienda”, no parar del todo, “trabajar con ese límite”, “transitar el dolor”.
En fin, una situación totalmente desconocida para mí que no sabía bien cómo afrontar.
Sinceramente, me invadió el miedo y el desconcierto.
No ignores el dolor. Tu cuerpo se quiere proteger de algo.
Si te duele, escucha. Esto no se aprende leyendo, hay que experimentarlo. Creo que, si no estás acostumbrado a trabajar con tu cuerpo, no sabes distinguir bien los diferentes dolores. No es fácil, pero es necesario entender que el dolor te avisa y te protege porque tu cuerpo es sabio. No estamos hablando aquí del típico dolor de una contractura que fastidia pero se suele ir solo o aplicando calor y masajes. Los dolores agudos y en las articulaciones son los que no son sanos. Tampoco estirar el músculo hasta el dolor para ganar flexibilidad. Ciertas zonas como las rodillas, la zona lumbar, o el cuello, son muy delicadas y si te da algún tipo de pinchazo o dolor agudo creo que es mejor deshacer la postura y empezar a trabajar con un enfoque seguro, sin dolor
SEGUNDA FASE → DE OCTUBRE 2018 A FEBRERO 2019 «EL DOLOR COMO MAESTRO»
La cuestión es que el dolor, que al principio estaba concentrado en el centro, se fue como disolviendo, y finalmente se quedó localizado en el lado derecho de la espalda baja. Lejos de irse, se convirtió en mi compañero de viaje y tras pataletas varias, tuve que aceptarlo como maestro.
Me impedía hacer cosas de la vida como caminar mucho, trabajar en el jardín, estar sentada, en fin, me limitaba para la vida. Es muy duro porque es difícil de aceptar y además me daba mucho miedo haberme hecho algo irreversible.
Pero con ese sufrimiento que estaba experimentando vinieron un montón de enseñanzas valiosas y, al final, como te digo, no me quedó otra que agradecer que ocurriera…
¿Qué hacer cuando tienes dolor?
En ese momento lo único que sabía hacer era practicar con sentido común, fortalecer la zona abdominal para proteger la zona lumbar y no forzar las posturas.
También hice consultas a profesionales, pero no de forma muy oficial. La forma en la que nos enfrentamos a estas cosas es muy personal y yo reconozco que al ser hija de un médico no estoy acostumbrada a acudir mucho a los médicos. Ya sabes esa frase: “En casa de herrero, cuchara de palo”. No soy un buen ejemplo en este sentido, pero intento ser lo suficientemente responsable como para cuidarme. Sí me hice la técnica Bowen, una técnica poco invasiva y muy suave y algunos masajes específicos para ese tipo de dolor.
Esto funcionaba, pero yo esperaba que se fuera yendo, ¡y no se iba del todo! Mejoraba muy lentamente, pero era intentar hacer la postura y sentir el dolor, por lo tanto el miedo me paralizaba y no era capaz de superarlo.
Llegó un momento en el que me sentía completamente BLOQUEADA y DESMORALIZADA.
Mi paciencia se agotaba algunos días, me sentía enfadada, triste.
Era incapaz de bajar a Kapotasana B como puedes ver en los vídeos. Solo estirarme hacia arriba, ya me ocasionaba dolor.
Una de las cosas que hacía era usar la rueda de yoga, me ayudaba, pero al final no solucionaba el problema.
Necesitaba encontrar una forma de superar este obstáculo, no por el hecho de querer avanzar en la serie, sino por el hecho de sanar y recuperar la confianza en la práctica, porque no les voy a engañar, me planteé mucho si el ashtanga era bueno para mí.
Sentía que estaban pasando cosas que no entendía y necesitaba parar y mirarlo de frente. No sé cómo ni por qué, pero la vida me había puesto ese gran obstáculo que parecía insalvable. Pasé unos meses durillos de mucha negatividad, frustración, enfado, tristeza, rabia.
Estaba en el infierno, en la oscuridad y me sentía vulnerable y aterrada. Vamos, ¡una crisis en toda regla!
TERCERA FASE→ DE MARZO 2019 A JUNIO 2019 «ATRAVESANDO LA OSCURIDAD»
Por suerte, el universo me hizo el gran regalo de hacerme ganadora del reto de Purple Valley y me fui a la India donde pude practicar con Laruga Glaser, uno de mis mayores referentes y una gran fuente de inspiración. Esto fue un sueño cumplido y clave para mi recuperación. Allí desbloqueé parte de la postura y volví con herramientas para ATRAVESAR este momento de la práctica con confianza y seguridad.
Entendí que estaba demasiado apegada a la práctica física y que había sido demasiado exigente y poco compasiva conmigo misma. Quizás no había entendido bien el concepto AHIMSA (no violencia).
Desapegarse de las posturas.
En serio, esto es importante. Cuando haces esta práctica física y vas “conquistando” posturas, corres el riesgo de apegarte a ellas. Con lo que te ha costado llegar, y de repente, no puedes hacerlo, es frustrante, ¿no? Pues eso no es lo que dicen los Yoga Sutras. Hay que desapegarse de las posturas. Creo que deberíamos tenerlo más presente. Piensa que no te pertenecen las posturas. Las posturas son herramientas, son la forma de obtener ciertos beneficios y no vale la pena sufrir en el proceso.
El retiro fue una de las mejores experiencias de mi vida, pero lo pasé con el dolor de espalda.
Practiqué como si tuviera un ala rota.
Tuve que hacer esfuerzos en muchas ocasiones para mantener el tipo y me demostré a mí misma una fortaleza que no recordaba que tenía.
Gracias que las personas con las que tuve la suerte de coincidir allí me hicieron sentir como en casa y todo lo pude llevar bien porque me sentía entre amigas. (Gracias compañeras).
¿Cómo superar un bloqueo así?
Yo necesitaba ayuda, apoyo, comprensión. Necesitaba hablar de ello y comprender qué estaba pasando…
Sabía dentro de mí que tenía que decirle a Laruga lo que me pasaba para ver si me podía ayudar, pero tenía inseguridad. No estaba nada fluida con el inglés, ella me imponía respeto y las emociones que me producía el dolor. Buf, no sabía cómo hacerlo. Al final, sin pensar apenas, me acerqué a ella en uno de los primeros talleres.
Cuando le conté a Laruga mi situación con Kapotasana me derrumbé, no pude contener las lágrimas y ella me miró a los ojos y me dijo:
“You are so emotional”.
Fue muy dulce su reacción y bueno, me dijo que íbamos a REVISAR LA TÉCNICA y que creía que eso me podía ayudar.
Además, comentamos en el retiro que este tipo de dolores y bloqueos pueden VENIR DEL PASADO y que el cuerpo trata de protegernos contrayendo la musculatura, como un aviso.
Tampoco podemos obviar los efectos que tiene la serie intermedia en el sistema nervioso.
La importancia de entender por qué y para qué practicas.
Si practicas para avanzar en la serie y “conquistar” posturas, te estás perdiendo mucho. Probablemente si te pasara lo que a mí no lo llevarías muy bien. Pero ¿vas a esperar a que te ocurra para comprobarlo? Te recomiendo que le des una vuelta a esto: ¿Cómo lidiarías con lesiones o con algo que te impida practicar y hacer tus queridas acrobacias o tus maravillosos saltos? Pues soltando toda ambición y avaricia y recordando la esencia de tu práctica, qué te hace sentir, qué te aporta más allá de las maravillas que tu cuerpo te permite hacer.
¿Por qué practico yo?
Personalmente, con todo esto he descubierto que la práctica me mantiene enfocada, me siento mucho más estable emocionalmente, concentrada, me da calma y me enseña mucho de mí.
Durante este viaje a Kapotasana he aprendido lo que es de verdad la práctica para mí:
Es como un faro que me guía y alumbra mi vida.
Claves para superar un bloqueo:
– Revisa la técnica.
– Ten fe en ti y en el proceso.
– No huyas del problema.
– Busca ayuda.
– Aprende y acepta la incomodidad.
-Ten paciencia y practica sin expectativas.
Igual parece muy obvio, pero creo que no lo es. Al menos para mí no lo era.
Resurgiendo de las cenizas
En ese retiro lo mejor que me pasó es que volví a confiar y empecé a hacer los dropbacks y también bajé a Kapotasana B después de mucho tiempo. No, el dolor no desapareció.
Y sí, hubo momentos en los que dudaba mucho y me preguntaba si estaría haciendo bien confiando en este proceso. Al final llegué un poco a la conclusión de que la solución estaba en mis manos y era mi RESPONSABILIDAD.
Creo que conocer a Laruga fue una gran ayuda en ese momento.
Supongo que habría encontrado alguna forma de desbloquearme con el tiempo, pero la realidad fue que gracias a ella cambié MI ACTITUD.
¿Qué técnica me dio Laruga para Kapotasana?
Me recomendó tratar de afianzar Kapotasana B. Aguantar bien 5 respiraciones. Y que hiciera primero un intento yo sola y luego ella me ayudaba con el segundo revisando la técnica.
Pasos a seguir:
1.- Enraizarme bien usando los bandhas.
Porque decía que no las tenía activas por lo que la zona lumbar quedaba desprotegida. Para esto ayuda antes de bajar, preparar la postura poniendo la pelvis en retroversión y sentirte bien anclada al suelo.
2.- Rotar los hombros para favorecer la apertura.
3.- Poner los brazos en namasté y a medida que te doblas estirarlos bien pegados a la cara.
Mientras intentas verte los pies.
4.- Muy importante, echar la pelvis adelante para hacer contrapeso.
5.- Luego llegar a la B y mantener ahí las 5 respiraciones para luego subir con control.
Creo que esto era todo si no recuerdo mal pero lo mejor es que vean este vídeo donde he recopilado varios momentos de los talleres que nos dio en el retiro.
Vídeo de Laruga explicando Kapotasana
Y con toda esta información llegué a Tenerife…
Pero sobre todo con fe, determinación y el objetivo de mirar de frente al miedo, atravesar la oscuridad y sanar.
Ten fe y confianza.
Queridos amigos, la fe es algo que deberíamos separar de la religión, al menos, no deberíamos tener prejuicios ante la fe. La fe es un motor, una fuerza que te impulsa a seguir. Sin este dolor no me habría sentido tan vulnerable como para entender la fe, quizás mi orgullo o mi rebeldía me mantenían bien cegada. Pero la verdad es que, en estas circunstancias, la fe y la confianza fueron y SON unas grandes aliadas. Fe en mí, en el proceso, en la técnica, en la sanación. Es muy fuerte porque nada te asegura que el resultado vaya a ser el que quieres y por eso tienes que confiar plenamente.
Atravesando la oscuridad
La única forma que encontré de superar el bloqueo fue atravesándolo. No hay atajos. Hay que pasar por ese bosque oscuro para llegar a la luz. La vida es así con sus luces y sombras y la práctica también. No esperes que este camino sea bonito y fácil. Al menos mi experiencia no es esa ;)
Estuve un tiempo practicando sola en casa, intentando integrar todo lo aprendido.
Las primeras semanas de mi vuelta, mi profesora Ana estaba en Mysore y después, no me venía bien ir a su shala en Santa Cruz.
Primero, porque está en una ciudad diferente a la que yo vivo y al cambiar de turno de trabajo y decidir estudiar oposiciones me suponía demasiado tiempo y gasto de energía. Me daba muchísima pena dejar de ir con Ana (siempre le estaré agradecida por enseñarme tan bien las bases de la práctica). Pero ¡dios! no me cuadraba nada ir y la verdad es que tras tres años ya estaba muy cansada de ir y venir a Santa Cruz, así que bueno, había que desapegarse también de todo esto y dejar ir a mi primera maestra y a su preciosa shala. Al menos, de momento…
Ahora me parece como que todo era parte del viaje…
Tú eres tu mejor maestra.
Esas fueron las circunstancias que me llevaron a quedarme en casa y cómo descubrí las bondades de practicar sola. Qué maravilla. El espacio y la intimidad que tienes cuando estás sola es único y muy diferente a practicar en una shala. Me acostumbré tanto que me costó volver a una shala. Realmente disfruto de mi compañía y valoro ese momento de introspección.
Les cuento resumidamente: Ellos tienen una forma de trabajar backbends diferente. Recomiendan, para evitar el dolor, relajar los glúteos y dejarlos blandos totalmente, poner la pelvis en anteversión e ir activando los cuádriceps, a medida que llevas a pelvis adelante. No digo que no sea correcto, pero sí que en ese momento no era lo que necesitaba oír. Porque resultó ser una forma muy difícil de aplicar, no me salía para nada. Sentía que no necesitaba otra forma de hacerlo y de hecho, me dolía más porque no sabía hacerlo y forzaba. Pero ahí estaba yo, me sentía una guerrera que ya conseguía bajar a Kapotasana B otra vez y caminaba hasta cogerme los pies.
Sí, lidiando con el dolor, atravesando la oscuridad, pero avanzando lento y seguro.
David me dijo que podía ver que estaba colapsando la espalda baja. En fin, todavía tenía mucho trabajo por delante, pero he de decir que tenía fe en mí, y en lo que había interiorizado con Laruga, y por dentro, sabía que con el tiempo y la técnica adecuada la cosa iría mejorando.
Quien tiene un amigo, tiene un tesoro
También quiero nombrar aquí a mi amiga Diana, deOrganika Shala que siempre me estuvo apoyando y dando consejos buenísimos, no solo para la parte física, sino también para la parte mental y emocional¡que fue clave! (Gracias, love you!).
Sus palabras de cariño, comprensión, empatía, animándome siempre a tener paciencia, humildad, aceptación ¡fueron de gran ayuda!
¡Ella había superado un proceso parecido y eso da esperanza!
Pues sí, eran momentos de cambios…
Justamente en esos días del taller me enteré de que en la shala de Griselda, que está en mi ciudad, a diez minutos de mi casa caminando, iba a haber una profesora autorizada nivel dos que iba a sustituir a Griselda por su baja de maternidad. Y bueno, como para ir a Mysore se requiere haber practicado tres meses con un profesor autorizado, decidí probar y tuve mucha suerte porque me encontré con una gran profesora.
CUARTA FASE→ DE JUNIO A NOVIEMBRE 2019 «Y CON TRABAJO SE HIZO LA LUZ»
En esta etapa sentí que empezaba REALMENTE el trabajo.
Era como “bueno, Merce, ya sabes lo que tienes que hacer así que solo tienes que trabajar día a día.”
Reka es muy dulce, empática y me ayudó, pasito a pasito, a ir abriendo pecho y entendiendo la postura con más profundidad. Estoy muy agradecida porque probamos diferentes ajustes, que me ayudaron con detalles distintos. A veces insistiendo en abrir pecho y otras, trabajando la parte de la fuerza y de enraizarse al suelo. Con Reka, si no recuerdo mal, empecé a llegar algún día aislado a los talones, con su asistencia.
En medio de esto, también practiqué un par de días con Marque Garaux, cuyo ajuste fue suave y delicado, sin dolor y esto también me dio un empujón moral porque sentí que podía y que era cuestión de más práctica y tiempo.
Ya era cuestión de “Practice and All Is Coming”
¿Cómo iba el dolor de espalda? Pues cada vez menor, peeeeero no todo iba a ser la espalda.
Si tienes un cuerpo es normal que a veces duelan cosas, jeje. Pues en julio me dio una contractura en el cuello muy fuerte y me tuvo muy fastidiada. Esta vez escuché el dolor y me lo tomé con calma. Tardó muchísimo en irse, todavía noto que es una zona vulnerable. Pero la forma de lidiar con esto ha sido totalmente distinta. Lo que no quita que fuera muy duro porque notaba como que me atrapaba nervios del brazo y de la cara. Fue desagradable, pero por suerte pasó.
Con trabajo diario vinieron los resultados
Se incorpora la profesora Griselda y empiezo a practicar con ella de una forma mucho más detallada la postura, casualmente ella pasó por un bloqueo en Kapotasana y, empatizó muy bien conmigo, me ayudó a entenderla definitivamente y a hacer la pose completa, que es cogerme los talones yo sola. Todavía estoy afianzando, pero ya me ha dado cuatro posturas nuevas. Diosss, jaja. Una de las claves con Griselda fue desgranar la postura paso a paso e ir trabajando por fases. Otra clave fue la repetición, la hacía tres veces.
¡Ahora llevo un tiempo que ya solo necesito dos intentos!
¿Y el dolor? A veces se asoma, algo sigue estando, pero puedo decir que es como un recuerdo o un eco de lo que fue. Ojalá desaparezca.
En los últimos meses, desde junio aproximadamente, cada vez que iba un poco más profundo, me dolía al día siguiente y luego era como si el cuerpo se acostumbrara. Y así hasta hoy. Quizás se vaya para siempre, quizás no, pero les puedo asegurar que ha sido un gran maestro.
Me ha enseñado tanto de mí esta postura que no me da con este post.
Cómo enfrentar la postura a nivel mental y emocional
Fortaleza mental y afrontar la postura sin huir.
Mantener la calma frente a la incomodidad.
Superar el miedo.
Tener fe.
Aprender a ser compasiva con una, respetarse.
Tener paciencia y aceptación.
Entender la importancia de la técnica.
La comunicación y la empatía con el profesor es muy importante.
Pero Merce, ¡dame trucos prácticos!
Jajaja, después de este rollo, que parece más un tratado, creo que les debo algunos truquitos para afrontarla.
Comparto todo esto porque considero que si te estás enfrentando a esta postura y sientes mucha dificultad, puede serte muy útil, ¡pero ojo! que esto es lo que me ha funcionado a mí, no sé las peculiaridades de cada persona que lea esto y mucho menos conozco sus prácticas y si están o no preparadas para hacer este proceso, que es algo bastante profundo.
Por favor, sé responsable.
Yo lo he hecho con supervisión y tratando de ir manejando el dolor, trabajando con precaución y consciencia. Por favor, sé responsable y ten mucha consciencia cuando practiques y piensa que nada que yo pueda decir sustituye a un profesor experimentado y formado y, sobre todo, que te conoce día a día y sabe lo que necesitas.
Personalmente, creo en la herramienta que es internet, pero como toda herramienta hay que saberla usar haciendo un uso responsable. Y la verdad es que esta práctica es muy PERSONAL.
Te recuerdo algunas claves para enfrentarte a Kapotasana
1.- Esta postura es muy mental y muy emocional.
Necesitas una mente fuerte y calmada, que no huye, sino observa y trabaja.
2.- La respiración es tu aliada.
No dejes que se dispare. Intenta mantenerla siempre controlada en todas las fases y si se descontrola, vuelve a ella.
3.- Encontrar comodidad en lo incómodo.
Es una postura que requiere esa capacidad de estar incómodo y aún así respirar y buscar el disfrute. Al estar incómoda la sensación es como de que quieres escapar todo el rato, pero la clave es esa, en vez de escapar, permanecer. No es fácil, pero cuando lo consigues es como tener un súper poder y es LIBERADOR.
Antes de hacerla, ayuda pararte a pensar en algunas cosas: Primero, tranquilízate. Luego piensa por qué estás aquí, superando miedos, enfrentando dificultades. Estás aquí porque tú quieres. No todo el mundo llega aquí.
De verdad que estas charlas las tengo con mi profesora y son motivadoras y enriquecedoras. Gracias de corazón.
4.- Date el tiempo que necesites. Ten paciencia.
Respira todas las veces que haga falta hasta que notes que estás preparada. No solo durante el proceso de entrar en la postura, sino también mentalízate de que puedes estar años en esta postura y eso va a fortalecer mucho toda la práctica y vas a ir depurando otras cositas.
5.- Haz varios intentos.
Luego, otra cosa imprescindible es que no hago la postura dándolo todo a la primera. Me daba tres intentos. Repetir la postura también me lo recomendó Laruga, pero con Griselda trazamos como una HOJA DE RUTA que ha sido clave.
– El primer intento es para observar y calentar el cuerpo. Bajas a la B sin detenerte mucho, ni poner demasiado esfuerzo.
– En el segundo intento hacemos como una inversión, ablandamos el cuerpo, tratamos de caminar un poquito, respiramos más la postura.
– Y en eltercer intento hacemos todo el trabajo que consiste en intentar hacer todo lo que sabes que hay que hacer (siempre escuchando cómo estás ese día). Tratando de mantener la mente concentrada, sin dejar que se quiera escapar. Luego, si el cuerpo no puede, no pasa nada por no conseguir el máximo, pero lo hemos intentado. Generalmente cuando lo intentamos en serio, si la postura está, lo solemos conseguir. Pero si tenemos un día que no, ¡también está bien!
Desgranando la postura paso a paso
El proceso desgranado consiste más o menos en estas fases según lo he podido interiorizar yo.
No digo que sea perfecto, jaja, como pueden imaginar no lo domino a la perfección. Le he puesto unos nombres a las fases. Esto es lo que yo recibí o interpreté de lo que me enseñó Griselda, lo podemos llamar “el método Griselda, interpretado por Merce”:
Primera fase: crecer desde la tierra
Se trata de estirar la columna, a la vez que te enraizas al suelo.
Yo estiro los brazos hacia arriba todo lo que puedo como alargando la columna, pero a la vez necesito sentirme conectada con la tierra, es como sentir la fuerza de los pies a las rodillas, de hecho, apretar las rodillas ayuda y luego activar los bandhas, como hacia dentro y hacia arriba.
Yo hago retroversión de pelvis como me dijo Laruga porque me ayuda como a conectar. Sobre todo, en esta primera fase. Entonces te quedas ahí estirando hacia el cielo y respirando todo lo que necesites.
Segunda fase: doblarte buscando el contrapeso
Eso es como que rotas los hombros hacia abajo y juntas las escápulas y las llevas hacia abajo y tratas de mantener esa posición, siempre pensando en elevar el pecho hacia arriba (esto es lo que yo entiendo que es abrir pecho).
Aquí la clave está en conseguir llevar tu pelvis adelante mientras abres el pecho.
Para mí estirar los brazos ayuda porque creas como la línea energética en la que un extremo es la pelvis y el otro la punta de las manos. Estirarte todo lo que puedas, sin perder la respiración y cuando ya no puedas más, haz unas respiracionesmás para asegurar(método Griselda).
Ahí ya debes estar muy abierta. La pelvis empuja hacia el lado contrario de tus brazos y tú tratas de abrir pecho. Es de utilidad que el profesor te indique con su dedo dónde abrir y también que te sostenga. Aquí es cuestión de hacer contrapeso, la pelvis para delante y los brazos para detrás. La idea es crear el máximo espacio.
Tercera fase: mirarte los pies
Vuelve a la idea de abrir pecho pero ahora como tratando de mirarte los pies.
Si no te los ves, no creo que puedas completar la postura aún. Es importante verte los pies porque significa que tienes la apertura necesaria. Si no te los ves, sabes que esa parte todavía tiene trabajo y no pasa nada, solo que aún estás algo verde. Cuidado de no forzar el cuello en tu empeño.
Para mí esta apertura es la que te da la postura y si estás empezando te recomiendo centrarte en esta parte.
Veo mucho más efectivo trabajar en mantener esta posición sin colapsar, que ir rápido al suelo, aterrizar súper lejos y caminar apoyando la cabeza.
Es lo que yo hacía antes de la lesión. Si eliges bajar y llevar las manos al suelo para hacer la posición de Kapotasana B, antes de empezar a caminar por el suelo, te recomiendo afianzar un poco esta posición estirando los brazos.
Céntrate en empujar el suelo para abrir pecho y hombros, antes que caminar apoyando la cabeza.
Realmente me pregunto si lo de ponernos a caminar en este punto cuando aún no tenemos mucha apertura, es un gasto de energía. A día de hoy no tengo ni idea de si es efectivo o más bien lo hacemos porque nos sentimos más cerca de lograr la postura.
Depende del punto en el que estés, recuerda que una buena opción es trabajar con la pared como hice yo durante un tiempo.
Empujar la pared te permite abrir la zona, pero desde una posición más cómoda. Para mí es una buena forma de entender lo que tendrás que hacer luego en el suelo. Además, te sirve de calentamiento para luego hacer la B.
Pero bueno, que aquí cada maestrillo tiene su librillo, pero lo que yo siento es que si volviera a ese momento tendría menos prisa por caminar en el suelo y me enfocaría más en abrir hombros.
Cuarta fase: cogerte los talones
En esta fase final puedes cogerte los talones desde el aire o puedes hacer la famosa caminadita.
Te confieso que me hace gracia escribir esto porque recuerdo a Griselda, día tras día, haciendo de coach. Sus frases se me quedaban grabadas y me agarraba a ellas como a un clavo ardiendo. XD
La caminadita es como hacer palanca.
Primero, antes de llevar las manos al suelo tienes que pensar en anclar la pelvis y no desplomarte en el suelo, sino controlar el movimiento para quedarte lo más cerca de los pies posible. Cuando aterrices, vuelve a calmar la respiración. Entonces, sin apoyar la cabeza en el suelo, sino sostenida con tus piernas, caminas con las dos manos a la vez por la parte exterior de tus pies. Pues eso, que es como hacer palanca.
Todo esto es “método Griselda”.
Vuelve a tu respiración para que no se descontrole y empuja las manos con el suelo, exhala y camina con las dos manos a la vez por fuera de los pies. Cuando no puedas avanzar más, párate donde estés e inhalando vuelve a empujar el suelo, exhala y vuelve a caminar. La idea es llegar a la altura de los talones, o mejor un poco más, pasándote los talones, para luego poder cogerlos desde los laterales sin fallar. Ese es el objetivo, pero mi experiencia es que al principio no llegaba y me cogía los pies.
Con trabajo diario, fui caminando cada vez más cerca. Ella me decía “ahí estás muy cerca de los talones” y un día me dijo “ya puedes trabajar intentar cogerte tú sola los talones”. Sinceramente, no pensé que lo fuera a conseguir tan rápido.
Que el ajuste te ayude sin forzarte.
Cuando llegué a un punto en el que me quedaba cerca de los talones la profesora me ayudaba y me los colocaba. Ese ajuste que te comentaba al principio del post. El mismo ajuste, pero en momentos distintos. Esta vez se sentía diferente. Es como que ahora sí estaba preparada. No solo físicamente, sino a nivel mental y emocional porque ya no estaba bloqueada.
Aquí realmente el recorrido en el que la profesora me colocaba los talones es mínimo y, aunque se siente intenso, he llegado sola hasta ahí. El ajuste realmente es un alivio.
Una cosa que ayuda que te hagan también es que te sostengan la pelvis, y Griselda me indicaba que tenía que empujarla para que no se me olvidara. Buena cosa, jeje.
Quinta fase: respirar la postura, Kapotasana B y la salida
Bueno, pues ahora que tienes los pies o idealmente los talones, cierras un poco los codos y trata de apoyarlos en el suelo.
Ya solo queda disfrutar esas cinco respiraciones, que a veces se vuelven muy agitadas, la idea es calmarlas y disfrutar de la apertura que se genera. Luego llevas las manos al suelo, a la famosa Kapotasana B, respiras cinco sin huir con los brazos estirados y, por último, en una inhalación larga, subes y vuelves a la posición de rodillas y exhalas.
Otro consejo que te doy es que no subas a lo loco.
Sube controlando. Siempre tienes que reservar energía para salir de las posturas. Es bueno controlar cada movimiento para evitar movimientos bruscos y para mantener la mente en calma. Después de todo el trabajo que has hecho manteniendo la calma, no huyas al final.
Quiero recalcar que para mí es clave tener fuerza en las piernas para poder sostenerte y trabajar la apertura.
En mi caso, creo que me falta apertura en los hombros para poder cogerme con más facilidad los talones, pero quién sabe si algún día los pueda coger desde el aire. También decir, que siendo sincera, yo nunca he odiado esta postura. Le tenía respeto y miedo a raíz del dolor, pero nunca odio. Las posturas son beneficiosas y creo que así hay que verlas.
Un día Griselda me dijo: “Kapotasana es buena para la espalda”. Y pensé: “Es verdad” , pero yo siempre tenía en mente que podía hacerme daño así que estaba condicionando la postura.
Cambié el chip y la empecé a hacer con más gusto. Piensa que la mente es muy poderosa y si tienes sentimientos negativos se manifiestan. Así que, si estás atravesando dificultades en esta u otra postura, no caigas en cogerle manía y piensa que la haces porque quieres, porque es beneficiosa para ti.
¿Qué beneficios tiene Kapotasana?
Por último, para convencerte de los BENEFICIOS de la postura y que no le tengas miedo, te voy a copiar y pegar este trocito del blog Yogaconciencia sobre las bondades de Kapotasana:
Asana: Kapotasana. Kapota significa paloma o pichón. En esta postura el pecho se expande e hincha como el de una paloma; de ahí su nombre. Si la respiración es adecuada, y los bandhas trabajan, Kapotasana expandirá por completo la caja torácica, al empujar profundamente el aire hacia las costillas y el pecho. Fortalece y ablanda toda la espalda intensamente, abre la garganta y los hombros, aumenta la capacidad respiratoria.
Efectos: La postura tonifica toda la región de la columna al provocar una circulación correcta de la sangre a su alrededor. Gracias al estiramiento de la región pelviana, los órganos genitales se mantienen sanos. Se eleva el diafragma y ello ejerce un masaje suave sobre el corazón ayudando a fortalecerlo. El pecho se expande completamente. Es esencial dominar Kapotasana antes de abordar los estiramientos hacia atrás más difíciles.
Y así fue como la bestia de las posturas…
Resultó ser una bella maestra…
Para mí ha sido conocerme a mí misma, superarme y comprender mejor el significado de la práctica de yoga.
La parte digamos interna de la práctica, que tiene que ver con lo espiritual, la mente y las emociones es lo que me convierte en una mejor versión cada día.
A través de poner posturas, encontramos la forma de calmar la mente y de beneficiarnos a muchos niveles.
El cuerpo se convierte en nuestra preciada herramienta, pero a la vez los beneficios físicos son parte de nuestro objetivo: tener un cuerpo sano.
A mí nunca me cuadró hacerme daño practicando yoga.
Creo que la culpa no es del yoga, ni del ashtanga, ni de los profesores. La culpa es de no saber. No conocerse lo suficiente, no entenderse, no escucharse, no respetarse.
Esto es como un patrón de comportamiento que se refleja en mi vida y que tiene consecuencias.
Personalmente veo fundamental practicar los yamas y niyamas. Sobre la esterilla y fuera de ella. Quizás si hubiera tenido más presente Ahimsa o no violencia, no habría llevado a mi cuerpo al límite. O quizás, esto tenía que pasarme porque ya lo tenía ahí, dormido, porque son bloqueos emocionales subyacentes que la práctica despierta.
Fuera lo que fuera, no lo pude evitar. Solo me queda aprender.
Ahora creo que debemos ver las asanas como la forma externa que ponemos con el fin de obtener los muchísimos beneficios que tienen para el cuerpo, para los órganos internos, la musculatura, los huesos, la piel, el sistema nervioso… Por otro lado, nuestra forma de vivir tiene muchas más carencias físicas que en el pasado, cuando sea que empezó el yoga, no hay duda de que somos menos activos porque el progreso nos ha vuelto mucho más cómodos y sedentarios. Y esto tiene consecuencias. La evolución existe. Somos cambio.
Creo que no hay que ser rígidos con nada.
Me gusta la tradición y la respeto, pero creo que debe ser totalmente compatible con una buena praxis.
Tengo la sensación de que ciertas cosillas se han quedado intocables, como un dogma. Para mí es fundamental escuchar, observar y explorar el cuerpo para ir desarrollando una sabiduría propia y sentido común. Entender cómo funciona el cuerpo y descubrir lo que es bueno para cada individuo con sus particularidades.
Mi práctica tiene que servir mis objetivos: liberarme del sufrimiento, conseguir un cuerpo sano mientras aprendo a calmarme y a controlar mi mente. Y eso es lo que me lleva a ponerme en la esterilla cada día, es mi motor.
¡Y así es como he conseguido yo hacer Kapotasana!
Espero que te haya gustado y servido este súper post.
Me imagino que ya habrás comprendido por qué ha sido y es un gran viaje.
Y a modo de despedida, te dejo el vídeo de todas las fases por las que pasé:
GRACIAS DE CORAZÓN POR LEERME Dame tu opinión en los comentarios :)
Este es un post muy sencillo pero en el que les desvelo algunas cositas que he aprendí en Purple Valley y como sé que les gusta que comparta mis aprendizajes pues aquí lo traigo.
Como te digo, son cosas aparentemente sencillas, pero a veces modificar un detalle puede ser clave. Todo lo que te voy a decir son cosas que me corrigieron personalmente o Laruga o sus asistentes durante mis prácticas Mysore.
Es decir, seguro que son cosas que eran indicadas para mí, así que puede ser que tú ya lo sepas, o que lo hagas de forma natural, porque si practicas mysore ya sabes que es una forma de aprender muy personalizada, por tanto este post es para que cojas lo que te pueda servir.
La verdad es que llevo poniéndolas en práctica desde que llegué y creo que están mejorando mi práctica.
Además, de paso, conocerás los asistentes que ayudaron a Laruga en este retiro, que me parecieron también grandes profesores, todos muy cercanos, amables y respetuosos.
Te voy a intentar ordenar estos ajustes según van apareciendo en las series
1. Fortaleciendo Chaturanga
Esto es una pequeña variación que se trata de hacer chaturanga tocando el suelo con la barbilla. Fue una sugerencia que me dio Ranko para fortalecer. Esto es lo que menos he puesto en práctica, sinceramente, pero me parece genial para ganar fuerza y le agradezco el tip.
Aquí puedes verme probándolo en Purple Valley :)
2. Parsvottanasana hombros hacia abajo
Este detalle fue muy curioso porque junto con Pasasana fueron las dos posturas que me corrigió Laruga, sin contar los dropbacks, kapotasana y urvha dhanurasana que merecen mención aparte. En esta postura me comentó que bajara los hombros hacia atrás, entendí que hiciera una rotación en la que se juntan las escápulas y permiten que el pecho se abra. Sentí una colocación novedosa que me permitía conectar con el pecho y la espalda superior. Es un movimiento que se repite en otras posturas y creo que ha sido un ajuste muy necesario para mí. Cada día lo intento aunque naturalmente me cuesta, pero creo que realmente hacer ese esfuerzo me está ayudando.
3. Cómo atar las manos en la secuencia de suelo
Otro ajuste muy curioso, esta vez fue Ranko, fue en las flexiones del suelo como Janusirsana, etc. Ranko me dijo que intentara colocarlas en la parte de arriba del pie para poder tirar un poquito hacia mí. Me está ayudando a profundizar en la flexión. Este ajuste junto con otro que me había hecho Beto en Tenerife (Beto es un profesor de Méjico que estuvo sustituyendo a mi profesora durante su estancia en Mysore) han cambiado radicalmente mi sensación en esta flexiones. Beto me dijo que cambiara la mano que agarra la muñeca. Yo siempre había agarrado la muñeca del mismo lado de la pierna estirada pero resulta que al hacerlo al revés, me es mucho más cómodo y también me ayuda a tirar hacia mí por lo que a la larga noto que profundizo mejor. Al principio se sentía algo raro pero ahora es mucho más natural y estoy mil veces más cómoda. Agradecida.
4. Pies en punta en Supta Kurmasana y cabeza arriba
Esto me lo corrigió Eli una de las asistentes de Laruga, una chica muy simpática y con una práctica avanzada que la verdad es que alegraba mucho tenerla por allí. Ella también me ayudó con los dropbacks y kapotasana sobretodo a nivel moral, me dio ánimos y me dijo que tenía que relajarme y confiar, pero su ayuda la noté más en Supta Kurmasana. Me colocó las piernas de una forma que nadie me había colocado, más cruzadas de lo habitual y me dijo que levantara la cabeza y los pies en punta. Fue una sensación intensa pero muy buena y me quedé con la idea y ahora intento hacerlo yo sola y es como que cada vez me voy recolocando un poco mejor. Poco a poco.
5. Pies hacia dentro en Urvha Dhanurasana.
Esto ya es algo que recomiendo mucho, mucho hacer. Yo personalmente tiendo a abrir los pies en esta postura y en los dropbacks y siempre me decían que los metiera para dentro, pero es que mi percepción era muy distinta. Es decir, cuando yo creo que tengo los pies rectos, en realidad los sigo teniendo abiertos hacia fuera ¡y no me había dado cuenta hasta ahora de hasta qué punto! Esto cambia mucho la sensación en la postura, siento que tengo mucha más estabilidad en las piernas y, lo más importante, es mucho más seguro para la zona lumbar.
6. Los Dropbacks con los brazos rectos
Con el tema del dolor de espalda estaba evitando los dropbacks porque sentía que hacerlos me iba a empeorar, hacía alguno pero con miedo y desconfianza. El retiro con Laruga me ayudó a recuperar la confianza. Sabía que Laruga pasó por dolores lumbares (creo que por un accidente) y cuando le pregunté sentí que me entendía. La conversación me dio ánimos y confianza, pero tenía que verme en la esterilla para saber si realmente iba a ser capaz de retomar la práctica de los dropbacks y de kapotasana. Pues al día siguiente en la práctica me enseñó la técnica para hacerlos de forma segura. Esto merece un post porque para mí fue un antes y un después. Pero una de las cosas que más llamó mi atención es la de bajar y sobre todo subir con los brazos rectos. Es algo que nunca me habían comentado (de hecho el otro día me comentó una profesora que no hacía falta que lo hiciera así, jeje). Cada maestrillo tiene su librillo y mi forma de pensar es coger las instrucciones que más me sirvan en mi práctica. Lo que yo entendí de lo que Laruga explicó es que recomienda hacerlo así porque fortalece la espalda, por los laterales y eso es importante para avanzar en la práctica, y que ayuda en posturas de series posteriores. Es como ir adelantando trabajo.
El primero no me salió, pero después sí me empezaron a salir, aunque ha sido a la vuelta cuando he sentido que lo afianzaba gracias a la práctica constante. Así todo, todavía hay algún día que no sale. Es cuestión de seguir practicando, como siempre.
7. La cabeza y la barbilla levantadas
Esto siempre se lo había oído decir a Laruga en vídeos y la sensación que me dio allí es que lo repetía mucho. Por lo que no quedó otra que tratar de ponerlo en práctica! Antes no lo hacía porque no sabía bien cómo, o creía que ya lo estaba haciendo. Pero no, porque fue otra de las cosas que Laruga me corrigió. Se acercaba sobre todo en las posturas de la serie intermedia y realmente me ha ayudado mucho. Por ejemplo, en Shalabasana y en Bhekasana, a nivel energético, siento que es súper importante porque es como que la energía fluye de punta a punta del cuerpo. También en los Dropbacks últimos cuando tienes los brazos cruzados, pero hay muchas posturas en las que ponerlo en práctica como Navasana, Upavishta Konasana, Supta Konasana B, Ubhaya Padangushtasana, Urvha Muckha Paschimottanasana, Utplutihi… En fin, para mí marca la diferencia.
¡Pues estos son los 7 trucos o ajustes que han cambiado mi práctica tras Purple Valley!
Son detallitos que se van sumando y la verdad es que están transformando mi práctica. Por supuesto sin la constancia no sería posible notarlo, pero desde que llegué siento que mi práctica ha evolucionado mucho y ¡ojo! no he añadido ninguna postura. Esto lo digo para que vean que no hay que tener prisa por añadir posturas. El ashtanga es un método que te permite profundizar muchísimo en las posturas.
¿Qué mejoras he notado?
1. Mayor fexibilidad en las posturas de flexión hacia delante. Llevaba una temporada larga sintiéndome rígida y como muy tensa y ahora las siento mucho más agradables. 2. Mayor apertura en los hombros. Esto lo noto por ejemplo en Utkatasana y en Urvha Dhanurasana. Siento que mis escápulas se colocan mejor y que puedo estirar los brazos mejor. 3. Mayor apertura de pecho. Esto va ligado a lo anterior pero lo noto bastante en los puentes, los dropbacks y kapotasana. También noto como en Kurmasana puedo colocarme más recta en el suelo. 4. También en las torsiones siento que las hago más fácilmente, sin tanto sufrimiento. 5. Los saltos también están evolucionado positivamente.
En fin, como ves, en general, mi práctica está yendo bien, o al menos así lo siento yo. Sigo sintiendo algo de dolor en la espalda alguna vez, pero por fin creo que el cuerpo va cediendo y que es una cuestión de que se adapte a estas posturas tan profundas e intensas como Kapotasana. Está siendo todo un viaje este tema de la espalda, pero vale mucho la pena el aprendizaje. Al menos, he recuperado la confianza y el miedo ya no me está bloqueando. Al final, todo esto me lleva a pensar que en el yoga hay mucho de confiar en el proceso, de darse tiempo, de no tensar sino más bien relajar, de disfrutar del camino a pesar de los obstáculos y sobre todo tener mucha paciencia y ser constante.
¿Tú cómo lo ves?
Hasta aquí el post de hoy.
Si te ha gustado, dímelo y si pones en práctica alguna cosa y te funciona, ¡también! Gracias por estar ahí siempre y disfruta de tu práctica.
Visitar Purple Valley en la India y practicar Ashtanga Yoga con Laruga Glaser.
¡Sueños ashtanguis cumplidos!
En marzo de 2019 viví una experiencia muy bonita y me apetece compartirla contigo. Viajé a la India por primera vez en mi vida y practiqué con Laruga Glaser en un sitio impresionante, Purple Valley, en Goa.
Lo mejor es empezar por el principio, si ya te sabes la historia de cómo acabé en Purple Valley puedes saltar el siguiente párrafo, jeje.
¡Al final del post podrás ver un vídeo de esta maravillosa experiencia!
El verano pasado, estando de vacaciones en el sur de Tenerife, decidí participar en un yoga challenge. Un yoga challenge, para el que no lo sepa, es un reto de yoga. En Instagram hay muchísimos y yo suelo participar. De hecho mi acercamiento al yoga fue gracias a uno, en el 2015. Así que tengo mucho que agradecer a los retos de yoga. Bueno, pues como te decía, se me ocurrió participar en uno porque lo organizaba un centro de retiros de ashtanga, situado en Goa (al sur de la India), que yo seguía mucho en youtube, porque suben vídeos súper interesantes: como clases guiadas de muchos profesores distintos de ashtanga, trucos, entrevistas…
Purple Valley es sencillamente una maravilla, un paraíso ashtangui. El reto era junto a la gran Laruga Glaser, una maestra que ha inspirado mi práctica desde los inicios. Cuando un día tecleé “ashtanga” en Youtube y me salió el vídeo de “The impossible” me quedé en shock, maravillada por la elegancia de la práctica de Laruga, luego fui viendo vídeos y siguiendo sus pasos en las redes hasta que pude ir a un taller en Gran Canaria donde la conocí por primera vez (hice un post). De nuevo quedé totalmente impresionada. Bueno, pues Purple Valley, Laruga, yo de vacaciones, ¿por qué no participar? Había que subir un post diario durante un mes seguido con un vídeo de la postura que Laruga subiera primero y una reflexión de los Yoga Sutra que planteara Purple Valley. Bueno, y en inglés, porque si no nadie me entendería. No era pan comido, pero ¿por qué no intentarlo? Ah, no les he dicho cuál era el premio! ¿se lo imaginan? El premio era un retiro de dos semanas en Purple Valley con Laruga. Comida, estancia y retiro pagado.
Con todos los participantes del reto que lo hubieran completado correctamente se hizo un sorteo…
¡Y aquí tienen a la afortunada ganadora!
La menda, jaja.
Si quieren ver las publicaciones del reto pueden buscar con el hashtag #purplevalleyyogachallenge2018 Te puedes imaginar la increíble sorpresa que me llevé un sábado por la mañana cuando vi mi nombre en un papelito escrito a mano. Indescriptible sensación. El universo me hizo un regalo y no podía rechazarlo. En fin. Necesité un tiempo para asimilarlo. Y la espera se hizo larga.
¡¡¡Pero por fin un día llegó el día!!!
Ahora que ha pasado pero lo tengo reciente no quiero dejar de compartirlo contigo. Este blog ashtangui nació para eso, para contar mis experiencias ashtanguis. Entonces me voy a hacer una especie de entrevista a mí misma, jaja. Es decir, voy a contestar las preguntas que yo me haría, pero puedes hacerme más preguntas en los comentarios y estaré encantada de contestarlas si puedo.
Pero antes te dejo un post sobre las 7 cosas que aprendí en Purple Valley :)
¿Qué fue lo que más me gustó?
Lo que más me gustó sinceramente, desde el corazón, es lo bien que me sentí en Purple Valley, tanto por el lugar en sí como con todos los compañeros y los profesores. Un 10.
¿Qué fue lo que menos me gustó?
Lo que menos me gustó fue no tener un nivel de inglés fluido para poder conversar con mayor libertad tanto con Laruga y su equipo, como con los compañeros. Me defiendo pero necesito controlar más. Por suerte mucha gente hablaba español.
¿Qué te pareció Laruga?
Laruga es una persona muy interesante. La admiro como mujer, como profesora, como practicante. Enseña desde su experiencia, con dulzura pero con cierta exigencia. Es muy observadora. Y sentí que me daba espacio, a la vez que me acompañaba. Una gran maestra.
¿Qué te pareció Goa y la India?
Goa es un lugar genial para ir por primera vez a la India. Es una zona de playas bastante turística con lo que encuentras muchas personas viajando solas y también va mucha gente a hacer yoga. Vi muy poco porque estaba de retiro, pero lo que vi me gustó mucho. Es como selvática y luego tiene esas playas inmensas. Estuve en Mapusa, Anjuna, Arambol y Ashwem. Mapusa es como la ciudad más grande cerca de Purple Valley, yo fui al mercado local, creo que fue la experiencia más “india” que tuve, tema regateos, estafas incluidas, jaja, terminas aprendiendo a regatear, pero es un arte, jaja, yo me estresaba un poco. Anjuna está bien porque puedes ir a algunos cafés interesantes, y tiendas como una librería de yoga muy barata que me gustó mucho, pero lo mejor creo que es el mercado que hacen. En cuanto a playa no la recomiendo. Arambol me encantó, todos los puestos, el ambiente, la playa, estaba bastante bien, típico ambiente hippy. Lo que más me gustó para volver y pasar unos días de relax es Ashwem. Nosotros llegamos caminando por la playa desde Arambol, a 1 hora y media aproximadamente. Es una zona más bonita, también turística pero hay un tramo súper tranquilo que vale la pena. Hay restaurantes muy buenos y bungalows súper agradables para pasar unos días. Lo peor, los vendedores y masajeadores que van pasando por las hamacas, resultan algo agobiantes en mi opinión.
¿Qué cambiarías si volvieras?
Por supuesto regatearía mejor, jaja. También me gustaría conocer un poco más la naturaleza, ir al casco antiguo de Goa, visitar algún templo y, por supuesto, ir a restaurantes buenos indios y vegetarianos, que sé que había muchos pero no me cuadró ir. También me encantaría aprender a ir en moto ¡es la mejor forma de moverte por allí! Aunque me da respeto…
¿Alguna anécdota que contar?
¡Sí! La llegada, jaja. La verdad es que llegué un poco nerviosilla porque iba sola, era de madrugada y tenía un taxi esperando pero no sé, hacía mucho tiempo que no viajaba. Por suerte vi a un chico y a una chica con una esterilla en la mochila, y fui corriendo a preguntarles si iban a Purple Valley y me dijeron que sí. Era una pareja de húngaros. Fue genial porque íbamos a compartir el taxi. Bueno, pues chapurreando inglés por el camino porque estábamos súper cansados y tal, de repente, se para el taxi y miramos y había una cola tremenda. Nos bajamos y resulta que es que estaba ardiendo un coche. Fue surrealista. Esperamos un rato y cuando ya casi el coche iba a convertirse en cenizas aparecieron los bomberos, jaja. ¡Crazy! La pareja fue encantadora conmigo. Me alegro de haber coincidido desde ese momento.
Luego llegamos a Purple Valley y aluciné desde el minuto uno. Qué lugar. Me sentí en casa. Aunque también tengo anécdota. Hasta las 14horas no me daban habitación y yo llegué a las 3 o 4 de la madrugada. Tuve que esperar toda la noche y toda la mañana en la terraza común. Fue horrible. Primero los mosquitos, luego los ruidos cuando despertó todo el mundo, y por último, el calor del medioddía y yo vestida con unos leggings térmicos y sin poder cambiarme ya entenderán por qué. Todavía me pregunto por qué no reservé una habitación en un hostal. Pero bueno, con la emoción de estar ahí creo que se sobrellevó mejor, jaja.
Y bueno, la gran anécdota de este viaje es lo de mi maleta. Resulta que me compré una maleta grande, de cuatro ruedas, de esas “american tourister”. Yo muy emocionada con llevar todas mis cosas para mi retiro, ¡pues van y me la pierden en el primer trayecto Tenerife-Madrid! Tuve que estar las dos semanas sin maleta, jajajaja. Pero escapé bien y aprendí la lección. Gracias a la generosidad de las compañeras, y a que había sido precabida por consejo de mi novio y me había llevado lo imprescindible en la mochila de mano. Pero que sepan que a día de hoy la maleta sigue perdida. La encontraron al día siguiente y me la mandaron a Goa, pero ¡se volvió a perder! Inexplicable. En fin. ¡Iberia, ya te vale! Veremos qué indemnización me dan. Moraleja: no hace falta mucho para vivir, lleva lo imprescindible y, si puedes, no factures.
¿Recomiendas ir a Purple Valley?
100% Creo que si practicas ashtanga yoga es difícil encontrar un lugar como este. Es como vivir en la selva, pero con todas las comodidades. El sonido es tan auténtico y el verde era como que te llenaba de vida. El mejor momento era salir de la shala, después de savasana y atravesar la puerta y ver todo ese verde, los sonidos, los trabajadores regando, decorando con flores, y ponían incienso a las estatuas de los budas y dioses. Las habitaciones están muy bien, yo compartía habitación y estuve muy agusto. La piscina era otra de las mejores cosas, se agradecía tanto poder estar un ratito al sol y descansar en la hamaca en ese increíble entorno. La comida un escándalo, mucha variedad, no pasabas nada de hambre ni picabas entre comidas porque estabas perfectamente satisfecha. Se comía en la terraza común y era como el centro de reuniones y dónde había wifi. Siempre te podías hacer un té y café, que tenías a disposición y sentarte a descansar en los sofás fuxias, muy agradable. También tienes un centro de masajes ayurvédicos, yo me di dos llamados Kali Basti, son específicos de espalda, los recomiendo, y puedes reservar una cita con un médico de ayurveda y un fisioterapeuta también. Es una cabaña que está al lado de la shala. La shala, wow, me gusta mucho esa shala, cuando entré la primera vez tuve esa sensación que tienes cuando llegas a casa. En resumen, un paraíso ashtangui, no puedo decir más.
¿Algo malo?
Lo único “malo” es que por las noches se oía bastante ruido, jaja, no sé, había mucha vida nocturna en el barrio o algo. Los perros ladran un montón y es como que empiezan y no paran. Luego un hombre gritaba casi todas las madrugadas, me dijeron que le grita a la vaca, la pobre, y a veces se oía música y alboroto. Pero la verdad, es que lo noté más las primeras noches, luego me acostumbré y con los tapones dormía muy bien.
¿Volverías?
Sin dudarlo.
¿Tuviste delhi-belly o alguna enfermedad?
Solo diarrea del viajero (delhi belly), yo creo que es casi inevitable. Pero se lleva mucho mejor de lo que pensaba. Por suerte no me puse mala con vómitos, algunos compañeros sí. Las picadas de los mosquitos se me hincharon un poco y resultó ser bastante molesto, pero de resto no tuve nada más.
¿Alguna recomendación para el botiquín de viaje?
Sí, tomar probióticos desde dos semanas antes para acostumbrar al estómago a otras bacterias. A mí me fue genial. Tomar vitamina B para evitar las picaduras de mosquitos, y llevar aceite esencial de árbol del té o bálsamo de tigre blanco para las picaduras. El repelente ayuda pero no es infalible. Personalmente, me gusta más lo natural, algo de citronella está bien. Melatonina para conciliar mejor el sueño y tapones para mí es fundamental. Y algo como aceite de árnica para las agujetas o las contracturas, o dolores que te puedan surgir.
¿Cómo te ayudó el retiro con respecto a la práctica?
El retiro de alguna forma ha sido un antes y un después por varias circunstancias que han coincidido. No voy a negar que en cuanto a la práctica pasé momentos duros. Me dolía la espalda en plan agudo y estaba tan bloqueada con ese dolor que no sabía cómo afrontar mi última postura, Kapotasana y los dropbacks, ya que sentía que me hacía cada vez más daño. Así que tuve que superar un poco la vergüenza y hablar con ella por varias razones:
Sabía que Laruga había lidiado con problemas de espalda en su propia práctica y me interesaba su opinión.
De cara a los ajustes prefería que lo supiera porque me sentía súper vulnerable y bloqueada.
En definitiva, tenía miedo.
Hablar con ella me tranquilizó, pero el dolor me acompañó las dos semanas. Estoy en un proceso que es lento y necesito que mi cuerpo vaya entendiendo lo que tiene que hacer y confío en que con la práctica vaya sanando, pero es importante refinar la técnica, y escuchar y respetar el cuerpo día a día.
Así que eso me he propuesto. Allí empecé a hacer de nuevo Kapotasana B y los dropbacks, lidiando con los dolores y sin ninguna presión por parte de ningún asistente, ni de ella. Sentía que me observaba y me dejaba sola. No sabía si esperarla o seguir en los momentos claves. Fue interesante. Ya les contaré mejor. Lo importante es que ahora, a mí vuelta, necesito dedicarme mucho tiempo, por lo que he decidido practicar en casa por ahora. Mi práctica de ashtanga dura dos horas y tengo que estudiar unas oposiciones y he empezado a trabajar de tarde, por lo que ir a la Shala estaba resultando demasiado agotador, significa levantarme muy temprano, buscar aparcamiento, etc. Ahora mis mañanas son más slow, medito, práctico, estudio y hago de comer y demás cositas de la casa con tranquilidad…
En la India me di cuenta de que estaba forzando muchas cosas, del corre corre de mi día a día y de que necesitaba darme tiempo. Así que como te decía: un antes y un después.
En conclusión…
¡Una gran experiencia! Y ahora que ha pasado un tiempo, he interiorizado mejor todo y le estoy sacando mucho provecho. Quisiera compartirlo pronto contigo, pero tengo muchos obstáculos para trabajar en condiciones con el blog ya que mi ordenador estaba mal porque el ventilador hacía mucho ruido y el servicio técnico me lo dejó peor, creo que estropearon la placa base y además perdieron mi información de la copia de seguridad que habían hecho. Así que se los he vuelto a llevar y estoy muy decepcionada y esperando soluciones que no llegan. Paciencia y reclamación al canto, pero son cosas que desgastan mi energía. Entre la maleta y esto, siento que tengo mucho que soltar… Pero tengo buenas noticias, creo todo esto está sirviendo para que haga cambios que pueden ser muy positivos para el blog, y aunque este año tenga que estudiar, creo que podré organizar mejor mi tiempo para retomar este precioso proyecto personal.
Desde que solucione estos problemillas técnicos me pondré las pilas a desarrollar varias ideas que tengo en mente para el blog.
¿Se te ocurre algo que te gustaría que hubiera en este blog? Cuéntame…
¡No te vayas! Aquí tienes un vídeo resumen de esta experiencia. Espero que te guste.
Me apetecía mucho dejar plasmado en un vídeo lo que ha sido este viaje para mí, porque nunca se sabe si se volverá a repetir y por darle forma a los millones de vídeo y fotos que hacemos hoy en día.
Coméntame qué te ha parecido que me va a hacer mucha ilusión. Si tienes preguntas, hazlas sin vergüenza y espero que hayas disfrutado este post.
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