Gracias Sharathji

Gracias, Sharathji

gracias sharathji

Desde que me enteré de la triste y repentina muerte de Sharathji el 11 de noviembre de 2024 han pasado muchísimas cosas. En este post he ido recopilando un poco de todo. Ha sido mi forma de ir sobrellevando la tristeza de la noticia. Te comparto muchas cosas distintas: primero una especie de diario de cómo me enteré y fui afrontando la noticia, también algunos textos que vi en instagram y me parecieron especialmente bonitos de maestros y estudiantes de ashtanga. Te comparto el mantra que le cantamos para despedirle, y muchas otras cosas, como lo que significa para mí Sharathji, y alguna anécdota o vivencia…

Pero antes, quiero mandarles un abrazo fuerte a todos los que, como yo, se sienten con el corazón roto. Ahora más que nunca permanezcamos unidos, mantengamos viva la llama. Sus enseñanzas están en cada uno de nosotros y siempre guiarán nuestro camino.

Dos semanas sin Sharathji

La noticia de la muerte de Sharathji me cayó como una loza encima la mañana del 12 de noviembre. Fue lo primero que leí al encender el móvil. Uno de sus conductores de rickshaw me escribió un mensaje que decía: Shrathji no more. Al principio, pensé que se refería a que no trabajaba más para él, pero enseguida vi la avalancha de mensajes en el grupo de Sharath Yoga Centre: Sharathji había fallecido repentinamente en EEUU, aparentemente de un ataque al corazón, mientras paseaba por el bosque con sus estudiantes.

Fue tan repentino. Fue un shock. Me costaba tanto creerlo, no paraba de leer mensajes, completamente atónita.

-¿Esto es real, por qué? Pero si se le veía bien…-

Procesar una noticia así lleva su tiempo. Sentía que mi mente buscaba la forma de escapar del dolor y continuamente me intentaba distraer para postergar el efecto devastador de la noticia: la tristeza, el vacío, el dolor, la incertidumbre, mis sueños rotos… Oleadas de emoción iban y venían, me cogían desprevenida. Poco a poco fui cayendo más en la cuenta, y fueron apareciendo más preguntas.

-¿Qué voy a hacer ahora?, ¿qué va a pasar ahora?, ¿cómo estará su hija, su mujer, su madre?, ¿y los estudiantes que estaban allí?-

No sabía si ir a practicar a la shala, pero en casa solo daba tumbos. La cabeza no paraba, intentando entender. Al final fui. Durante la práctica, por momentos me enfadé y sentí algo de rabia, luego volvían las preguntas, la energía se empezó a sentir más pesada, así que me fui a los backbends y, por fin, casi al final, salieron las lágrimas. Me volví a casa todavía desconcertada, desolada y, al poco tiempo, me avisaron Gri y Marino para quedar. Era un día para acompañarnos.

-Uf, menos mal- 

Me salvaron porque ya estaba de nuevo dando tumbos en casa, sin saber muy bien qué hacer. Estuvimos un rato hablando de todo, tratando de encajar lo que estaba pasando, pero seguíamos sin dar crédito. Lo recuerdo como una especie de burbuja en medio de la gente. Solo repetíamos frases como:

-¿Pero esto es verdad?, bueno, es la vida, es lo que hay. Toca aceptar-

Estábamos en una especie de bucle: de la incredulidad a la aceptación, y viceversa. Y es verdad: así es la vida, pero eso no quita que duela, que se sienta el vacío. Estaba siendo muy duro, muy difícil de asimilar. Nos despedimos con la certeza de que a partir de ahora todo iba cambiar, y con la gran incertidumbre de cómo será el futuro. Con el paso de las horas, la tristeza se me instaló dentro, era cada vez era más densa. Las lágrimas eran pesadas. Yo iba a ir en febrero y me hacía verdadera ilusión. Pero ahora había que centrarse en ir a trabajar y seguir con las obligaciones. La vida seguía, aunque por dentro estaba totalmente pausada. Me pasé el día abriendo el móvil de forma obsesiva esperando la mínima actualización. Me preguntaba si en algún momento iba a despertar de esta pesadilla. Pero no.

bosque Virginia SharathjiEmpecé a ver algunas publicaciones de las personas que estaban con él, en el momento y lugar. De repente, llegó una foto del banco de madera donde se sentó a descansar, sin saber que era para siempre -o quizás sabiéndolo-. Veo el lecho de hojas secas alrededor y lo imagino ahí, rodeado de la naturaleza que tanto amaba.  Pienso que su alma escogió un lugar y un día especial, el 11.11 en uno de los bosques más antiguos del planeta Tierra. Humpback Rock se sustenta por una formación de granito creada durante la orogenia Grenville en el fondo del océano hace aproximadamente mil millones de años. Ahí fue dónde Sharathji se juntó con el Todo. Se fue con la brisa del otoño, en un susurro, en un cerrar de ojos. En un lugar muy especial.

De nuevo, las preguntas:

-¿Por qué, por qué?-

Entonces, Instagram se convirtió en una galería de fotos de Sharathji. Miles de Sharathjis por todos lados. Por un lado verlo era un consuelo, por el otro, llegaba a ser abrumador. Todos querían despedirse, agradecerle, desahogarse…

Algunos textos me llegaron al alma. No pude evitar capturarlos y guardarlos. La traducción es de Instagram así que no es buena. Aún así, comparto algunos porque creo que ayudan a procesar este duro momento:

Este es de una cuenta de IG @rushikulam

Este texto es de @mysoreyogarecife:

Y este es de @timfieldmannyoga:

Despidiendo a Sharathji

Me pasé la primera semana atesorando recuerdos y sentimientos porque los siento muy parecidos a los míos. Me creé una carpeta en instagram con todas las publicaciones que veía sobre él. Se empezaron a organizar ceremonias de despedida. Vi la de Kino y me consoló y ayudó muchísimo. El sábado mi amiga Vivi me invitó a su shala y le cantamos un mantra, uno que se canta en despedidas.

Aquí lo puedes escuchar y cantar. 

Tuvimos la suerte de tener a Anna Constanza dando un curso en Tenerife y nos lo explicó. Es el Mahamrityunjaya Mantra, también llamado “Tryambakam Mantra”, es un verso del Rigveda. Este pacífico canto espiritual está dirigido a Tryambakam, “el de los tres ojos”, un avance de Rudra, más tarde identificado como Shiva.

Om trayambakam yajamahe
sugandhim pusti vardhanam
urva rukham iva bandhanan
mrityor muksiyam amrita

Anna nos dijo que el nombre se traduce como “Victoria de la muerte”.  Y el resto sería algo así:

Invocamos a Shiva, el que tiene 3 ojos del que emana un olor divino. A él le estamos pidiendo que nos libere de la muerte para alcanzar la inmortalidad, como un calabacín que se cae de su rama por su propia fuerza y madurez y corta con las ataduras, con libertad, naturalidad.

Es un mantra muy potente, se canta 108 veces. La repetición de mantras es una práctica espiritual que se llama Japa Mala y Sharathji siempre la recomendaba. Estoy muy agradecida a mi querida Vivi, por invitarme porque en ese momento de profunda tristeza, sienta muy bien contar con una comunidad de gente tan amorosa, que te arropa, te entiende y te da fuerza. Eso también es mérito de Sharathji. Él nos unió :)

La última lección

Sharath Yoga Centre

Y todo cambió, porque nada es para siempre. Esa fue su última lección. Ese instante, su partida, cambió la vida de todos los ashtanguis cuyas ilusiones y sueños eran practicar bajo su guía, en Mysore, la fuente del ashtanga yoga, o en sus giras por el mundo para transmitir este hermoso legado que le dejó su abuelo. Una familia yogui. Cuando pienso en su mujer, hijos, su madre, su hermana, Usha… qué tristeza más grande. Nosotros nos sentimos huérfanos de maestro, con los corazones llenos por el amor y la unión de la comunidad, pero también rotos y vacíos sin nuestro gurú, pero ¿ellos? Ellos han perdido un padre, un hermano, un amigo…

Esta noticia tambaleó nuestra vida, rompió nuestros sueños… ya nada volverá a ser como antes. Y resulta que “el antes” era bueno, nos hacía felices, y lo sabíamos. Creo que lo bueno de esto es que la mayoría de los que lo llegamos a vivir alguna vez, lo valorábamos y agradecíamos. Era nuestro tesoro y, por eso, nos está doliendo tanto. Era único, especial. Perdonen si hablo por los demás, pero creo que coincidimos en que ir a Mysore hacía crecer nuestra devoción, fe, entrega, amor, unión… Somos muchos ashtanguis los que hemos vivido o pretendíamos vivir momentos felices en Mysore y decir adiós es muy duro. Quizás volvamos, pero nada será igual. El cambio y la incertidumbre asusta. Hay muchas preguntas en el aire. Preguntas que dejamos para después porque todavía necesitamos hacer el duelo.

Lo que está claro es que hay una lección que aprender: No dejes nada para después. La vida es ahora. 

ME PREGUNTO: ¿CUÁNDO SE CONVIRTIÓ EN MI MAESTRO?

SharathjiHonestamente, no identifico un momento exacto en el que Sharathji se volvió mi maestro. Se fue colando poco a poco. Quizás en el segundo y último viaje se consolidó esa conexión, pero creo que fue en la pandemia cuando supe que, sí o sí, iría a Mysore. Durante esas clases y conferencias, a través de la pantalla, sentía que me hablaba al corazón, sentí su mensaje en primera persona por primera vez. Aunque ya había calado en mí su mensaje, a través de mi maestra Gri, yo necesitaba vivirlo por mí misma. Decidí que iría a Mysore y tendría mi propia vivencia.

Después de la pandemia empecé a asistir a Gri y apliqué para Mysore, pero al final, cancelé el viaje por miedo. Mi primer viaje finalmente fue en agosto de 2022, y a la vuelta fue cuando Vivi y yo creamos el podcast Mysoreando. Precisamente porque valorábamos mucho lo que era ir allí, y porque queríamos hacer llegar nuestra forma de vivir el ashtanga yoga bajo su guía, el ashtanga yoga según la tradición. El siguiente viaje lo hicimos juntas, hace solo un año, en diciembre de 2023, donde grabamos un montón de entrevistas.

Y así, casi sin darme cuenta, estaba organizando mi vida para poder ir a Mysore cada año, poniendo mi trabajo patas arriba y haciendo algunos sacrificios, pero yo sentía que tenía que ir siempre que pudiera. Recuerdo perfectamente estar allí en esa enorme shala, mirar alrededor y pensar en lo afortunada que era de vivir esa experiencia. Lo que se vivía allí era algo único. Recuerdo también pensar en que eso no sería para siempre y que tenía que aprovechar siempre que pudiera. Claro, nunca pensé que esa iba a ser la última temporada de Sharathji, pero sí que podría haber circunstancias que me impidieran ir y, por eso, siempre que pudiera intentaría ir.

Mysore, Agosto de 2022La primera vez que lo vi recuerdo pensar “qué hombre más normal”, pero a la vez me daba mucho respeto interactuar con él. En mi primer viaje, en 2022, todavía la pandemia estaba reciente. Me sentía extraña en India y, además, tenía reciente la lesión del serrato. La primera vez que se me acercó a hacerme el catching, le conté lo de mi lesión, estaba nerviosa. Él me dijo que lo haríamos fácil y suave y también me dijo una frase: is not mandatory (no es obligatorio!). Después de haber oído tanto sobre que él era estricto con el catching y que había que hacerlo todos los días, desde ese primer contacto desapareció la presión. Hice lo que pude y él me dijo “easy for you. Lo que yo viví con él y lo que entiendo de su abordaje con las asanas es que siempre lo íbamos a intentar, pero en ningún momento te iba a obligar a traspasar límites. Yo creo que él tenía unas pautas generales para todos, pero luego en las distancias cortas, como digo yo, en lo individual, te trataba con empatía y amabilidad. También creo que su experiencia ayudaba mucho y podías confiar plenamente al ponerte en sus manos Sus ajustes eran precisos y no se sentían forzados. Te llevaba con delicadeza al lugar que tu cuerpo podía. Nada más.

En esa temporada mientras me ajustaba paschimottanasana se puso a leer mi tarjeta y me dijo algo así como: “Mmmh, Mercedes, alemana, ¿no?  y yo “no, española, jeje”.  Es que su coche era un Mercedes, jaja. En el primer viaje y el primer mes siempre hacías solo la primera serie y cuando pasaba el mes ya te empezaba a agregar de segunda si lo creía oportuno. A mí me dio pasasana en ese viaje pero solo fui un mes así que no fue hasta el segundo viaje, la temporada pasada, cuando experimenté lo de que te avanzara posturas.

Foto con Sharathji, enero de 2024Para mí la magia de practicar en Mysore, era que él te viera, era recibir su bendición. Para mí no era la bendición de cualquier maestro o maestra. Era la suya, la del máximo representante del ashtanga yoga. Por eso, cuando en el segundo viaje un día me dijo: “tomorrow show me pasasana”, cuando llegó el momento de enseñársela me puse super nerviosa, jaja. Me salió, pero qué nervios durante toda la práctica… No solo porque me la viera, sino porque se podía dar la situación de que estuviera en el otro lado de la shala y tener que llamarlo o esperar a ver si me veía o no. Todo eso era un tema, jaja. Pero yo, esa vez, tuve mucha suerte y estaba al lado. Le dije: “show you pasasana?” -en inglés indio, jaja-. Y bueno, cuando vio el segundo lado me dijo:  “good pasasana, tomorrow until bhekasana”. Un montón de posturas del tirón. Para resumir: en mi corta experiencia con él, unas veces tardó mucho tiempo en darme la siguiente postura y, otras veces, hizo esto de darme muchas de golpe. Lo que siempre hizo fue ajustarme desde la compasión y la exigencia justa.

UNA EXPERIENCIA ÚNICA

Hay muchas cosas que se me quedaron grabadas porque nunca las he vivido en otro lugar. Cuando acababa la práctica íbamos al vestuario, nos cambiábamos y para salir teníamos que pasar por delante de donde estaban todos practicando. Muchos de nosotros lo buscábamos con la mirada y, con las manos juntas a la altura del pecho, le hacíamos una especie de reverencia, una señal de agradecimiento, de respeto. Otras personas, normalmente de nacionalidad india, pero también practicantes ya más veteranos, se acercaban a tocarle los pies. Era un momento en el que conectabas con él directamente. Él te hacía un gesto como que recogía el agradecimiento y cuando le hacían lo de tocarle los pies, se llevaba la mano al corazón. Lo de los pies es algo muy común allí, se le hace a las personas mayores, a los maestros y también porque se cree que da buena suerte, que trae cosas auspiciosas.

Qué bonito es tener en mi cabeza ese recuerdo y su mirada de complicidad.

Luego, en las conferencias de los sábados, cuando nos contaba anécdotas o nos recitaba textos sagrados, gracias a sus palabras yo recordaba mi propósito, le daba significado a todo el esfuerzo, a la práctica, y en definitiva, a la vida. Lo sentía como una persona de buen corazón, su mirada era limpia y pura, con la chispa de un niño. Su sonrisa era capaz de iluminar ese pabellón gigantesco. Se fue demasiado pronto para mí, que apenas estaba empezando mi camino con él. Ese es el vacío que siento, el saber que no podré seguir aprendiendo de él.

Sharathji en el ríoDesde que fui a Mysore, cuando practico, a veces oigo su voz o siento su mirada. Lo siento presente. La segunda práctica que hice después de saber de su partida, la hice para él, como si lo tuviera delante. Le dediqué mi kapotasana, la postura en la que me quedé allí. Lo recuerdo dándome consejos para agarrarme un talón que se me resistía. Pensé que quizás puede verme desde donde esté y en las posturas que me cuestan intento dar lo mejor de mí. Sin duda, al recordarle, siento una energía especial, una energía de conexión y unión. Intentaré mantener esa llama viva dentro de mí. Les confieso que hasta mí misma me ha sorprendido lo mucho que he sentido su pérdida. No era consciente de que mis sentimientos fueran tan profundos, de que mi vida estuviera tan ligada a su existencia. Por eso, entiendo que mucha gente no entienda por qué estoy tan afectada. Creo que no soy la única que se siente así, hasta un chico escribió un texto llamado “Por qué está llorando tu amigo yogui” para hacer entender a nuestro entorno por qué estamos tristes.

Hay un recuerdo que es una tontería, pero ahora me hace ilusión. Un día salí a comprar a la frutería, a una hora no muy transitada. Creo que era después de comer, el día de nochebuena o un día navideño. Iba yo pensando en mis cosas y cuando fui a cruzar me di cuenta de que venía un coche grande y resultó ser él, jaja. Imaginé que iría a casa de su madre. Simplemente nos encontramos con la mirada y me saludó sonriente. Yo me quedé contenta porque, además, me había hecho catching ese día. Luego, recuerdo que en alguna conferencia nombraba que veía a sus estudiantes caminando por Gokulam y yo pensaba “como a mí”, jaja.

UN TIPAZO

Sharathji con vaquita“Un tipazo”, dijo mi maestra Gri para resumir, en una palabra, lo grande que era. Humano, sencillo, humilde, bueno, con sentido del humor… esas eran algunas de sus cualidades. Y a veces también daba gritos, jaja. Se preocupaba para que todo funcionara perfectamente y, por eso, ponía unos horarios y unas normas. Si te salías de eso, podías oírlo desde el otro lado de la shala gritando cosas como: “close the door”, “who told you to do that”, “why are you late?”. Y el mítico “one more!” cuando nos llamaba a practicar, o “one more tall”, “one more small”… Algún día, si les da curiosidad y no lo vivieron, les puedo contar un poco más en detalle esto que es algo muy característico. Quizás, lo podemos comentar en el podcast. En definitiva, en la shaa, Sharathji sabía muy bien cuál era su papel y lo cumplía con creces.

UN REVOLUCIONARIO

No sé si a los demás les pasa igual, pero yo siento que le entendía, entendí su mensaje desde el primer momento. Creo que gracias a él éramos cada vez mejores practicantes de yoga y que lo que venía iba a ser mucho mejor. Su mensaje era sencillo y sin pretensiones. Era mucho más profundo de lo se veía en apariencia, porque no hacen falta muchas florituras para transmitir la esencia de lo que significa el yoga. Su compromiso con sus estudiantes era de admirar. Qué voluntad y qué gran responsabilidad. Siento que, mientras el ashtanga era criticado por diferentes lados, él hacía su propia revolución llenando los corazones de practicantes de todo el mundo con un mensaje de humildad.

Y aunque, probablemente, no todos lo entendieran o lo valoraran igual, no importaba porque él no pretendía nada. Él solo daba y daba, solo hacía ese papel que asumió sabiendo la responsabilidad que tenía. Pero su grandeza mayor, por encima de ser el Paramaguru, siempre fue el amor que demostraba por su familia. Era un padre comprometido. Eso le daba todavía más valor, porque era una persona normal haciendo lo que podía y debía a la vez. Lo que hacía tenía muchísimo mérito.

Gurujis Sharath, Pattabhi Jois, SaraswatiCuando su abuelo Guruji Pattabhi Jois falleció en el año 2009 a la edad de 94 años, él tuvo que coger las riendas y guiar a toda una comunidad internacional de practicantes. “Se mantuvo firme”dijo alguien-. No debió de ser fácil. Ver en primera persona su dedicación y compromiso con los estudiantes me dejó asombrada. No faltaba nunca. Durante la temporada de clases se despertaba a la 1 de la mañana para hacer su práctica y después, estaba desde las 3 y pico, creo, hasta las 10 de la mañana enseñando sin descanso…Aunque fuera pura vocación, se dice fácil, otra cosa es hacerlo. Además, sabiendo la cantidad de gente que le quería y le seguía hasta el fin del mundo, él seguía igual, humilde. Sus principios eran sólidos y coherentes con los de un maestro de  yoga.

SU PRECIOSO LEGADO

Sharathji y LakshmiAhora que nos ha dejado, y como pasa muchas veces, tengo la sensación de que se ve y valora más claramente su mensaje, su legado. Se ve el cariño de su comunidad, se ve la unión que él promovió, se ve la gran labor que hizo. El futuro es incierto, él es irremplazable pero, sin duda, dejó un mundo mejor. Y se podrán decir, y se dicen, muchas cosas de nosotros, los ashtanguis, pero la unión y la fuerza que he visto estos días, el amor tan fuerte hacia nuestro gurú no sé si se ve muy a menudo en otros estilos de yoga. La realidad es que somos una gran familia repartida por todo el mundo. Él estaba orgulloso y muchas veces “presumía” de tener alumnos en más de 100 países. Aunque también en esta comunidad, igual que en todas las familias, hay discrepancias y conflictos, y ya veremos cómo vamos reaccionando ante esta nueva realidad que se nos presenta sin nuestro guía.

Por lo pronto, la shala ha comunicado que esta temporada van a abrir para hacer autopráctica, sin profesor, sin ajustes y que todos tienen que hacer hasta la última postura que les haya dado Sharathji. Mucha gente irá, pero otras personas preferimos esperar a que tranquilamente se decida cómo se va a continuar. Para mí es un esfuerzo grande ir a Mysore, así que prefiero esperar a ver qué dirección toma todo, pero me da muchísima pena.

La nueva serie: the active series

Sharathji en VirginiaSharathji justo se encontraba en EEUU presentando una nueva serie: The Active Series, una serie de ashtanga simplificada. El libro de esa serie se podrá comprar en la web de Sonima el 29 de noviembre. En esa web hay muchos vídeos interesantes de Sharathji, pero ahora les recomiendo ver este vídeo homenaje.

No me puede hacer mayor ilusión poder tener ese libro entre mis manos. Para mí esa era su verdadera misión: que el yoga fuera accesible para todos, que todo el mundo se pudiera familiarizar con el yoga. Y será parte del precioso legado que nos deja. De todos nosotros depende transmitirlo de una forma pura y respetuosa, que honre, de verdad, todo el esfuerzo que él hizo por nosotros.

Siempre me ha dado tristeza que se nos considere un estilo de yoga solo físico. Incluso en este momento de duelo, he leído comentarios al respecto. Si alguien que opina esto me lee, les pido -con todo mi cariño- que se abran a la posibilidad de estar equivocados. La transformación espiritual que ocurre al practicar ashtanga, siguiendo el método tradicional, es real. Quizás haya personas a las que se le ha transmitido mal y, de corazón, les digo que es una pena. Las personas que se creen que han practicado ashtanga porque han hecho de vez en cuando la secuencia de posturas de la primera serie, perdonen que les diga, no han practicado el método, se han quedado en la superficie. Quizás, simplemente no sea su camino, y eso está bien. No lo sé. Cada uno es libre de tomar sus decisiones. Lo que me da pena es que nos critiquen o se hable con desprecio de este método. Pueden hablar todo lo que quieran, pero pocas herramientas existen tan transformadoras como el ashtanga yoga. Es cierto que requiere un esfuerzo, un compromiso grande, pero lo que te devuelve no tiene precio.

LA CEREMONIA PARA SU FAMILIA Y ESTUDIANTES

El 24 de noviembre tuvo lugar una ceremonia tradicional hindú en la que se celebraba la entrada de Sharathji a Vaikunta, la morada celestial de Vishnu, y brinda la oportunidad de recordar a Sharathji y orar por la paz eterna de su alma y el bienestar de su familia. (La puedes ver aquí). Me llamó la atención que tanto Andrew Hillam -coautor del libro de la nueva serie por lo que entendí en esta ceremonia-  y Shraddha -su hija-, comentaron en sus discursos  algo que solían decir tanto Sharathji como Guruji Pattabhi Jois:

“Todo el mundo puede practicar yoga excepto las personas perezosas”

Ceremonia despedida de SharathjiQuizás su propósito o dharma en esta vida estaba ligado a esa misión de hacer el ashtanga accesible para todos. Siempre lo pensé y cuando ayer vi la ceremonia, Andrew me lo confirmó. Parece ser que Sharathji era consciente de que el ashtanga yoga se percibía en el mundo como algo difícil y que mucha gente ni siquiera lo quería probar. Sharathji quería cambiar esto y que todo el mundo pudiera obtener los beneficios del yoga y, por eso, creó esta nueva serie. Una serie a la que la gente no le tuviera miedo. Esta serie tiene los mismos beneficios que ashtanga yoga. Es ashtanga yoga. En esta serie hay posturas de las series de ashtanga y es una práctica simplificada, pero con el mismo método. Y, Andrew, continua diciendo que hace poco Sharathji le contó algo que nunca había escuchado, le dijo que esto era algo que solía discutir con su abuelo Guruji Pattabhi Jois y que él estaba de acuerdo en que necesitaban crear algo más accesible, más sencillo. Por último, Andrew dijo que tuvo la oportunidad de practicar la serie y que sintió algo especial, que él ha practicado modificando posturas, por lesiones o adaptar para sus alumnos, pero que aquí hay algo muy especial que surge solo de la experiencia de alguien como Sharathji, que ha enseñado durante tantos años y a tantos alumnos. Le dijo que estaba probando estas posturas, estaba tratando de ver cómo crear esta serie, dijo que a veces la practicaría y que si practicas esta serie puedes sentir una energía especial. Esta serie la creó junto al Centro de Ciencias Contemplativas de Virginia que le apoyaron para crearla y quería hacer formaciones anuales de tres o cuatro semanas para que los profesores autorizados enseñaran esta serie por el mundo, pero que en Mysore se mantendrían las series tradicionales. Por último, pidió paciencia para la gente que pregunta si pueden practicar la serie activa, dijo que, ahora que han acabado los rituales, la familia tendrá tiempo para reflexionar sobre cómo continuar su legado, para pensar en cómo querría Sharathji que continuara.

Shradda, ceremonia SharathjiEl discurso de su hija Shraddha también fue muy tranquilizador, verla a ella y a su hermano con esa integridad teniendo la muerte del padre tan reciente es un gran ejemplo, su actitud es en sí misma una  lección de lo importante de la vida: el presente. Su sonrisa y la luz en sus ojos mientras hablaba del padre me da esperanza en lo que vendrá.

En definitiva, esta ceremonia, aclaró muchas cosas y me dio mucha tranquilidad. Nunca sabremos cómo habría implementado él la serie, pero tras ver la ceremonia, siento que esta serie va a trascender de alguna forma y que no quedará en el olvido. También me pareció muy interesante lo que cuenta Andrew de lo que sintió al practicar la serie.

Si me conoces te puedes imaginar que siempre he defendido que todos podemos practicar y que el ashtanga es una practica personalizada, o que así debería transmitirse. Me da mucha pena no tener la oportunidad de practicar con él el tiempo suficiente para obtener su bendición. Igualmente quiero seguir mi camino como si él estuviera ahí, guiándome y, sin duda, trataré de transmitir el ashtanga yoga que aprendí de él, no solo en primera persona, sino gracias a mi maestra. De hecho, creo que gracias a todos los maestros que se formaron bajo su guía, mantendremos vivo este precioso legado.

EL CAMINO ESTÁ CLARO

Querido Sharathji, lo diste todo por nosotros. Te doy las gracias desde lo más profundo de mi corazón. Gracias por tu sacrificio, por tu amor y dedicación. Gracias por tu humildad. Gracias por llegar a tantos corazones. Gracias por cada sonrisa, por cada mirada. Gracias por tu enorme dedicación. Gracias por tu precioso legado.

Eres y serás querido y recordado como un verdadero Gurú. Ahora nos toca a nosotros, tus alumnos y maestros de todo el mundo, coger la antorcha para seguir iluminando el mundo, que buena falta hace. Familia ashtangui, estemos unidos en este duro momento. Como dijo Kino en la ceremonia de su despedida en Miami:  El yoga nos mostrará el camino.

La luz del gurú nos guió y nos seguirá guiando.

Gracias por todo Sharathji. Descansa en paz.

Sharathji

Con amor,

Merce ✨

PD: Si te apetece, ¡deja un comentario! Por ejemplo, puedes contar algún recuerdo bonito con Sharathji, contar cómo te sientes con esta noticia, o lo que tú creas…, pero me encantaría leerte. ¡Gracias!

Guía para el primer viaje a Mysore a practicar ashtanga yoga con Sharathji

Si tienes pensado practicar con Sharath este post es para ti

Hola, amigo/a del blog ashtangui ¡estoy de vuelta! Vengo con un post práctico, de esos que a mí me gusta leer, jeje. Como muchos y muchas saben, este verano -agosto de 2022- cumplí uno de mis sueños ashtanguis: viajar a Mysore -India- para practicar con Sharath Jois, el paramaguru del ashtanga yoga.En mis inicios (hace 7 años) me sorprendió enterarme de que, a las clases de ashtanga yoga, se les decía estilo mysore porque es el nombre de la ciudad donde empezó este método. Entonces, yo y mi alma investigadora, dimos con muchos vídeos de youtube sobre Mysore. Recuerdo verlos en bucle… esa shala repleta de ashtanguis sudorosos haciendo virguerías… Guau, era fascinante… Me preguntaba “por qué hacen esto de viajar tan lejos y cómo conseguían hacer todo eso con su cuerpo…”

Fue desde ahí, cuando sentí la llamada.

Recuerdo pensar: “Quiero ir a India y vivir esa experiencia”.

¿Era “la llamada de la fuente”? Podemos decir que Mysore es la fuente, el lugar donde comenzó la práctica del ashtanga yoga.

Pero claro, en ese momento, para aquella Merce, era un sueño lejano. India no está a la vuelta de la esquina y yo nunca he sido una viajera empedernida, así que, sinceramente, no era algo que encajara demasiado en mi vida de entonces. Además, todavía la práctica no había calado en mí, y por eso no deja de resultarme curioso, que ya se hubiera despertado en mí esa inquietud. Era como una semilla plantada. Y, por otro lado, a decir verdad, siempre quise ir a India porque me llamaba la atención cómo viven la espiritualidad, pero nunca tuve una motivación tan fuerte como para organizarme para ir. Visto con perspectiva, supongo que, parte de la transformación que ocurre con la práctica de yoga continuada, es entender que en la vida tienes que tomar decisiones adecuadas para que tu vida sea lo más coherente con tus valores, dicho resumidamente: tener claras tus prioridades.

Así, pasito a pasito y sin forzarlo demasiado, me vi embarcada en ese viaje con destino samadhi, jeje, quiero decir, con destino Mysore, ejem, bromas (malas) aparte, para leer los detalles de ese “viaje espiritual” vas a tener que esperar al siguiente post, porque en el post de hoy quiero enfocarme en aspectos prácticos y útiles.

Me encantaría que este post sirviera de ayuda a todo aquel que vaya por primera vez a Mysore a practicar con Sharathji.

Vamos, que te voy a dar ya recopilada toda la información que necesitas saber: cómo aplicar para practicar con Sharath, dónde sacar visado, consejos de viaje, qué hacer al llegar, etc.

De nada, jaja.

Tengo que decir que yo, por suerte, fui muy bien asesorada por mi profesora y por otras compañeras que ya habían ido. Eternamente agradecida smile

Parte 1: antes de ir

Esperar el anuncio de que Sharath abre temporada.

Si ya tienes claro que quieres y puedes ir a practicar a Mysore con Sharathji tienes que estar muy pendiente de su página web. En la web anuncian las temporadas en las que él va a dar clase y las condiciones.

Por ejemplo: cuando yo fui la temporada era julio, agosto y septiembre y se daba la opción de solicitar ir por un mes, dos o tres meses. Yo elegí ir por un mes. Pero no siempre es así. De hecho, la siguiente temporada (que abrió en agosto) es para noviembre y diciembre, pero en este caso no permite ir solo un mes, sino que todo el mundo tiene que ir los dos meses.

Mi recomendación es que, si puedes, vayas por dos meses, pero entiendo que la primera vez quieras ir un mes, como fue mi caso y también es verdad que no todo el mundo puede organizarse en el trabajo y con la familia para estar fuera tanto tiempo.

Requisitos

Antes de aplicar ten en cuenta que, hoy por hoy, para solicitar ir, tienes que haber practicado dos o tres meses, de forma presencial, con algún profesor o profesora autorizado/a por él y, además el profesor/a tendrá que hacerte una especie de carta de recomendación. Otro requisito a raíz de la pandemia y, según la web, por orden del gobierno indio es que todo el mundo debe estar vacunado del Covid. Quizás este requisito cambie, pero en la actualidad sigue vigente. Para estar bien informado revisa antes de ir la página oficial.

Si cumples las condiciones puedes aplicar para ir a practicar con Sharathji.

Aplicar

La aplicación es online y por las historias que me han contado siempre fue una lotería que se registrara tu solicitud en la web, ya que abrían las inscripciones a la misma hora en todo el mundo y se colapsaba la web. Muchas veces no sabían si habían aplicado o no y mucha gente se quedaba fuera por un tema técnico. Por suerte, ahora abren la inscripción por 12 horasSolo tienes que rellenar un formulario. La guía para rellenarlo está en la web y es este enlace.

Recibir confirmación

Ahora solo queda esperar el famoso email de confirmación si hay suerte, que esperemos que sí.

shala confirmation 1
shala confirmation 2

Si no hay suerte te llega un email, pero diciéndote que no has entrado. Esperemos que no pase, pero que no te desanime, ¡el que la sigue la consigue!

Trámites: visado, billetes y casa

Con la confirmación de la shala ya es hora de comprar billetes, sacar visado y buscar alojamiento. Te puedes adelantar a todo esto, pero claro, corriendo el riesgo de que no entres y pierdas dinero, pero bueno, por lo menos intenta tenerlo todo lo más mirado posible y desde que recibas la confirmación ¡ponte las pilas! El visado es muy fácil. Se puede sacar online. En una web que se llama e- visa y tarda poco, un par de días. Puedes sacar visados de diferentes duraciones. Para el alojamiento te recomiendo que pidas contactos a otros ashtanguis que ya hayan ido. Hay opciones de todo tipo: más baratos o más caros, compartiendo o individual… Yo te recomiendo que, si puedes, busques algo donde puedas compartir con otras personas, aunque no sea compartir habitación o apartamento, pero  al menos sí el “edificio” porque siempre está bien tener gente alrededor con quien hacer planes o que te puedan ayudar en un momento dado. Yo cogí una habitación bien de precio y situada encima de mi profesora y, la verdad, es que súper contenta con la elección. Fíjate que el lugar cumpla con tus necesidades como que tenga agua caliente, si puede ser un colchón decente (los colchones indios son muy duros para mi gusto occidental), cocinillaneverawifilavadora o que te laven la ropa…Te digo detalles de precios más adelante. Los billetes yo los compré en Qatar Airways, una compañía buenísima, la verdad. Yo, personalmente, prefiero gastar un poco más y viajar lo más cómoda posible, evitando escalas largas, porque ya de por sí el viaje es largo y, créeme, ¡agotador! Yo hice Tenerife Norte – Barcelona. Pasé una noche en Barcelona. Luego por la mañana hice Barcelona – Qatar, y Qatar – Bangalore. Llegué a las 3 y pico de la madrugada (hora de India que son 4 h y media menos que en Tenerife). Y luego, hay que hacer un último trayecto de Bangalore a Mysore y aquí es donde ya te remata el viaje, jajaja, mortal. Esto se hace en coche o en Flybus. Yo escogí Flybus ¿por qué? Principalmente porque era un viaje nocturno y me contaron malas experiencias de que a esas horas el conductor se iba durmiendo en todo el trayecto y, la verdad, no quería pasar por eso. Aquí la que vine durmiendo fui yo, jajaja, las casi 5 horas entre pitas, frenazos y conversaciones de fondo. Muy surrealista ese momento, jeje.

Y, por último -para mí obligatorio- es hacerse un seguro de viajes para ir tranquila por si ocurre algo como que te pierdan la maleta. Y, por supuesto, ir cubierta en la parte sanitaria porque al fin y al cabo estamos yendo a un país tropical donde te expones a ciertas enfermedades y, aunque allí funciona muy bien la sanidad, hay ciertas cosas graves como una operación o una transfusión de sangre, que pueden salirte muy caras si no tienes seguro. Además, yo después de lo que me pasó cuando fui a Goa (lee el post de esa experiencia aquí), que Iberia me perdió la maleta y nunca apareció, ¡ya no me arriesgo!  En esa ocasión, gracias al seguro, recuperé lo que me tuve que gastar en cosas nuevas que fueron necesarias. Esta vez el seguro lo contraté en Mondo Seguros y muy contenta. Aproveché que tenía la app para consultar una cosa sobre las PCR por chat. Porque sí señores, después de más de 2 años de pandemia esquivando el dichoso COVID, voy y me lo cojo en Mysore, jajajaja. La cuestión es que me dio mucha tranquilidad poder hablar con alguien en español las 24 horas.

Haciendo la maleta

¡Qué difícil hacer la maleta! Uuufff, este es todo un tema, jejeje. Vamos a ver, teniendo en cuenta la experiencia de Goa, yo no quería pasar por lo mismo así que llevé dos maletas. Una grande para facturar y otra de cabina, donde llevar lo importante por si me perdían la otra, jajajajaja. ¿Volvería a hacer lo mismo? Pues miren, sí y no. Me explico. Me parece muy buena idea esto de llevar lo imprescindible en la de mano. Pero es que yo llevaba casi todo en la de mano, jajaja, casi toda la ropa de yoga, un par de conjuntos para el día a día, ropa interior… el ordenador, apuntes… Y además, llevaba la esterilla colgando. Totaaaal, que iba demasiado cargada para un viaje con escalas en el que tienes que caminar por el aeropuerto, etc.

Conclusión personal: Ser un poco previsora está bien, pero no te vuelvas tan loco/a como yo, jajajaja.

Ahora bien, la verdad es que acerté bastante con lo que llevé, solo me sobró: una de las dos camisetas de manga larga que llevé, una sudadera más gordita y una chaqueta también más abrigada, que tampoco me hizo falta porque me apañaba bien con una sudadera más fina y el chubasquero. Si entro en mucho detalle me extiendo demasiado, así que te propongo que, si tienes dudas concretas con la ropa que vas a llevar, ponlo en un comentario y lo resolvemos para todos. Igualmente te dejo este post sobre el tema que leí antes de ir ;) Ropa que llevar así en general: ropa fresca, de verano, camisetas de manga corta de algodón o lino, pantalones frescos y sueltitos, vestidos largos, pero frescos… Pero también, aunque parezca raro, hay que llevar alguna chaqueta tipo anorak o sudadera con chubasquero y algo para taparte el cuello, porque sí es cierto que por las mañanas al ir a practicar tan temprano en rickshaw o moto te da el aire y puedes pasar frío. En agosto es época de monzón, y llueve bastante y de forma inesperada, así que tienes que tener a mano siempre una capa, chubasquero o paraguas. Luego las mujeres tenemos que tener en cuenta que allí hay como una especie de “etiqueta cultural” y es que no está bien visto que las mujeres enseñen los hombros, y usen faldas o pantalones cortos. Así que se recomienda ir con camiseta de manga corta y pantalones o faldas largos, vestidos largos. Si te quieres poner camisetas de asillas, pues llévate un pañuelo para taparte cuando vayas caminando por la calle si quieres evitar miradas y demás. El pañuelo de hecho es muy útil y en algunos templos, obligatorio.

Aprovecho para comentar que yo me sentí siempre muy segura por la calle, pero sí es verdad que eres diferente y la gente te mira y te pide hacerse selfies contigo, jajaja.

Ropa aparte, te cuento otras cosas útiles que llevar, aunque casi todo lo puedes conseguir allí:

  • Mosquitera, por si tu alojamiento no estuviera bien acondicionado.
  • Pajita para beber coco.
  • Termo
  • Almohada, sábanas y toallas.

Las toallas, por lo que tengo entendido, no suelen incluirse, en cuanto a las sábanas sí, pero la verdad es que, en mi caso, solo tenía bajera y a mí me gusta tener una sábana por encima, tipo colcha, no directamente la manta o dormir destapada. La almohada es opcional, jajaja, pero para mí llevar mi almohada es como sentirme más en casa

  • Cafetera, por si -como yo- eres adicta al café. Aunque dependerá de la cocinilla que tengas, porque a mí no me sirvió y me compré una cafetera tipo francesa, que por cierto, es como se suele tomar el café allí, en general.
  • Cualquier utensilio o alimento que sepas que vayas a usar y te quepa en la maleta. Yo me llevé bolsas reutilizables, unos cubiertos de bambú, algunos tuppers, sal, orégano, sobres de aceite de oliva (allí es muy caro).
  • Medicamentos que quieras tener a mano ante una urgencia como fortasec, antistamínicos, analgésicos… Allí puedes conseguirlos, pero quizás en un primer viaje te quedas más tranquilo/a teniendo algunos a mano. Ten en cuenta que si son con receta te la pueden pedir en los controles del aeropuerto. Siempre es bueno revisar las normas de lo que te dejan llevar tanto facturado como en cabina.

Cosas para la práctica, por si no son obvias:

  • Esterilla
  • Esterilla de algodón o de microfibra para poner por encima
  • Toallita o pañuelo para el sudor
  • Conjuntos para practicar, te dejo el enlace donde se explican las normas de vestimenta de la shala.

Parte 2: Cuando llegas

Siempre recordaré el día de mi llegada, jaja

Un día de mucho calor y mucha intensidad. Bajarme de aquel bus con tremendo equipaje y toparme de golpe con el kaos de la ciudad: pitas, coches y personas por todos lados, calor… gracias que estaba acompañada y solo tenía que dejarme llevar. Otro mundo, otros ritmos… No entendía el inglés, no tenía internet y no sabía siquiera dónde conseguirlo. El cansancio del viaje me pesaba demasiado. Si me iba a dormir, corría el riesgo de provocar un desastre de jetlag, y claro, en un par de días había que practicar.

Por suerte, yo tenía gente que me facilitó todo. Ellas saben quiénes son. Otra vez, gracias.smile

Después de haber dejado el equipaje en casa, quería resolverlo todo ya. Obviamente con esa mentalidad me llegó el primer tortazo de realidad del viaje y me di cuenta de que nada iba a resolverse rápido y que tenía que dejar atrás mis comodidades de “occidentalita”. Por suerte, Gokulam, el barrio donde estaba la shala antiguamente y donde nos alojamos todos, es muy tranquilo y fácil de conocer, aunque he de confesar que tardé semanas en darme cuenta de que mi casa estaba cerca de una calle que pensaba que estaba para otro lado, jaja, pero resulta que las calles hacen como un rodeo y al final, todo quedaba al lado. Para mí fue un gran descubrimiento, porque a partir de ahí me ahorré caminar muchos kilómetros innecesarios, jajaja.

Otra razón para escribir este post y facilitar el proceso al llegar, porque de verdad que no fue fácil.

¡DATO IMPORTANTE! ¡OJO CON LAS STAGE! Allí es muy importante cuando tengas que dar tu dirección a los conductores decir, además del nombre de tu calle, en qué STAGE está. Porque resulta que las calles se pueden llamar igual, pero estar en otra STAGE. Yo por ejemplo vivía en la 3rd STAGE. Te animo a que te fijes en eso para que te ahorres  sustos y malentendidos. Y si te estás preguntando si no dije la STAGE y me llevaron para la otra punta de Mysore alguna vez… Sí, me pasó el primer día XD

Mis sitios básicos

Conexión a Internet

Lo primero que yo haría es comprar la conexión a Internet para poder luego buscar todo lo que necesites en Google Maps. La sim card la compras en la 1st Main Road, justo en frente del restaurante Depth N Green (Precio aproximado 300 inr/700 inr para un mes). Ten en cuenta una cosa y es que con esta sim te funcionan los datos del móvil y por eso puedes conectarte a Internet y usar Whasapp, Instagram, Netflix, Google, etc. En el whasapp tendrás el número de teléfono de tu país, pero también tendrás un número indio para las llamadas telefónicas y los sms (que además es útil porque a veces te lo piden para hacer compras online o rellenar formularios oficiales). Por tanto, sería genial tener un móvil con 2 sims, o si tienes un móvil de sobra en casa te recomiendo que te lo lleves, porque ya sabes que hoy en día te mandan códigos de confirmación por sms, por seguridad para entrar a tus cuentas. De esta forma no tendrás que estar cambiando la sim continuamente.

Moverte por la ciudad

Los Rickshaws son la mejor opción para trayectos cortos, ya que son económicos y rápidos. Suelen estar aparcados por ahí, y también puedes pedir a través de aplicaciones como Uber y Ola. Estas apps son opciones muy recomendables para moverte por la ciudad para tus compras por ejemplo, porque ya es un precio cerrado y puedes escribir la dirección, con lo que no hay tanto lugar para malentendidos con el idioma.  Pero tienen el lado malo de que a veces no son muy fiables, pasan cosas como que el conductor tarda en aceptar el trayecto, o te cancelan el viaje…

Por eso, para ir a la shala o incluso para hacer excursiones largas es mejor utilizar los Rickshaws que tienen un acuerdo con Sharathji, estos conductores son los “drivers de la shala”, siempre están aparcados en la calle donde está el banco. No son tan baratos, pero al menos, son conocidos y fiables.  Cada trayecto a la shala costaba 200 rupias, pero puedes compartirlo con dos personas más, por lo que al final te sale muy barato.

También, si eres atrevido/a te puedes alquilar una moto y entonces eres el rey o la reina de Mysore, jajajaja. El único inconveniente es el tráfico loco.

Bazares y supermercados

Para completar esta parte de “cuando llegas” quiero comentarte los supermercados y bazares para conseguir cosas de primera necesidad, y más adelante, te comentaré algunos lugares para comer que son seguros. En la misma calle donde se compra la SIM CARD, la calle que se llama MAIN (principal en inglés) hay varios bazares donde puedes encontrar de todo un poco: calderos, cafeteras, utensilios de cocina, trabas y cuerdas de ropa, etc.

Tienditas orgánicas

Cerca hay una tiendita orgánica que creo que se llama Ayuh Organic donde puedes encontrar un montón de productos tipo bebidas vegetales, cremas de frutos secos, cereales, especias, snacks,… no sé, un poco de todo. Otro clásico, cerquita de ahí, pero tirando para arriba, entrando por una calle a la derecha, es la tienda orgánica Hashiru Organics Mysuru. Esta tienda me encantó. Tiene también cositas de comer como la otra, como por ejemplo muchos tipos de currys, que si no me equivoco allí los llaman “masala”, es decir, distintas mezclas de especias ya preparadas para que puedas hacer los platos típicos (eso lo encuentras en casi todos los supermercados). También tiene un montón de productos tipo suplementos ayurvédicos, cremas y aceites para el dolor… y ¡sorpresa! Libros de yoga y otros temas interesantísimos. Compré algunos porque estaban baratos, pero la verdad es que les recomiendo que comparen con los precios de amazon india. Yo compré algunos libros en oferta en amazon india y fueron literalmente una ganga.

Otro clásico que merece la pena que conozcan desde el minuto uno es la tienda que la gente llama “el chocolate man” (si lo buscas en Google Maps su nombre es Cocoa Vault) . Se pueden imaginar por qué. Los chocolates que venden son artesanales y están espectaculares. Además de chocolate hacen tartas sin gluten, brownies raw, bombones con crema de cachuete. La verdad es que es una joyita dentro de Gokulam para cuando te apetece algo goloso, jeje.

En la calle principal también hay otra tienda orgánica. Estas tiendas no son las más baratas, está claro. Pero resuelven para conseguir productos saludables.

Supermercados

Para compras más grandes te recomiendo el supermercado Loyal World, que está cerca pero es mejor coger rickshaw. Y bueno, más cerca está el More Supermarket, pero para mí gusto está mejor el otro. – Para fruta y verdura te recomiendo una tiendita que está también cerca, creo que era en la 9th CROSS ROAD con la 7th MAIN ROAD. También en lo que se llama el DR. CORNER hay puestitos y verás un hombre que va con un carrito vendiendo fruta, pero yo creo que él es más caro.

Farmacias

En cuanto a las farmacias, para mí las más cómodas eran la que estaba justamente en la 9tb CROSS ROAD que se llamaba Medplus Medical Shop y la que está en la MAIN enfrente del templo de Ganesha que se llama Sri Murugan Medicins (por si te ayuda está cerca de la tienda de Vodafone donde sacas la SIMCARD).  – Para ir terminando, te voy a decir los cajeros donde yo sacaba dinero, aunque este tema del dinero me gustaría hablarlo más detenidamente para contar algunas cosillas interesantes. Uno era el State Bank of India, que está justo enfrente de la tienda orgánica Hashiru, y el otro Bank of Baroda, en la calle CONTOUR ROAD. Solo una cosita sobre sacar dinero, estén atentos porque a veces te sale una pantalla que te avisa que te van a cobrar comisión, y otra cosita por si no lo sabes, a las tarjetas internacionales les tienen un límite y no suelen dejar sacar más de 10 mil rupias, incluso a veces no puedes sacar 10 mil, pero si pones 9 mil sí te deja. Es todo un mundo esto de manejarse con el dinero. También puedes preguntarle a otros extranjeros si saben dónde cambiar dinero, o a los drivers de la shala, o quizás el casero. Mucha gente cambia euros, así que puedes ir viendo lo que mejor te venga en función también de cómo hagan el cambio de moneda.ç

¿Dónde comer?

Y lo más importante ¿dónde comer? Hay muchísimos sitios pero para empezar te recomiendo solo cuatro: Zen Kitchen, Chakra House, Govinda y Depth N Green.  Para tomar un rico café que no sea de el café que llaman de prensa francesa:  Minimal Coffee

Y si estás deshidratado como me pasó a mí el día que llegué te puedes parar a beber agua de coco, ¡en la MAIN encontrarás un puestito!

Pues por ahora dejamos aquí este primer post. Es mucha información y me lleva mucho tiempo, pero ya hay muchas cosas que se pueden ir aprovechando.

¡Espero de corazón que les sea de ayuda!  Cuéntenme en los comentarios :)

GRACIAS y HASTA PRONTO

Merce