Sí, hoy vengo a hablar sobre este polémico tema del “postureo yogui”, como le dicen algunos, o los millones de selfies que vemos a diario haciendo posturas de yoga.

Últimamente, he leído algunas opiniones y artículos sobre si se es más o menos yogui por subir fotos a las redes sociales de posturas, o sobre algunos profesores de yoga que suben fotos de los alumnos, por ejemplo, mientras hacen la relajación final o Savasana (como este artículo).

Ojo

Que quede claro que opino que hay que tener mucho cuidado con las imágenes que se suben a la red de otras personas y sobre todo de niños. No todo el mundo quiere estar expuesto a una opinión, o ser ubicado en un lugar en tiempo real. Aclarado esto, quiero hablar de esa manía que tiene la gente de meterse con los que subimos fotos haciendo yoga.

¿No te parece que está como mal visto subir fotos haciendo yoga? De vez en cuando alguien te llama egocéntrico, o te dice que no es algo muy yogui…. Y tú te quedas como pensando:

“¿Por qué molestará tanto que comparta mi práctica de yoga en las redes?”

¿Acaso no es un hábito bastante extendido compartir en las redes de todo? Sensaciones, opiniones, fotos de viajes, de tus hijos, amigos, familia…Hoy en día compartimos lo que nos apetece. Unos son más tímidos y otros más desvergonzados, pero al final, de una forma u otra, todos formamos parte del engranaje. Todos los que tenemos redes sociales hacemos “postureo”. Así que podemos hacer juntos autocrítica de cómo hacemos uso de las redes sociales. Vamos a profundizar un poco en el tema.

Primero quiero decir que yo entiendo las críticas en estos dos casos:

  1. Cuando vienen de aquellas personas anti redes sociales o de generaciones anteriores que tiene resistencia a incorporar los nuevos hábitos de consumo, que nos están imponiendo los avances tecnológicos, especialmente desde que existen los smartphones. Entiendo que todo esto sea un sin sentido para ellos, que no entienden que colguemos fotos de la comida, de la ropa, del lugar maravilloso que visitamos, etc. Sencillamente, no están familiarizados con ello y es comprensible que lo critiquen. No me dirijo a ellos.
  2. De los yoguis auténticos, como pueden ser los del Himalaya, o los monjes budistas, por ejemplo, que han hecho unos votos y que, por tanto, viven plenamente dedicados a una vida monacal en la que su razón de existir consiste en meditar para conseguir la iluminación y la liberación permanente del sufrimiento. Estos creo que realmente son personas con mayor autoridad moral para criticar el comportamiento de la sociedad actual, ya que ellos renuncian en sus votos a los placeres mundanos (para entendernos).

El resto de la humanidad, que usa las redes para promocionarse, para conectar con sus amigos, para estar al día de la vida de los demás, para entretenerse, encontrar trabajo, etc., puede criticar lo que quiera, pero a mi modo de ver, no se distinguen en nada de las personas que compartimos nuestra práctica de yoga en las redes. Tema aparte es la creciente dependencia que hay hacia los dispositivos móviles y hacia las redes sociales, que me parece preocupante. Cada vez pasamos más tiempo enganchados a los móviles. Yo la primera. Eso es una pequeña autocrítica.

¿Por qué nos fotografiamos haciendo posturas de yoga?

Naturalmente, las que nos hacemos fotos mientras realizamos posturas de yoga, lo hacemos porque nos gusta. No creo que lo hagamos porque necesitemos demostrar nada a nadie, ni porque nos creamos superiores a nadie, como he leído más de una vez. Si alimenta el ego o no de cada uno dependerá de la intención de cada persona y de su práctica real sobre la esterilla, que en mi caso, es lo que realmente me convierte en yogui (si me lo permiten).

Entonces, veamos por qué nos hacemos fotos y las subimos a las redes:

Yo creo que en la mayoría de los casos lo hacemos porque:

  • No tenemos la posibilidad de asistir a clase y gracias a los retos de yoga, empezamos a practicar en casa y adquirimos un hábito diario.
  • Queremos sentirnos parte de algo, como todos los seres humanos. Se llama ser sociable.
  • Cuando vemos las fotografías, nos sentimos orgullosas, porque hubo un día que no podíamos tocar el suelo con las manos, y gracias al apoyo de otros yoguis de diferentes partes del mundo, nos sentimos con fuerza para seguir practicando, hasta que un día lo logramos y, por eso, con orgullo enseñamos nuestro progreso.
  • Nos satisface expandir la semilla del yoga y que otras personas se puedan beneficiar de esta preciosa práctica realmente transformadora.
  • Porque hay una gran belleza en las posturas. En mi opinión la estética está presente en el yoga de forma intrínseca, como también lo está a la danza, al arte.
  • A veces incluso lo hacemos para superar inseguridades, pudores, complejos, miedos…
  • Y por último: lo hacemos porque es muy divertido.

No nos importa, y creo que hablo en nombre de muchas personas, que nos pongan la etiqueta de que hacemos “postureo yogui”, siempre y cuando sea en tono amigable. Lo que nos importa, o a mí me importa es que se me tache de egocéntrica y presuntuosa, como si fuera peor persona por compartir fotos mías haciendo yoga en Internet, como si mi ética se viera comprometida. O como si estuviera desvirtuando la esencia del yoga.

A aquel que lo critica y no es anti redes sociales, ni monje o monja quiero decirle:

  • ¿No subes fotos de tus viajes, tus logros profesionales, tu familia, tus amigos, tu perro, etc.?
  • Si no las pones, ¿no te gusta ver fotos de amigos, familiares, animales, lugares excepcionales?

Igual piensas que no es lo mismo porque el yoga es una práctica espiritual. Entonces, no hay problema con lo de hacer “postureo”, sino que el problema está en la segunda parte de la expresión, la parte de yogui. Molesta que nos las demos de “yoguis”. Pues, aquí es donde quiero yo que reflexionemos.

¿Qué es el yoga?

Nos dice Wikipedia que:

«El yoga (del sánscrito yoga ‘unión’) se refiere a una tradicional disciplina física, mental y espiritual que se originó en la India. La palabra se asocia con prácticas de meditación en el hinduismo, el budismo y el jainismo.

Según sus practicantes, el yoga otorga como resultado:

  • La unión del alma individual con la divinidad (BrahmanShivaVisnúKali, etc.), entre los que tienen una postura religiosa de tipo devocional, y la unión del ser con el todo.
  • La percepción de que el yo es espiritual y no material, entre los que tienen una postura espiritualista.
  • El bienestar físico y mental, entre los que tienen una postura racionalista (atea o agnóstica).1»

Efectivamente, el yoga es una práctica

Como toda práctica, los yoguis no estamos ya realizados, ojalá, sino que trabajamos para estarlo. De todas las acepciones que podemos leer, creo que los occidentales lo que buscamos es el bienestar físico y mental. Las redes sociales son un lugar de exhibición, de difusión. Ya los yoguis antiguos hacían exhibiciones de su práctica de yoga, con el objetivo de esparcir la semilla del yoga entre la gente. No hay mucha diferencia con las redes sociales. Sobre este tema te remito a este artículo de una profesora de yoga, Almudena, que me parece muy acertado 🙂

Elegimos el yoga como una herramienta que nos permite encontrar bienestar y, al encontrarlo, queremos compartirlo y lo hacemos de acuerdo a nuestros patrones sociales.

Hablemos de ética

Para los que no conocen de lo que trata la parte filosófica del yoga. Los textos antiguos hablan de unos códigos éticos para alcanzar la autorealización del ser. De nuevo vamos a wikipedia:

«El texto sánscrito Yogasūtra (‘aforismos de yoga’) de Patañjali (probablemente del siglo III a. C.) prescribe la adhesión a ocho preceptos que constituyen lo que se denomina ashta-anga yoga, el ‘yoga de los ocho miembros’ (siendo ashta: ‘ocho’, y anga: ‘miembro’). En este texto, Patañyali recopiló y sistematizó los conocimientos acerca de estas técnicas. Estos «ocho miembros» son:

  1. iama(‘prohibiciones’):
    • ahimsa(‘no violencia’, sensibilidad hacia otros seres).
    • satya(‘veracidad’, no mentir).
    • asteya(‘no robar’).
    • brahmacharya(‘conducta brahmánica’, aunque en la práctica significaba celibato y estudio de los Vedás)
    • aparigraha(‘desapego’, a personas, al hogar, etc.). 6
  2. niyama(‘preceptos’):
    • saucha(‘limpieza’ física y mental)
    • santosa(‘completa satisfacción’).
    • tapas(disciplina, ‘consumirse por el calor’).
    • svadhyaya(‘recitar [los Vedás en voz baja,] para sí mismo’).
    • ísvara pranidhana(‘ofrecerse o entregarse a la divinidad, al Controlador [Dios]’) 7
  3. asana(‘postura’) figuras o posturas corporales, realizadas de pie, en el piso, con diferentes puntos de apoyo; con diferentes variantes, de equilibrio, flexión, extensión, rotación, relajación, descanso, inversión, del cuerpo o partes de el. El hatha yoga se enfoca en este miembro.
  4. pranayama(‘control de la respiración’; prana: energía mística presente en el aire respirado; y yama: ‘control’)
  5. pratyahara(‘poco comer’, control de los sentidos; praty: ‘poco’; ahara: ‘comer; implica el retraimiento de los sentidos de los objetos externos).8
  6. dharana(‘sostenimiento’; dhara: ‘sostener’; implica la concentración de la mente en un pensamiento).
  7. dhyana(‘meditación’).
  8. samadhi(‘completa absorción’). 9»

Como ves, asana, es la tercera rama y es solo un escalón más en el camino del yoga en la búsqueda de samadhi. En la web de Ashtanga Yoga Barcelona (web que me parece muy completa) dicen:

El Ashtanga Yoga practicado con una correcta respiración purifica el cuerpo físico, mental y emocional. A través del cuerpo accedemos a nuestros bloqueos emocionales tomando conciencia de ellos y también tomamos conciencia de nuestros procesos mentales aprendiendo a observarlos desde el desapego, sin identificarnos con ellos. 

Siendo realistas

Un yogui ya realizado, iluminado, liberado, que ha conseguido samadhi, seguramente, haría un uso mucho más equilibrado de las redes sociales de lo que lo hacemos cualquiera de nosotros, o directamente no haría uso. Para calificar a alguien de yogui, creo que habría que profundizar mejor en estos preceptos y, como puedes ver, muchos son difíciles de llevar a la práctica y, también hay que ser conscientes de que son bastante antiguos y podrían revisarse para interpretarse de acuerdo a nuestra sociedad contemporánea.

Si hablamos del de celibato o de la no violencia: ¿Es comer carne un acto de violencia? Para mí, personalmente lo es, pero no considero peor persona a alguien por ser carnívoro, ya que soy consciente de que forma parte de cómo se ha desarrollado la especie humana y creo que es algo difícil de cambiar. Si para ser un “buen” yogui hay que cumplir estos códigos a raja tabla, no existen los yoguis, o si los hay, son muy pocos. Así que sí, no me considero yogui en el sentido más estricto de la palabra. Me considero practicante de yoga, y con su permiso, simplifico y me autoproclamo yogui en el sentido más mundano del término.

Es bastante utópico pensar que las personas que practicamos yoga seamos capaces de llevar a la práctica, al 100%, estos códigos morales y éticos.

El verdadero yoga

Podemos decir que está en nuestra mano tratar de ser lo más fieles posibles a la esencia del yoga, o como lo llama Ramiro Calle en este artículo: “el verdadero yoga”.

Aprender yoga es un camino profundo de autoconocimiento, nada sencillo y nada que ver con poner una postura. Si quieres profundizar en esta doctrina del yoga puedes buscar las fuentes de información originales, aquí te pego otro extracto de wikipedia para que te hagas una idea:

«Los textos que establecen las bases del yoga son el Bhagavad-guita, los Yoga-sutras (de Patañyali), el Gheranda-samjita, el Yoga-darshana-upanishad y el Haṭha-yoga-pradīpikā. Según las doctrinas hinduistas en las que se asienta el yoga, el ser humano es un alma (yivatman) encerrada en un cuerpo (rupa). El cuerpo tiene varias partes: el cuerpo físico (deja o sharira), la mente (mana), la inteligencia (gña) y el ego falso (ajankara). Para llevar una vida plena, es preciso satisfacer tres necesidades: la necesidad física (salud y actividad), la necesidad psicológica (conocimiento y poder) y la necesidad espiritual (felicidad y paz). Cuando las tres se hallan presentes, hay armonía. El yoga es una sabiduría práctica que abarca cada aspecto del ser de una persona. Enseña al individuo a evolucionar mediante el desarrollo de la autodisciplina. El yoga también se define como la restricción de las emociones, que son vistas como meras fluctuaciones (vṛitti) de la mente. Los seguidores del hinduismo distinguen entre el alma (impasible, sin emociones) y la mente (siempre fluctuante y llena de ansiedades). El yoga es, pues, el arte y la ciencia de la disciplina mental a través de la que se cultiva y madura la mente. No es una ciencia en el sentido occidental de la palabra. Los hinduistas utilizan el concepto de ciencia porque saben que en el más racionalista mundo occidental la ciencia está bien conceptuada. El yoga busca llegar a la integración del alma (yiva-atman) individual con Dios (el Brahman) o con su deidad (avatar). Esa re-unión se llama samādhi, a través de la cual se accede a la liberación (mokṣa)

Tiempos modernos

Algunos amigos cercanos, que han viajado a la India, me han contado que los indios estudian más esta parte filosófica del yoga, y no tanto, la práctica de posturas, parece que somos los occidentales los que vamos allí en busca de practicar asana. Es curioso cómo ha evolucionado la historia del yoga. Como todo, va evolucionando y cambiando. Pero en estos tiempo modernos…

¿Quién puede alejarse de la vida social y dedicarse completamente a buscar Samadhi? Tenemos que compaginar nuestra práctica espiritual con nuestra vida cotidiana. Buscamos pequeños oasis yendo a las shalas de yoga, o centros de meditación, en busca de paz, equilibrio, bienestar.

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La imagen de la mujer

Todos sabemos que vivimos en una sociedad que le da mucha importancia a la imagen y en la prensa se transmite una imagen de ese estereotipo de mujer perfecta, sin celulitis, ni marcas en la piel, y demasiado delgadas lo que puede llevar a la gente a pensar que el yoga transmite una imagen superficial de la mujer.

Pero, ¿es el caso de la gran mayoría de personas que posteamos fotos nuestras en Internet? Yo creo que no. Así que no generalicemos.

De hecho, creo que la mayoría de las mujeres que practican yoga realmente, con un hábito diario y una práctica consistente, comulgan con un estilo de vida saludable y, en consecuencia, transmiten otra imagen: la imagen de una mujer natural, que cuida su salud con una dieta rica y equilibrada, disciplinada, con autoconfianza, que cuida su cuerpo a diario para mantenerse sana, a la vez que busca un equilibrio mental y espiritual.

¿Hacemos daño a alguien? Yo diría que no.

Me planteo si ver a otros haciendo posturas inalcanzables para ti, de alguna forma, te hace darte cuenta de alguna carencia en tu vida. No me malinterpretes, creo que es algo muy humano. Yo, personalmente, reconozco que me ha dado envidia ver a amigos viajando cuando yo no podía hacerlo. Pero soy consciente de que es porque no aceptaba mi realidad.

Si este es tu caso, te invito a reflexionar sobre tu vida.

¿Quieres ser capaz de hacer las posturas que ves?, ¿quieres ser más flexible o tener más fuerza?, ¿quieres aprender a controlar tus emociones, apaciguar tu mente?

¡Empieza a practicar yoga ya! 🙂

Nadie nace aprendido y estoy segura de que si te lo propones, llegarás a hacer mucho más de lo que crees. Y quién sabe, a lo mejor lo compartirás con la comunidad yogui de Instagram, jejeje, y podrás inspirar a otras personas a practicar yoga. Si aún no has leído la guía que he escrito, mi Decálogo Ashtangui [10 puntos imprescindibles para empezar a practicar ashtanga yoga]. Suscríbete al blog y descárgatela.

Yoga y comunidad

¿Has sentido alguna vez que conectas con alguien? Es esa sensación de que hablas y te entienden, de que compartes el mismo lenguaje, la misma filosofía… a veces, en tu entorno limitado no te sientes integrado. Gracias a Internet puedes rodearte de amigos. Antiguamente, nos reuníamos en las plazas, los foros. Hoy no nos hace falta salir de casa. Es lo que se llama comunidad virtual. Estas comunidades exiten, aunque no las veas y aunque tú no formes parte de ellas. Pero existen y ayudan a muchas personas. En Instagram puedes encontrar mucho apoyo si quieres, en la imagen de debajo te he puesto algunas etiquetas o hastags que yo suelo usar por si quieres conectar con otros practicantes.

Conclusiones

No estoy excesivamente ofendida por este tema, anque lo parezca. No me importa demasiado lo que opinen personas que no me conocen. Las que me conocen, ya sea en la vida real o virtual, estoy segura de que conocen la naturaleza de mi práctica de yoga. Y eso es lo que trato de transmitir en cada imagen que cuelgo a Instagram.

Para mí la práctica de yoga tiene muchos valores: constancia, esfuerzo, confianza, disciplina, salud, control, equilibrio, paz, amor… Y eso es lo que intento transmitir en mis fotos y vídeos.

Llegado a este punto, no voy a negar que el “postureo yogui” existe, ¿para qué negarlo?

Yo he estudiado comunicación y marketing. Sé lo que significa promocionarse, crear una marca personal. Personalmente, me interesa. Vivimos en una sociedad interconectada, donde la información es inmediata y accedemos a miles de dispositivos a la vez. Esto es el caldo de cultivo ideal para que todos entremos en el juego, y así lo hemos hecho. Todos.

En todo caso, practicar yoga (y otras muchas actividades o prácticas) te desconecta de todo eso. Ayuda a calmar la mente. A alejarla de tantos estímulos visuales. Todo es bueno si se le da un uso correcto. En mi opinión, ha habido un boom con Internet y los smartphones, un boom que se ha descontrolado y ahora la información viaja y viaja continuamente por ondas invisibles… vivimos infoxicados (sí, la palabra existe y se refiere a la sobrecarga de información difícil de procesar) Esa es nuestra realidad, aunque parezca una locura.

Yo creo que sí, siempre y cuando, se haga un uso responsable y respetuoso.

Espero que este post, sirva para reflexionar sobre este tema, porque creo que se hacen muchos juicios de valor a la ligera. Se mete todo en el mismo saco. A mí siempre me han inculcado que mi libertad acaba cuando empieza la de la otra persona y que el respeto es algo muy bonito.

¿Quieres ver un poco de mi “postureo yogui”?

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Pues eso, amigos y amigas, yoguis o no yoguis:

Respeto. Paz y amor. Vive y deja vivir.

¿Y tú qué opinas?, ¿te gusta que la gente comparta posturas de yoga?

 

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